La toma de decisiones es un proceso constante en nuestra vida. Estamos continuamente decidiendo sobre multitud de asuntos del día a día. Muchas de esas decisiones serán intrascendentes y pasarán prácticamente desapercibidas, en cambio otras tendrán un mayor peso en nuestro futuro.
En cada decisión existe una elección y paralelamente una renuncia, y llevar a cabo este proceso puede suponer grandes dificultades para algunas personas.
Obstáculos en la toma de decisiones
Entre las principales razones por las que aparecen problemas para la toma de decisiones podrían destacarse:
- Un exceso de perfeccionismo: el esfuerzo se dedica a encontrar la decisión perfecta. Propósito que puede suponer alargar el proceso buscando un control de todos los factores intervinientes. Se anticipan las consecuencias y se considera la obligación de controlar todas las variables, tratando de encontrar distintas alternativas de manera persistente e intentando eliminar cualquier huella de incertidumbre. Puede expresarse con pensamientos como “debo ser perfecto en todo lo que hago”
- Miedo a equivocarse: Pensar en la equivocación como un fracaso con consecuencias desastrosas e inmodificables, de las que uno no podría reponerse por un fuerte sentimiento de culpa. En este caso subyace el hecho de no permitirnos fallar, y la obligación de “acertar” en cada decisión.
- Miedo al juicio de los demás, a la posibilidad de fallarles a pesar de tratarse de una decisión personal. Ello genera una ansiedad anticipatoria, que hace que el único objetivo de la toma de decisiones sea recibir la aceptación de todas las personas significativas. De esta forma, el propio yo queda relegado, anulado, dependiendo de los demás y de su opinión.
- Dudas acerca de las propias capacidades, devaluación propia y excesiva autocrítica. Creencia de que no se está capacitado para decidir y que siempre se toman malas decisiones
- Rechazo de la responsabilidad que supone decidir. Debe tenerse en cuenta que una decisión siempre se verá afectada por factores que pueden escapar a nuestro control, de tales variables que no dependen de nosotros no podemos hacernos responsables.
Comportamientos relacionados con la dificultad de decidir
Con la manifestación de esos pensamientos y emociones subyacentes la persona puede buscar un único objetivo, deshacerse de cualquier malestar asociado al hecho de decidir, y tratar de evitarlo a toda costa:
- Puede aplazar la decisión de forma sistemática, posponiéndola siempre para otro momento. De esta forma no llega a afrontar nunca esa situación sobre la que le convendría decidir
“Cuando tienes que escalar una montaña no pienses que esperando se hará más pequeña”
- Puede tomar las decisiones de manera impulsiva, buscando reducir al mínimo el malestar
- Delegar las decisiones en otras personas evitando así la responsabilidad, los miedos… Con esta forma de actuar desaparecería el malestar inmediato pero limitaría el aprendizaje y en consecuencia la autonomía, haciendo cada vez más difícil el proceso de decidir.
Factores psicológicos intervinientes en la toma de decisiones
- Autoestima y autoconfianza : considerar que se tienen recursos y capacidad para afrontar las consecuencias de las decisiones, favorece la seguridad en el proceso de decidir, permitiendo decisiones autónomas dirigidas por los propios valores y enfocadas en las propias necesidades, objetivos, motivaciones. Teniendo presente que no existen decisiones correctas o incorrectas, sino más o menos adecuadas según los propios intereses, sin olvidarse del contexto y las circunstancias que las rodean.
- Regulación emocional: detectar, reconocer, aceptar y gestionar nuestras emociones serán habilidades claves para el proceso de decidir, pues favorecerá el realizar elecciones ajustadas a las circunstancias y a las consecuencias. La activación emocional ante la toma de decisiones importantes es inevitable. Pero esa activación puede facilitar o interferir en el proceso según la intensidad de la respuesta emocional o la valoración que la persona realiza sobre ella.
- Asertividad como actitud que permite comunicar a los demás las propias elecciones de una manera honesta respetándose a uno mismo
Recomendaciones para tomar buenas decisiones
Conecta contigo mismo y reflexiona sobre tus necesidades, valores, intereses, motivaciones. Será un primer paso para saber hacia dónde dirigir tus esfuerzos.
Tomar una decisión requiere analizar, describir alternativas, evaluarlas y considerar las variables para implementar la seleccionada:
- Define de una forma concreta la decisión a tomar. Según la importancia y lo que esté en juego, se requerirá más o menos análisis.
- Realiza una lista de las alternativas relevantes, en un primer momento simplemente identifícalas, sin entrar en valoraciones.
- Después valora esas alternativas, según los criterios de evaluación que establezcas en función de tus intereses. Por ejemplo: la viabilidad, las consecuencias, las emociones asociadas…todo aquello que consideres importante y que sería necesario tener en cuenta.
- Selecciona la más adecuada en función de las circunstancias y llévala a cabo.
- Evalúa la puesta en marcha de la decisión, y realiza los ajustes oportunos para aumentar el grado de satisfacción.
En conclusión, tomar decisiones es un proceso clave para nuestro desarrollo, aprendizaje y evolución. Consideremos que tenemos derecho a equivocarnos, y que la práctica ayudará a mejorar la actitud hacia el proceso favoreciendo la dirección hacia nuestras aspiraciones.
Si te has visto reflejada/o en este artículo y no sabes bien como comenzar a trabajar para perder ese miedo al que dirán o pensarán los demás, llama al +34 669 489 678 o envíanos un email a hola@psicopartner.com para reservar una cita presencial o bien con nuestro equipo de Psicólogos Sanitarios. Estaremos encantados de atenderte.