Ahora que estamos en pleno verano y que se incrementan las opciones de viajes, son muchas las personas que tienen que lidiar con el malestar que les supone planificar sus vacaciones.
¿Qué es la aerofobia?
La aerofobia es un miedo irracional, intenso y persistente a viajar en avión que puede presentarse a cualquier edad.
La persona afectada experimenta una gran ansiedad ante la perspectiva de tener que subirse a un avión, generando un intenso sufrimiento que puede aparecer horas, días o meses con antelación al momento del viaje, y cuyos síntomas se amplifican conforme se va acercando el momento de enfrentarse a la situación temida, pudiendo llegar a generarse ataques de pánico.
Puede ir acompañada de otras fobias y se presentan conjuntamente como puede ser la claustrofobia (miedo a espacios cerrados), agorafobia (miedo a espacios en los que es difícil escapar o pedir ayuda) o el miedo a las alturas, que agravarían los síntomas y por tanto la fobia a volar.
Con el simple hecho de pensar en volar sobrevienen intensas sensaciones de angustia y ansiedad muy difíciles de manejar que se acompañan de pensamientos catastróficos sobre tener un accidente o estar encerrado y sin posibilidad de escape por ejemplo. El malestar anticipado provoca la evitación de los viajes en avión por lo que acaba afectando significativamente la calidad de vida de quienes experimentan este miedo, limitando sus oportunidades de trabajo, de ocio y generando como consecuencia un elevado malestar emocional.
Síntomas de la aerofobia:
Considerando tres factores en los síntomas asociados a la fobia volar nos encontraríamos:
- En el factor cognitivo: pensamientos recurrentes anticipatorios catastróficos relacionados con el vuelo y las consecuencias de los mismos, por ejemplo pensamientos sobre un accidente aéreo y sus consecuencias, sobre experimentar turbulencias u otros eventos no esperados, sobre las propias reacciones como imaginarse perdiendo el control o sobre la carencia de recursos internos para afrontar la situación.
- En el factor conductual: comportamientos para evitar volar o para escapar de la situación cuando se coge el vuelo, por ejemplo buscar maneras alternativas de viajar y en el caso de que no pueda evitarse llevar a cabo conductas de seguridad dentro del avión como sentarse próximo a las puertas, viajar acompañado etc. Estas conductas de evitación provocan que la fobia se mantenga, pues la persona consigue librarse de su malestar, pero por otro lado sigue manteniendo su expectativa de amenaza y peligro, al no haber comprobar la veracidad de su expectativa negativa.
- En el factor fisiológico incluimos los síntomas físicos asociados, como pueden ser, los temblores, los mareos, la sudoración excesiva, taquicardias, dificultad para respirar, síntomas gastrointestinales. Estos síntomas de ansiedad se experimentan al pensar en el vuelo o cuando va aproximándose el momento de tomar el avión.
Causas y consecuencias de la aerofobia
Un número importante de personas que tienen miedo a volar han protagonizado una experiencia traumática a bordo de un avión, ya sean turbulencias intensas, despegues o aterrizajes complicados, situaciones de emergencia durante el vuelo, lo que les produjo un fuerte miedo y predisponen para el futuro miedo a volar.
El experimentar este suceso traumático puede provocar una desregulación a nivel cerebral por la hiperactivación de la amígdala incluso una vez que el riesgo ha desaparecido, quedando grabado en la memoria de manera intensa y muy accesible.
En otras ocasiones no ha existido tal vivencia traumática , por lo que se hace necesario la exploración del origen, pues éste puede ser muy diverso: observar a otros tener experiencias negativas o mostrar miedo en las situaciones potencialmente fóbicas, haber recibido mensajes reforzadores del miedo a volar etc.
Es conveniente también atender a factores predisponentes al desarrollo de una fobia, como determinadas variables personales temperamentales, un estilo educativo sobreprotector, vínculos inseguros en el apego, la necesidad de tener permanentemente el control de las situaciones lo que entra en conflicto con la falta de control percibido durante el vuelo generando una alta ansiedad.
La fobia a volar puede tener una serie de efectos negativos como la interferencia en diferentes ámbitos vitales de la persona, en el laboral o en el social, y son habitualmente estas consecuencias las que conducen a la búsqueda de ayuda profesional.
Tratamiento para la aerofobia
El tratamiento que realizamos en Psicopartner siempre se adapta a las necesidades individuales, y para ello se tendrán en cuenta las experiencias vitales personales, ya que cada persona tendrá sus propios desencadenantes los cuales han contribuído a su miedo a volar.
Las fobias en general y en concreto la fobia a volar se trabaja con una exposición gradual a la situación relacionada con el miedo trabajando a la vez con los pensamientos negativos y asociados haciendo una reestructuración de los mismos. La respuesta de miedo se debilita cuando hay exposiciones repetidas y no traumáticas a la situación temida, y se van generando nuevos aprendizajes. Para ello, las técnicas de relajación, respiración y de manejo del estrés resultarán muy útiles.
En sesión identificamos los pensamientos y los comportamientos negativos particulares asociados con el miedo a volar, y se busca su cuestionamiento y el desafío de los mismos, detectando las creencias irracionales subyacentes.
En el caso de experiencias traumáticas asociadas podrá trabajarse en terapia con la Desensibilización y Reprocesamiento a través de movimientos oculares (EMDR)
Si tu miedo a volar te está impidiendo acceder a oportunidades deseadas y está interfiriendo en tu vida, desde Psicopartner podemos ayudarte a superarlo para que puedas viajar donde y cómo te gustaría. Puedes ponerte en contacto con nosotros llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.