Muchas veces se habla de la depresión y la ansiedad como el mal del siglo XXI. La depresión se trata de una enfermedad contemplada como tal por la Comunidad Médica que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo Según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de ello, la depresión y la enfermedad mental en general, aún en ocasiones, siguen siendo poco comprendidas y asociadas a mitos que no favorecen el bienestar de quienes la padecen. La sociedad no admite en ocasiones de buen grado este sentimiento, pues se “nos impone” estar siempre bien. Podemos `plantearnos que del mismo modo que una afección física se produce porque algo en nuestro cuerpo no está funcionando como debiera, tendríamos que entender el estado depresivo.
¿Qué es la DEPRESIÓN?.
Se trata de un estado mental que genera dificultades significativas tanto en la persona que lo siente como en su entorno. No debemos confundir tristeza con depresión pues ésta va mucho más allá, incluso en raras ocasiones el síntoma más llamativo de ésta no es el estado de ánimo triste.
Cuando hablamos de depresión nos referimos a un trastorno, y por tanto una situación que condiciona la vida de la persona, caracterizada por los siguientes síntomas.
- Estado de ánimo triste e hipoactivo.
- Pérdida de interés y satisfacción en cosas que históricamente han resultado gratificantes, algo que puede afectar de lleno a quien le rodea, basta con imaginarnos una pareja o una familia con un miembro que no siente placer con casi nada.
- Irritabilidad. Se enfadan, se frustran y se molestan con facilidad por cosas triviales.
- Nerviosismo y ansiedad constantes ante diferentes circunstancias que antes no generaban dicho estado.
- Afectaciones físicas como alteraciones del sueño, la alimentación o el peso, fatiga,
- Dificultad para pensar y concentrarse, llevándolo a cabo con una mayor lentitud.
- Negatividad. A menudo tienen pensamientos tremendamente pesimistas.
- Pobre autoestima y una sensación de culpa muy acentuada.
- Mala visión de sí mismos, el futuro y los demás.
Podemos entender que esta combinación de síntomas provoca un gran dolor no sólo en quien lo sufre, sino también en todos sus seres queridos.
Acompañamiento en la depresión:
En no pocas ocasiones, quien sufre una severa depresión siente que de repente le han quitado las pilas, pero sobre todo era como si le hubieran arrancado su yo de una manera abrupta. Pero, su entorno sufre lo mismo; y es que la depresión es una enfermedad que causa estragos no sólo el depresivo sino también en sus allegados, que se convierten en sus cuidadores los cuales se encuentran con la misión de aguantar estoicamente todo el proceso de curación sin parecer que pueden flaquear, muchas veces sin saber cómo actuar, llevando en silencio su propia culpa sin que nadie atienda a su vez sus necesidades.
Muchas veces se ha ignorado a los acompañantes, los grandes olvidados, que muchas veces acaban teniendo serias dificultades como son abandono o cuanto menos desatención a su propia rutina y su propia vida, ansiedad-estrés, agotamiento físico y mental, enfermedades psicosomáticas, impotencia y culpa por no saber atenderle, sensación de soledad pues a ellos nadie ( o casi nadie les cuida ) A ellos me gustaría dedicar unas pautas.
Pautas para convivir con una persona con depresión:
Aquí puedes encontrar una sería de consejos para saber como tratar a una persona que sufre depresión:
- Infórmate acerca de la depresión. Cuanto mejor podamos entender y asimilar qué es y qué causa la depresión, cómo afecta a las personas y cómo se puede tratar, mejor ponderemos empatizar con la persona que te importa, comunicarnos con ella y ayudarla.
- Evitar frases del tipo: “Pero si no es para tanto”, “Ya tendrías que estar mejor”,” Tienes que poner de tu parte”, “Venga, anímate”. Frases que, con toda su buena intención, lejos de motivar provoca en la persona deprimida receptora de las mismas sensaciones de incomprensión, minimización de su problema o presión por conseguir un estado emocional que no le es posible. Consideremos por un momento si le diríamos a una persona que se ha roto una pierna “venga, coge fuerzas y sal a caminar”, podemos establecer un símil de una rotura psicológica que necesita su cuidado para una adecuada recuperación.
- Asociado a ello, la escucha activa resulta vital. Aprender a escuchar sin juicio es fundamental, haciéndola ver que sigue siendo alguien importante en nuestra vida.
- Preguntar a la persona cómo se siente y si se siente con fuerzas suficientes para hacer alguna actividad sin imponer ni presionar a que las lleve a cabo. Si la respuesta es no, es conveniente entender que la persona deprimida es la primera que no quiere estar así, pero esa proposición que hemos realizado, ahora mismo es inviable por diferentes circunstancias.
- Hacer ver y reforzar cada pequeño avance, por pequeño que parezca es un primer paso hacia la recuperación.
- No ver los pequeños retrocesos como fracasos sino como altibajos de un proceso. Son fases que ocurren en el largo camino de volver a conseguir todos juntos que esa persona sea la misma que fue antes de su enfermedad, o incluso salga reforzada, algo por lo que abogamos los terapeutas.
- Evita juzgarte y culparte de no poder ayudarle ni de tu propio malestar, pues el único culpable es la enfermedad.
- Es vital que esta persona se cuide llevando a cabo actividades que le hacen estar en contacto consigo mism@ generándole bienestar y emociones positivas. No nos olvidemos que el camino de salida de una depresión es un proceso largo en el que parece ( aunque no es realmente ) que no se avanza, por tanto sus allegados deben coger fuerzas, evitando el autobicot de sus propias metas, el aislamiento y caer en la exclusividad del rol de cuidador.
- Fomenta y anima a la persona que busque ayuda profesional. La depresión tiene tratamientos efectivos como la terapia psicológica.
Terapia psicológica para la depresión
Los tratamientos psicológicos están considerados como los principales tratamientos para abordar la depresión. Constituyen la base para gestionar esta enfermedad, especialmente en sus formas más leves e iniciales.
Solo en casos de depresión moderada a grave puede recomendarse una combinación de tratamientos psicológicos y medicación antidepresiva.
En los tratamientos psicológicos destaca la terapia cognitivo-conductual (TCC) que proporciona a las personas herramientas y técnicas para poder gestionar de manera efectiva sus síntomas depresivos. Es una terapia que utilizamos de forma habitual en Psicopartner y se centra en modificar patrones de pensamiento negativos, desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables y mejorar las relaciones interpersonales.
La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser una alternativa más efectiva y económica que los fármacos para el tratamiento de la ansiedad y la depresión. A diferencia del tratamiento farmacológico, la TCC no conlleva ningún riesgo para la salud y no presenta ningún efecto secundario adverso.
Los estudios que se han realizado en la eficacia de la terapia cognitivo conductual en el tratamiento de la depresión han mostrado que es más eficaz que los antidepresivos en el tratamiento a largo plazo.
Los tratamientos psicológicos son la intervención inicial y fundamental para la depresión. A través de la terapia, las personas pueden obtener conocimientos valiosos, adquirir estrategias de afrontamiento efectivas y fomentar cambios positivos en sus patrones de pensamiento y relaciones.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, tienes un gran malestar emocional y ves que no puedes manejar y controlar estas situaciones, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.