Nuestro día a día implica mayoritariamente actividades que suponen una interacción con otras personas. En algunas ocasiones las situaciones sociales pueden llegar a ser tan aversivas que generan un alto nivel de miedo y de sufrimiento para determinadas personas. Hacen lo posible por evitarlas, lo que las ocasiona una elevada interferencia en su vida.
La ansiedad social o fobia social se define como un miedo intenso a situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de los demás. Todos podemos sentirnos inseguros en determinadas situaciones, con dudas sobre si seremos competentes o apreciados… sensaciones, que pasado un cierto tiempo, se acaban superando y permite afrontarlas.
La fobia social sería un grado muy severo de timidez, se trataría de una timidez extrema. El bloqueo y el malestar es muy elevado, se tiene miedo de actuar de una determinada manera o de mostrar síntomas que puedan valorarse negativamente por parte de otras personas.
Síntomas de la fobia social
La propia exposición a la situación temida genera una respuesta de ansiedad. La persona anticipa un resultado negativo en la evaluación de la que se siente objeto, y esto se manifiesta con los siguientes síntomas: sudor, temblores musculares, rubor, dificultad para hablar, sequedad de boca, palpitaciones, náuseas, tics…llegando incluso a progresar hasta ataques de pánico
Esos síntomas fisiológicos se acompañan además de:
- una excesiva atención a uno mismo, es decir, focalización de toda la atención, no en la situación de interacción ni en los demás, sino en sí mismo/a, lo cual incide negativamente en la actuación ante los otros
- se realiza una evaluación de la situación como altamente amenazante y se anticipan unas consecuencias catastróficas
- pensamientos autocríticos de incompetencia “me verán torpe”, de ridículo “pareceré tonto”, “haré el ridículo”, de no aprobación o de juicio constante por parte de los demás “descubrirán mi inseguridad”, “mis cosas aburren”, “podría ofender a alguien”… estos pensamientos anticipados hacen que aún sin estar presente en la situación temida se sufra de una elevada ansiedad simplemente con el hecho de imaginar tener que afrontarla
conductas de seguridad como bajar el tono de voz, no mirar directamente a los ojos…
- conductas de seguridad como bajar el tono de voz, no mirar directamente a los ojos…
- en el caso de que a pesar del elevado malestar se soportase la situación, una vez transcurrida ésta, se tratará de revivir todo lo sucedido, se repasará la actuación y se focalizará en todos y cada uno de los detalles sucedidos, como podrían ser los gestos realizados, los silencios, el tono empleado, la conversación… realizando una autoevaluación y enfatizando en lo que “se debería haber hecho o dicho”
- evitación de las situaciones que generan el malestar
Situaciones temidas
Las situaciones sociales más temidas serían:
- el iniciar y/o mantener conversaciones
- llamar por teléfono
- acudir a una fiesta y otras reuniones sociales
- hablar con personas desconocidas
- hablar, comer, beber o escribir en público
- realizar entrevistas
- en general en situaciones en las que la persona se sienta el centro de atención y de ser observado.
Según el número de situaciones involucradas y la variedad de las mismas, puede hablarse de fobia social específica cuando las situaciones aversivas son circunscritas, y de fobia social generalizada, cuando son temidas una amplia variedad de situaciones siendo en este caso cuando la dificultad es más incapacitante.
El escape o la evitación de las situaciones temidas, consecuente al malestar anticipado o experimentado, mantiene los pensamientos sobre la potencial amenaza, sobre la incompetencia en ese tipo de interacción y sobre las consecuencias negativas que conllevaría la propia actuación. De esta forma se establecen patrones de pensamiento y creencias desadaptativas, que no permitirían ser cuestionados, se darían por hecho y se las consideraría inamovibles.
La limitación en la vida social, ámbito que quedaría muy lejos de lo deseado, afectaría a la consideración de uno/a mismo/a, generando en la persona una gran frustración, desánimo, sensación de inferioridad, que interferirá muy negativamente en su vida cotidiana. La ansiedad social puede también afectar al estado de ánimo favoreciendo la depresión, los estados de angustia, la agorafobia, o el abuso de tóxicos entre otros.
Los factores que influyen en el desarrollo de este trastorno pueden ser numerosos: temperamento de la persona, alta sensibilidad a la ansiedad, experiencias vitales adversas, fallas en el aprendizaje social por escasez de oportunidades para la interacción o por no contar con modelos de referencia socialmente habilidosos…
Tratamiento de la fobia social
la intervención terapéutica con esta problemática requiere de un trabajo con la historia vital y relacional de la persona, pues es un aspecto básico poder realizar una formulación individualizada
detección de las creencias limitantes y los pensamientos irracionales asociados a las situaciones temidas
técnicas de reducción de la activación (relajación, mindfulness, entrenamiento en respiración…) para los momentos en los que los síntomas de ansiedad sean elevados;
muy importante tener en cuenta la autoestima de la persona y cómo ésta puede estar dañada por la evolución y los efectos de la fobia social
en determinadas ocasiones puede ser requerido un trabajo de entrenamiento en habilidades sociales cuando se constaten carencias en este ámbito debido a que el aprendizaje del propio proceso de socialización se haya visto obstaculizado: aprender a cómo hablar con desconocidos, cómo presentarse, cómo realizar peticiones o cómo expresar las propias opiniones, comunicación no verbal etc.
Nuestra experiencia en el tratamiento de la fobia social nos ha demostrado que es un trastorno altamente limitante e incapacitante para la persona que lo sufre, hay una constante perdida de oportunidades en todos los ámbitos que suele desencadenar una autocrítica negativa y baja autoestima.
El tratamiento de la fobia social es un proceso complejo que requiere de un proceso terapéutico específico realizado por Psicólogos/as Sanitarios. En Psicopartner contamos con un equipo de psicoterapeutas altamente experimentado que te pueden ayudar a superar este problema.
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