¿Cuando estás ante una audiencia sientes un alto grado de ansiedad, incluso horas o días antes de decir una palabra?
El miedo es una emoción natural, primaria e inherente al ser humano que aparece asociado al peligro y nos impulsa a realizar-o no realizar conductas encaminadas a la supervivencia. Todo el mundo ( o casi todo el mundo ) siente miedo cuando encara situaciones que presagia como peligrosas, no dependiendo únicamente del grado de preparación sino también del estilo de afrontamiento.
No se trata de no sentirlo sino de saberlo gestionar. Así, bien utilizado, el miedo se convierte en un potente aliado. Sin embargo, Cuando es el miedo quien domina al sujeto, se convierte en el peor de los enemigos.
En el artículo que os escribo quisiera hablaros del miedo a interactuar en público. De todos es conocido para bien o para mal el empuje, la presión que ejerce el público, así todos o casi hemos sentido ansiedad en mayor o menor grado cuando tenemos que dar una conferencia, leer o hablar ante una audiencia, exponer un trabajo, etc. Así, la cantante sevillana Pastora Soler reconoció haber sufrido un ataque de pánico en un concierto celebrado el 8 de marzo de 2008 en el escenario del auditorio Fibes de Sevilla.
Actualmente, ser capaz de exponer nuestros argumentos con seguridad y sin nervios ante un grupo de personas, es una de las habilidades más demandadas en el escenario laboral. Si bien es cierto que el Covid-19 ha potenciado el teletrabajo, este lleva asociado un aumento de las reuniones virtuales, provocando serias dificultades en quien lo padece. En mi consulta veo frecuentemente pacientes que lo pasan muy mal cuando tienen que enfrentarse a reuniones reales o virtuales. El miedo escénico no sólo implica los grandes escenarios que todos concebimos, también supone situaciones cotidianas como exponer un trabajo en público, dar una clase, acudir a una entrevista de trabajo, etc
Hablar o actuar en público ante muchas personas, a veces incluso ante una o más puede llegar a convertirse en una situación aterradora dando lugar a lo que se conoce como miedo escénico o glosofobia Se trata por tanto de un problema de ansiedad por el temor a actuar de la forma que sea ( hablando, cantando practicando un deporte, etc. ) siendo el centro de todas las miradas; generando una reacción elevada de pánico que se manifiesta a nivel comportamental, relacional, mental y psicofisiológico.
¿Cómo se manifiesta?
Cuando sentimos que tenemos que hacer algo importante para nosotros, surge automáticamente la duda de si seremos capaces de hacerlo bien, de llevarlo a cabo por lo que nuestro cuerpo y nuestro cerebro automáticamente se ponen en modo alerta haciendo que se produzca un vuelco de energía para solventar la situación.
Así a nivel orgánico son frecuentes los síntomas cardiovasculares como taquicardia en la que el corazón late con gran intensidad y a toda velocidad, hiperhidrosis corporal ( así aparecen sudores, sofocos, las manos se humedecen… ), sensación de mareo y temblores, sensación de urgencia mictatoria.
A nivel conductual suelen ser habituales reacciones de querer evitar la situación embarazosa o huir de ella, en muchas ocasiones no sólo escapándose literalmente sino también evitando participar, pasar desapercibido por lo que tendemos a bajar el volumen de voz, hablar más deprisa. En ocasiones va muy acompañada de tartamudeo.
A nivel cognitivo aparece un autodiálogo interior generalmente negativo que intensifica nuestro miedo provocando un elevado grado de ansiedad. Que replica en nuestras sensaciones psicofisiológicas generándose así un círculo vicioso.
Algunas ideas y actitudes negativas más comunes son.
- Autoevaluación negativa de la situación y de las habilidades personales. Así, en la mente aparece un cuadro muy negativo que hace muy difícil que las cosas salgan bien.
- Miedo anticipatorio. Comenzando a preocuparnos de ello horas incluso días antes de que tenga lugar; anticipando quedarnos en blanco, bloquearnos, que no nos salgan las palabras, la crítica, etc.
- Miedo y generalización de las equivocaciones. Muchas veces provocada por experiencias anteriores objetiva o subjetivamente percibidas como deficitarias.
