A grandes rasgos podemos decir que la principal característica del trastorno antisocial de personalidad es la falta empatía y afecto por los demás.
Muchas veces hemos oído coloquialmente hablar del concepto de personalidad; con frases como: “ Tiene mucha personalidad”, “ no tiene personalidad ”, etc. La Real Academia Española de la Lengua en sus diferentes acepciones define la misma como
- Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra.
- Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas.
- Persona de relieve, que destaca en una actividad o en un ambiente social.
En el ámbito de la psicología clínica, cuando hablamos de personalidad nos referimos a un conjunto de pensamientos, sentimientos y comportamientos profundamente incorporados y arraigados, que se mantienen a lo largo del tiempo.
Constituye así un patrón consistente y duradero de respuestas aprendidas ante una multitud de situaciones y circunstancias personales-vitales. El famoso terapeuta Aaron Beck considera las pautas de personalidad como estrategias con funciones adaptativas que han sido modificada por el aprendizaje y el ambiente en que se ha desarrollado y se desenvuelve el sujeto.
En muchas ocasiones estos rasgos provocan estrés o dificultades en el funcionamiento personal e interpersonal de quien los sufre, momento en que podemos plantearnos la posibilidad de un trastorno.
Características del trastorno antisocial:
- El principio característico del trastorno antisocial de personalidad, también conocido como psicopatía aunque existen matices que los diferencian, es la ausencia de afecto y empatía por los demás pudiendo llegar a ser indiferentes o incluso despectivos a los derechos, sentimientos, y sufrimiento de otras personas.
- Son personas que se mueven de manera egocéntrica hacia sus propios fines, con un marcado hedonismo. Guiándose por su propio bienestar, placer o la comodidad y no tanto por las normas sociales o personales.
- No comporta ninguna anormalidad intelectual, pues distinguen entre lo que está bien y lo que está mal, siendo por tanto dueños de sus actos. Es capaz de entender el estado emocional y conocer la perspectiva de los demás, una ventaja que en ocasiones utiliza para identificar a personas vulnerables emocionalmente, sin embargo, son incapaces de experimentar lo que la otra persona está sintiendo.
- Tienen un concepto de justicia muy idiosincrásico; tendiendo a pensar en sus normas como las válidas.
- Tienden a exculparse de sus acciones. Los pacientes con trastorno antisocial de la personalidad pueden racionalizar y justificar sus actos culpando a los que les hacen daño, a la forma de vida. Están decididos a no ser ni sentirse pisados y hacen lo que consideran que es mejor para ellos a cualquier precio.
- Pueden expresar su desprecio por los demás y por la ley mediante la destrucción de la propiedad, el robo. Pueden engañar, explotar, estafar o manipular a la gente para conseguir lo que quieren.
- Presentan muy baja tolerancia a la frustración, queriendo conseguir sus metas de forma rápida, inmediata y con poco esfuerzo, por lo que no vacilan en utilizar a los demás para ello. En no pocas ocasiones, las personas antisociales pueden tener arranques de ira súbitos e intensos cuando se sienten criticados o algo no sale como lo tenían planeado. Muy asociado con ello se encuentra generalmente un déficit en el control de sus impulsos que les lleva a actuar de manera destructiva contra los demás, contra el entorno o contra sí mismos.
Los pacientes con trastorno antisocial de la personalidad tienden a tener una buena opinión de sí mismos, una alta autoestima sintiéndose en no pocas ocasiones superiores a los demás, especialmente con sus víctimas. Pueden ser muy obstinados, seguros de sí mismos. Pueden ser encantadores, volubles y hábiles verbalmente en sus esfuerzos para conseguir lo que quieren.
Actualmente se habla de los estafadores del amor como personas con rasgos psicopáticos, narcisistas, y explotadoras que seducen a sus víctimas con el fin de obtener dinero y beneficios personales como un ejemplo de personas antisociales; y es que reúnen muchos requisitos: no tienen en cuenta el daño emocional que pueden ocasionar, no dudando en utilizar la el chantaje y la manipulación emocional en su propio beneficio justifican sus actos sin sentir remordimientos.
Estamos ante uno de los tipos de delitos que más ha aumentado en los últimos años con el auge de las redes sociales. El psicólogo criminalista Jorge Jiménez apunta que “Aprenden a relacionarse con los demás como si fueran huéspedes y ellos su parásito".
Se trata de personas con una "alta inteligencia social y de comunicación y perciben a los demás como si fueran elementos de quienes sacar un beneficio".
CAUSAS-ORIGEN.
Es muy difícil, por no decir que imposible, pensar en un único factor como causante de este trastorno. Así ocurren factores tanto genéticos como ambientales.
Resulta importante el comportamiento de los padres y el entorno durante la infancia y la adolescencia. Padres poco empáticos, centrados en el fin-la consecución de objetivos ignorando o minimizando los medios para alcanzar los mismos, igualmente Padres que muestran una educación con escasos límites, siendo estos pocos claros; no ensenándolos el por qué es importante el respeto a las normas sociales interpersonales y a cualquier persona por el hecho de ser seres humanos, potencia la posibilidad de desarrollar características antisociales.
De la misma manera, influye negativamente cuando los padres descuidan al niño o son inconsistentes en la disciplina o en el estilo de crianza cambiando de un ambiente cálido y de apoyo a uno distante afectivamente y crítico hacia los hijos.
Muchas veces se ha hablado en la infancia y adolescencia del trastorno disocial, ahora llamado trastorno de la conducta, como un trastorno muy relacionado con el antisocial. Se trata de niños que presentan un patrón de actitud y comportamiento continuo caracterizado por la presencia de una transgresión sistemática de las normas sociales y los derechos de los demás.
Este patrón de conducta se identifica con la presencia de comportamientos agresivos contra personas o animales (siendo frecuente el daño y maltrato), el hurto de pequeños objetos, incumplimiento de convivencia, etc . También se caracterizan, por lo general, por actuar por gratificaciones a corto plazo, dominados por impulsos sin pensar en las consecuencias, y con escasa capacidad de tolerancia a la frustración.
QUÉ PODEMOS HACER.
No es habitual que una persona que padece este trastorno acude por sí misma a terapia, soliendo hacerlo obligado por el entorno ( la familia, el colegio, un juez, etc ) y cuando lo hace rara vez reconoce los problemas como propios y con escasa motivación intrínseca, por sí mismos al cambio.
En estos casos es importante aplicar el dicho” más vale prevenir que curar” intentando prevenirlo durante la infancia y adolescencia, pues es el momento en el que se está formando la personalidad. De este modo, es crucial que los padres actúen como modelos a seguir, fomentando modelos de apego adaptados a su entorno; siendo muy rigurosos en mostrar una actitud, respetuosa hacia las normas y las personas, enseñando a disculparse cuando se considera que hemos daño a alguien, promoviendo esto mismo en los hijos. Nunca nos olvidemos que los niños aprenden viendo a sus padres.
Cuando tenemos delante de nosotros alguien con trastorno antisocial, trabajaremos en fomentar su empatía, responsabilidad, respeto e interés hacia los demás.
Si te has visto reflejado en este artículo, bien como persona que lo sufre o como una víctima de una persona con este trastorno, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678, enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.