En no pocas ocasiones sugiero a mis pacientes que, tanto cuando están solos como cuando están con sus parejas, amigos, compañeros de trabajo, etc, escuchen el silencio, pues dice muchas cosas, lleva implícitas una amplia amalgama de emociones, desde la paz interior al miedo, la tristeza, la rabia.
Los seres humanos somos seres sociales con una capacidad de comunicación innata y que, no podemos no comunicar. Disponemos de la palabra como medio de comunicación por excelencia. Nos expresamos a través de la palabra ( algo que nos diferencia de los animales ) y a su vez con todo aquello que no son palabras: gestos, expresiones faciales, mirada, tono y volumen de voz, etc.
El diálogo es el medio a través del cual las relaciones interpersonales se inician y mantienen, y también puede ser un enemigo que, bien por su mal uso o por su ausencia, va creciendo poco a poco y lleva a erosionar o incluso a destruir una relación.
En palabras del músico Miles Davis, "el silencio es el ruido más fuerte". Sin duda, el silencio puede decir mucho sin decir nada, pero, cuando no queremos dañar a alguien, hay que tener mucho cuidado en la formade usarlo.
El SILENCIO EN LAS RELACIONES DE PAREJA.
El diálogo es algo inevitablemente vinculado a la relación de pareja, y, como tal evoluciona a medida que lo hace la relación.
Cuando comienza una relación suele haber un fuerte deseo por tener contacto con la pareja, es mucho lo que se comparte en un contexto generalmente agradable o, al menos percibido como no punitivo, en cualquier caso, un contexto en que a los dos les compensa estar, sino la pareja se rompería rápidamente.
Así aparecen “silencios positivos”, pues denotan tranquilidad. Es el refugio del silencio, cuando hemos compartido nuestro día a día y obtenemos el premio de sentir sin hablar sintiendo la complicidad de los pequeños momentos.
También destacamos los silencios que denotan felicidad, así en momentos para contemplar algo, los silencios son algo que se disfruta siendo conscientes de ellos. Cuando se siente una conexión entre nosotros, aunque no se articule palabra alguna, las miradas, las caricias, se convierten en cómplices de la confianza y la felicidad en la pareja.
A medida que pasa el tiempo, la pareja se estabiliza, evoluciona, se adquiere un mayor compromiso en el cual la pareja empieza a tomar decisiones como una unidad, por ello, en no pocas ocasiones empiezan a aparecer las dificultades, los primeros conflictos, momento en que es preciso atajarlos. De lo contrario generarán una “cicatiz” que cada vez se hará más profunda.
Para tomar decisiones satisfactorias para ambos y solucionar conflicto es preciso ser capaz de comunicarnos. Así cuando éstos no se resuelven satisfactoriamente comienza a aparecer la frustración, las discusiones – o el miedo a la discusión promueven que se evite lo que antes unió a la pareja, hablar de nuestras inquietudes no supone una solución, a veces se convierte en un problema que irrita al otr@, así ya que los errores a la hora de comunicarnos pueden generar graves malentendidos, pero, además, son mucho más frecuentes cuando la tensión se ha instalado en la relación.
Si la pareja no es capaz de poner freno a estas tensiones, aquello que antaño compartían se comienza a resquebrajar, el sentimiento de pareja es menor, y aparecen los silencios negativos, usados como forma de castigo, de hacer cambiar al otro.
Cuando ha pasado el tiempo y nuestras dificultades no se han solventado, incluso se han agudizado o cronificado; nuestro partner ya no esa persona con quien nos sentimos protegidos, aquella en quien confiar todas nuestras inquietudes, el antaño compañer@ se convierte en un foco de insatisfacción, provocándose sentimientos de soledad, desaparece la comunicación de sentimientos y emociones y su visión es casi la de un enemigo aparece.
EL SILENCIO COMO FORMA DE CASTIGO.

Ya no se trata de un silencio pacificador, bien para compartir emociones o bien para evitar malentendidos o disputas, sino de un silencio para dañar al que está enfrente.
La persona que recurre al silencio como castigo suele hacerlo porque no tiene otros recursos psicológicos para hacer frente a la situación. El silencio es su respuesta por varias razones:
- Piensa que no tiene sentido hablar del tema porque es imposible llegar a un acuerdo, por lo que usa el silencio para hacer que el-la otr@ ceda, es una estrategia
- Cree que su interlocutor no lo escucha, por lo que utiliza el silencio para "obligar" al otro a escucharlo.
- Se siente profundamente ofendido/a, usando el silencio para que el otro se arrepienta. Cuando callamos para decir que estamos molestos no le damos oportunidad al otro de explicar, ofrecer disculpas o aclarar una situación. No buscamos resolver el problema, sino plantarnos en una postura rígida y unilateral que impide encontrar soluciones y estanca la relación.
- Hay una gran dificultad de ponerse en el punto de vista del otro, empatizar con sus emociones tenga o no razón y usa el silencio como forma de mostrar indiferencia, siendo éste el sentimiento más dañino, pues cuando mostramos rabia, transmitimos que junto a ella hay dolor ( por lo menos, hay algo ), pero la indiferencia nos transmite que no hay nada, sólo hay vacío.
“El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad”.
-WILLIAM SHAKESPEARE-
¿Qué sucede cuando el silencio es el único mensaje que nos llega de las personas más cercanas a nosotros? En este ámbito aparece la conocida como la ley del hielo.
LA LEY DEL HIELO
Aparece como una forma de agresión por medio del silencio.
Es un comportamiento que presentan algunas personas en sus relacionales emocionales y que consiste en ignorar a la otra persona en sus demandas/preguntas manteniéndose en silencio, manteniendo así una posición de indiferencia hacia los sentimientos, no sólo hacia las palabras.
Se minimizan-ignoran las necesidades de otra persona con quien mantenemos un vínculo emocional lo cual no deja una forma de comunicación pasivo-agresiva.

La ley del hielo es un “recurso” ampliamente usado por personas que aparentemente parecen ser muy racionales con un aparente alto nivel de autocontrol y resolutivas ( sólo de problemas no de sentimientos), y a su vez muy poco emocionales, algo que muchas veces ni siquiera reconocen o se permiten Son personas reflexivas que analizan una situación para buscar argumentos que justifiquen su comportamiento de frialdad emocional hacia quien les ama.
Realmente cuando alguien intenta crear una distancia física o emocional con otra persona con la que tiene un vínculo afectivo está evidenciando seria dificultad emocional para resolver un problema.
Quien lo sufre tiene una gran contrariedad, sentimientos de culpa que a su vez no puede contrastar, con un marcado sentimiento de soledad manteniéndose en una incertidumbre que finalmente le puede llevar a sufrir problemas de ansiedad o depresión.
QUÉ HACER SI ERES VÍCTIMA.

- No te tortures. La responsabilidad de un problema es cosa de dos, por tanto, su solución también
- No caigas en el juego de manipulación y mantente firme en tu opinión; pues existe el derecho a ver un acontecimiento desde diversos puntos de vista. Si estás segura/o de una decisión u opinión, muestra tu intención de escuchar debatir con tranquilidad y buscar soluciones conjuntas, sin tener que ceder al castigo de la indiferencia.
- Busca actividades que te hagan sentir bien, pues si toda la vida la giramos en torno a ello, entramos en un bucle de difícil salida
- Planteémonos nuestros límites. Por mucho que, probablemente, de manera subjetiva, tú seas el/la responsable, plantéate hasta dónde tenemos que pagar por un error, cuáles son nuestras línea s rojas que no queremos cruzar.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, te sientes víctima del doloroso silencio, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678, enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.