Cada vez estamos más preocupados por nuestra imagen física, y como ésta se proyecta y es valorada por los demás, los cánones de belleza promueven cuerpos delgados, torneados, y se relacionan a su vez con hábitos de vida saludable: comer sano , hacer deporte, tener una buena higiene del sueño, además de cumplir con nuestras obligaciones cotidianas: trabajo, familia, amigos y demás.
El empezar a hacer una dieta motivado porque hemos cogido unos kilos de más, no nos sentimos a gusto con nuestra imagen actual, es una tarea que puede requerir esfuerzo y un cambio de hábitos si estos no fueran los adecuados que hay que valorar y hacerlo de una manera progresiva y de manera saludable y equilibrada

IMC
El IMC es la medida para valorar si una persona se encuentra por encima de su peso ideal y es conveniente o recomendable que adelgace, teniendo en cuenta varones y mujeres adultos mayores de 18 años. También conocido como BMI (Body Mass Index) o IQ ( Indice de Quetelet).
Se trata de una fórmula que nos permite calcular la masa corporal de una persona y consiste en dividir el peso expresado en Kg entre la estatura en metros elevada al cuadrado (kg/m2).El resultado te indicaría si el peso es adecuado en función de la estatura, o es bajo o elevado, siendo conveniente adelgazar.
Un IMC entre 18,5 y 24,9 , (20 y 24,9 en el caso de los hombres), se considera satisfactorio.
Un IMC inferior a 18,5 implica delgadez considerable.
Un IMC ≥ 25 , implicarían unos kg de más o sobrepeso ligero.
Dificultades a la hora de afrontar una dieta
Lo primero es valorar las motivaciones que nos llevan a emprender una dieta: peso de más, no sentirnos a gusto con nuestra imagen, tipo de dieta, hábitos adquiridos o no, viabilidad en el momento actual, plazos autoimpuestos para la pérdida de peso, haber realizado dietas o no con anterioridad, cantidad de peso que deseamos perder…
Es importante atender a estas motivaciones: no es lo mismo si tenemos un sobrepeso ligero o una obesidad que requiere una mayor pérdida ponderal, si hemos hecho dietas antes y los resultados se han visto frustrados; en estos casos habría que atender si las dietas que hemos hemos hecho son aconsejables y en que han consistido.
Además es crucial comprobar si tenemos unos buenos hábitos alimenticios: comer todo tipo de alimentos de una manera sana y equilibrada: hacer 5 o 6 tomas diarias y practicar ejercicio físico frecuente: recomendable 4 horas mínimo a la semana de ejercicio relativamente intenso y habitual.

Dietas milagro
Son aquellas dietas que te prometen perder una cantidad de peso importante en poco tiempo, suelen ser dietas que promueven quitar o reducir de manera considerable alimentos básicos que el cuerpo necesita para funcionar de manera óptima, entre ellos los hidratos de carbono y lípidos, así como incremento de alimentos líquidos: batidos , zumos y pures, como resultado perdemos una cantidad importante de ese peso en poco tiempo, seguido del efecto yo-yo, volver a recuperar el peso perdido en poco tiempo, son dietas en general hipocalóricas que reducen significativamente la cantidad de calorías que necesitamos y ésta perdida va acompañada principalmente de pérdida de líquidos y de masa muscular.
Y como consecuencia conlleva a pérdida de nutrientes y vitaminas esenciales, pudiendo generar irritabilidad, lesiones cutáneas y gastrointestinales, osteoporosis, o una alteración de la coagulación sanguínea.
A nivel psicológico: puede desentrañar problemas alimentarios que pueden desembocar en trastornos de la conducta alimentaria: atracones , anorexia y bulimia, así como desequilibrios en el metabolismo.
Cómo afecta hacer una dieta a nuestro estado de ánimo
Hacer una dieta inevitablemente va a conllevar cambios importantes en el estado de ánimo por ello es fundamental realizarla de manera adecuada y valorando los beneficios y perjuicios de la misma.
La reducción de la ingesta o la supresión de alimentos necesarios para nuestra alimentación puede generar enfado, tristeza, ansiedad y frustración.
La Serotonina neurotransmisor que nos brinda felicidad, y nos hace sentir contentos y animados se libera en menor cantidad si no comemos lo que tenemos que comer o se reduce la alimentación en aquellos alimentos esenciales, además conlleva problemas de sueño, que incrementa a su vez los sentimientos de irritabilidad , tristeza falta de energía y vitalidad.
La reducción de la ingesta produce de manera inevitable episodios de ansiedad, desembocando en una presión fisiológica y psicológica por comer, en especial esos alimentos prohibidos o que no nos permitimos, generando ingesta compulsiva, atracón, con los consiguientes sentimientos de culpa y/o arrepentimiento, pudiendo llevar de nuevo a restricción alimentaria más acusada, y volverse a producir la rueda- ansiedad/hambre- atracon/ sobreingesta-restricción, generando cambios en el metabolismo y a desregular las sensaciones de hambre y saciedad.
Si anteriormente he hecho dietas y éstas se han visto frustradas, es posible que ante el inicio de una nueva dieta me plantee objetivos poco realistas y en un tiempo no viables, incrementando más este sentimiento de frustración, culpabilidad, malestar y abandono de la misma.
Recomendaciones eficaces para comenzar una dieta
Reeducación nutricional: conocer bien lo que significa hacer una dieta y elaborar una alimentación equilibrada y balanceada, que nos brinde los alimentos necesarios y suficientes para perder peso de un modo saludable así como potenciar otros hábitos de vida saludable como el ejercicio y una buena higiene del sueño.
Escuchar lo que necesitamos; preguntarnos por qué en este momento hemos decidido emprender una dieta, obedece ésta necesidad a una cantidad de peso que es necesario eliminar por qué implica problemas de salud por ejemplo hormonales, de agilidad y que pudieran o estuvieran generando una complicación biológica o medica; o esa necesidad obedece al hecho de cumplir con una imagen de belleza prestablecida y que eso nos ayude a sentirnos más validados y felices.
Atender a nuestras motivaciones reales: Si nuestra motivación obedece a una baja autoestima, es importante trabajar en ella, fomentar la aceptación del cuerpo y la autoimagen aunque no se corresponda con los cánones de belleza imperantes. También el inicio de una dieta puede ser una buena elección si queremos instalar hábitos positivos que nos ayuden a comer mejor y a sentirnos vitales, enérgicos y a funcionar en todos los terrenos de la vida con bienestar.
Planificar objetivos realistas y plausibles, y no dejarse engañar por dietas milagros que pudieran generar complicaciones añadidas para nuestra salud y estado anímico.
Entender que empezar a comer bien requiere sacrificio y esfuerzo, instalar o perpetuar hábitos saludables y que no existen resultados rápidos sin cierto esfuerzo y dedicación, es recomendable apoyarse de ayuda nutricional y psicológica para llevar el proceso de manera efectiva, así como cuidar y educar la parte emocional muy ligada o todo tipo de tratamientos relacionados con la alimentación.
No existen alimentos buenos o manos, son buenos o malos en la medida en que nos relacionamos con ellos.
Si sientes que quieres hacer una dieta y no sabes cómo, que no te manejas bien con la comida, no estás a gusto con tu cuerpo y te sientes frustrado, triste o con ansiedad, ponte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al 669 489 678 o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.