Autolesiones en adolescentes

Hablamos de autolesiones cuando una persona se hace daño a sí misma, exceso de medicación, golpes, cortes, tirarse o arrancarse el pelo, quemarse con cigarros o mecheros, son algunas de las formas más habituales. Llegando en algunos casos a considerarse como conductas autolesivas aquellas que tienen que ver con el consumo de sustancias dañinas para el organismo (drogas ilegales) o el consumo excesivo de alcohol, por ejemplo.

Las autolesiones son conductas que aparecen en los jóvenes en proporción estimada de 1 a 10 en función de los casos detectados, aunque dadas sus características y que suelen ser ocultadas por aquellas personas que las padecen podemos inferir que su incidencia en la población adolescente pueda ser mucho mayor.
La estadística nos dice que es mucho más frecuente en mujeres que en hombres en una proporción de 7 frente a 1. Aunque como es fácil suponer al igual que en otros contextos, esta proporción se va equilibrando poco a poco.

¿Por qué ocurren?

Lo fácil, lo cómodo, lo que frecuentemente reciben los chicos es que esto se hace para “llamar la atención” y lo cierto es que la gran mayoría de los adolescentes y jóvenes que pueden hablar de ello lo hacen desde unos sentimientos y unas emociones tan fuertes y perturbadoras que no sienten que puedan pedir ayuda, que nadie les escuche o que nadie les pueda entender. Indican sentirse atrapados, sin control sobre sus respuestas emocionales, sobre su vida.

Las autolesiones cumplen la misión de generar una falsa sensación de control, de existencia. En otras ocasiones responden a un castigo que se autoadministra el joven por sentirse culpable en extremo por haber sufrido algún evento de tipo traumático.

Quizá lo más aterrador es encontrarse a personas que indican que las autolesiones son una forma de mitigar la sensación de no ser, de no existir, de no sentir nada, en este caso el dolor, la visión de las heridas ayudan a la persona a sentir de nuevo, a verse a sí misma como lo que es, un ser humano.

Indudablemente la presencia de este tipo de conductas autolesivas, son una clara señal de que algo no va bien en la vida de los adolescentes y la sola presencia de las mismas debe ser motivo más que sobrado para consultar a un profesional.
Debemos entender que son intentos de los chavales por sobrevivir, por sentirse vivos y por tanto son indiscutiblemente señales de que necesitan ayuda. A nadie se le escapará que si no intervenimos con ellos y no hacemos nada pensando, tal vez, que “son modas” o “cosas de la edad”, corremos el riesgo de que nuestro adolescente incremente su conducta en un efecto dominó que puede llevarle en casos muy extremos a quitarse la vida.

¿Cómo podemos ayudarles?

Solemos pedir que se establezca con los menores un entorno familiar de confianza, de diálogo, donde los chicos no se sientan en absoluto juzgados, sino escuchados. Con amigos o adultos, familiares cercanos, en general personas con la que tenga un cierto vínculo y una cierta conexión. Personas en definitiva con las que nuestro adolescente pueda hablar y contar como se siente. Esto sería lo ideal, pero la mayor parte de las veces este tipo de comportamientos se mantienen en secreto por parte de los chicos, se sienten muy avergonzados y culpables por hacerse daño e incluso tienen estos sentimientos cuando han conseguido hablar de ello.

Debemos observar las señales de malestar, no minimizarlas o desdeñarlas como “cuentos de niños”, si observamos alteraciones en el estado de ánimo, dificultades con el sueño, dolores de cabeza, de estómago, debemos tenerlos sen cuenta y hablar sobre ellos con los chicos, desde el reconocimiento de las señales físicas de malestar, ya les estamos acompañando en su manejo emocional, validando y reconociendo dichas señales.

Puede ser duro lo que nos cuenten, no nos gustará, no nos hará sentir cómodos verlos sufrir mientras cuentan o narran. Debemos hacer un esfuerzo para ponernos en su lugar, para desarrollar empatía y cercanía con sus problemas y dificultades. A veces estamos tanto en los nuestros (problemas) que no observamos los de los demás.

No solo escuchamos, sino que nos ofrecemos a acompañar y a resolver sus problemas, ofreciendo alternativas. Cuantas veces los chicos nos cuentan que no veían solución, que no veían como afrontar lo que les pasaba o sentían. La visión del adulto protector es mucho más amplia y de seguro puede guiar para ver la “luz al final del túnel”

Acompañamos, haciéndonos cargo de su dolor, dejando claro que hacerse daño no soluciona nada, intentando hacerles ver las alternativas a esto, manteniendo la calma, bastante asustados están ya ellos con lo que les pasa. Por supuesto acompañando a los jóvenes en la búsqueda de ayuda profesional que suele ser imprescindible estos casos.

Si no damos ese espacio a los chicos, para que sientan que pueden hablar de lo que les pasa en cualquier momento, que sientan que hay alguien que les escucha, sea lo que sea lo que tengan que contar, corremos un elevado riesgo de que sigan haciéndose daño, y este riesgo no desaparecerá hasta que los chicos no entiendan que causa su dolor, para ello el papel de los Psicolog@s especializados en adolescentes es imprescindible.

Aunque existen distintas orientaciones terapéuticas para el trabajo con el adolescente en riesgo, destacaremos dos por ser las que más efectividad y reconocimiento están alcanzando entre los profesionales de la psicología clínica.
Hablamos de la terapia dialectico-conductual y de la perspectiva integrativa de trauma y apego. En concreto, ésta última, permite a las familias una mayor comprensión y un conocimiento más profundo de la respuesta emocional del adolescente y sobre todo ahonda o profundiza en las causas de la ideación y las conductas autolesivas.

Si tu hijo/a adolescente presenta conductas de autolesiones o tienes dificultad para comunicarte con ellos/as, te animamos a que solicites una primera sesión llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com . Puedes reservar una cita presencial en nuestros centros o bien utilizando nuestro servicio de psicología online para adolescentes, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

Jorge Bueno

Jorge Bueno

Psicólogo Sanitario Especialista Niños y Adolescentes.

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