- Miedo a las reacciones psicosomáticas. Estas reacciones son experimentadas `por la persona que las sufre con gran temor, tendiendo a focalizar su atención en ellas; algo que no hace sino aumentarlas.
- Centrar la atención en sí mismo en lugar de en la situación a la que nos enfrentamos. Así, centrarse en los indicios de ansiedad hará que aparezcan nuevos pensamientos negativos que a su vez generarán mayor ansiedad; generándose así un círculo vicioso.
Causas y factores de vulnerabilidad
A nivel general, las alteraciones de ansiedad son bastante habituales entre la población y en una gran mayoría de ocasiones la causa es multifactorial.
La destreza para hablar en público no es algo hereditario, sino una habilidad que se aprende con la práctica, ehhh aquí una de las dificultades con las que se encuentran quienes la sufren, pues, en ocasiones no es fácil ponerlas en práctica de manera continuada.
Entre las principales causas podemos destacar:
- Falta de práctica. Las habilidades de comunicación del tipo que sean necesitan un ámbito en el que desarrollarse y potenciarse. Hay gente que no tiene la ocasión de hablar o actuar en público frecuentemente por lo que es más difícil desarrollar la habilidad.
- Deseabilidad social y Miedo a la crítica.
- Expectativas inadecuadas. Así, tendemos a pensar que hablar en público es ser un orador, un catedrático de universidad que está todos los días hablando ante sus alumnos, un cantante famoso que está acostumbrado a las cámaras de televisión, etc y hablar en público, en la mayoría de las ocasiones, se reduce a transmitir un mensaje comprensible, hacerse entender, responder dudas.
- Experiencias negativas anteriores. Especialmente cuando las personas han cometido un error, se han bloqueado o han sido objeto de burlas. La mente aprende por asociación, produciéndose frecuentemente la idea de que la situación se va a volver a repetir.
- Educación. Así, unos muy protectores que tienden a evitar las experiencias negativas en sus hijos, evitarán a toda costa que sus hijos lo pasen mal, potenciando por tanto no enfrentar situaciones difíciles para ellos sin que puedan desarrollar las habilidades y recursos necesarios para ello; en este caso las habilidades interpersonales para comunicarse en público.
- Timidez y fobia social. Asociamos ( aunque existen matices ) la fobia social a una timidez en grado extremo limitante para el sujeto. En no pocos casos, suelen ser la base del miedo a hablar en público; así una persona extremadamente tímida suele rehuir el contacto por su autoincapacidad percibida, su miedo y la imagen que cree los demás se formarán sobre él. No es de extrañar que cuando no quede más remedio que afrontar las situaciones que temen, lo hagan con un grado de ansiedad extremo.
Consecuencias
Es comprensible entender que sólo con pensar que el hecho de tener que hablar en público hace que quien lo sufre esté hecho un un manojo de nervios ¿Qué se suele hacer? Evitar a toda costa tener dicha situación, pero el resultado final es perder muchas oportunidades de crecimiento personal, de ocio, oportunidades profesionales…
Cuando enfrentamos la situación en un estado de pánico, el cuerpo, tus gestos, los movimientos, la voz temblorosa reflejan esa falta de seguridad y serenidad; no transmitir la información con eficacia, pudiendo llegar a manchar la imagen personal-profesional por un miedo que nada tiene que ver.
¿Cómo superar el pánico escénico?
La intervención terapéutica con esta dificultad requiere del aprendizaje y uso de recursos de desactivación emocional, técnicas como la relajación, visualización, mindfulness.
Del mismo modo, se requiere de un trabajo con la historia personal y relacional de la persona que permita que las experiencias pasadas no supongan situaciones limitantes que desencadenen la misma reacción que en su momento tuvo lugar, impidiendo la aparición de pensamientos negativos automáticos ante las situaciones temidas.
En ocasiones, es necesario un aprendizaje de las habilidades sociales necesarias para afrontar la situación desafiante; habilidades tales como darse a conocer personal y profesionalmente, hablar en público resultando atrayente mostrando una comunicación no verbal serena y relajada.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, tienes un gran malestar emocional y ves que no puedes manejar y controlar estas situaciones, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al 669 489 678 y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso de forma personal e individualizada, atenderte y ayudarte.