Hiperconectividad: tecnoestres y ansiedad

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Relación de las nuevas tecnológicas con la ansiedad y el estres:

En nuestra sociedad actual, las personas vivimos permanentemente conectadas a la información gracias a diferentes canales como la televisión, la radio, internet, a través de  ordenadores, tablets, y sobre todo, a nuestros teléfonos móviles.

La aparición de aplicaciones como Whatsapp y el aumento de las redes sociales, están incrementando más si cabe esta hiperconectividad, sobre todo en la población más joven.

Los datos son claros: El 28,3% de la población española, declara que las nuevas tecnologías aumentan el estrés y de estos, el 68,2% se siente estresado por la imposibilidad de desconectar, incluso fuera de la jornada laboral. Las nuevas tecnologías nos hacen sentir la necesidad de una respuesta inmediata y pueden generar adicción y dependencia.

No podemos negar las grandes ventajas que posee este fácil acceso a la información pero un uso excesivo e indiscriminado, genera una serie de problemas a los que a menudo no damos importancia y que a la larga, pueden ocasionarnos graves trastornos. Es bien sabido que el estrés mantenido en el tiempo, afecta de forma importante  a nuestra salud.

Algunos síntomas psicosomáticos como trastornos musculo-esqueléticos, cefaleas, cansancio, hipertensión o eczemas,  podrían estar dándonos la voz de alarma sobre un uso inadecuado o excesivo de las tecnologías de la información (TICs).

El estrés, afecta especialmente a nuestro sistema inmunológico, cardiovascular, respiratorio, endocrino y reproductor, aumenta las posibilidades de contraer una enfermedad coronaria y algunos tipos de cáncer y puede desencadenar trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, como la depresión.

¿Que es el tecnoestrés?

En 1984, el psiquiatra norteamericano Craig Brod, acuñó por primera vez el término de tecnoestrés, definiéndolo como “una enfermedad de adaptación causada por la falta de habilidad para tratar con las nuevas tecnologías del ordenador de manera saludable”.

Dentro de este término genérico, encontramos distintos tipos de tecnoestrés:

  • Tecnoansiedad, caracterizada por una alta activación fisiológica no placentera, tensión y ansiedad acompañada de pensamientos negativos acerca de la capacidad del individuo de manejar las TICs,
  • Tecnofatiga, con sentimientos de cansancio y sobrecarga mental, debidos al exceso de estímulos.
  • Tecnoadicción, que aparece con la utilización de TICs de forma compulsiva, fomentando la aparición de la dependencia como si de la adicción a una droga se tratara.

Comienza a escucharse cada vez de forma más frecuentemente, el término de nomofobia, que hace referencia a la ansiedad generada por no estar en contacto con nuestro teléfono móvil o el miedo patológico a perderlo o dejarlo olvidado.

Echeburúa, Bravo de Medina y Aizpiri (2005, 2007) nos advierten además, que el abuso a Internet, puede ser una manifestación secundaria a otra adicción principal o a otros problemas psicopatológicos, tales como la depresión, la fobia social u otros problemas de tipo impulsivo-compulsivo (como el trastorno obsesivo-compulsivo).

Muchos de nosotros, podemos desarrollar alguno de estos trastornos, sin apenas darnos cuenta. La doctora Marisa Salanova, de la Universidad Jaime I de Castellón, pone de manifiesto, que algunas personas tienen más recursos para hacerles frente, por poseer una personalidad más resiliente o resistente al estrés.

Además, las creencias que poseemos hacia nuestra propia eficacia frente a las tecnologías, nos convierten en más o menos vulnerables a sentir ansiedad a causa de ello.

¿Qué hacer frente al tecnoestrés?

Para minimizar las molestias generadas por el uso de las TICs, es recomendable que mantengamos una serie de hábitos saludables, como una dieta variada y equilibrada, un descanso adecuado y practicar ejercicio de forma regular.

Las terapias adecuadas para esta problemática, incluyen:

  1. Técnicas cognitivas: orientadas a cambiar la forma de ver la situación, trabajando los pensamientos y los esquemas mentales.
  2. Fisiológicas: para reducir el exceso de activación, empleando para ello por ejemplo, la relajación muscular, etc.
  3. Técnicas conductuales: modificando comportamientos para conseguir cambios en nuestra relación con las TICs, de manera que no se convierta en algo que controle nuestra vida, si no en una herramienta útil, en nuestro hacer cotidiano.

Con respecto a los tratamientos requeridos en los casos de dependencia o adicción a los teléfonos móviles o a las redes sociales, se centran primeramente en el aprendizaje de respuestas de afrontamiento adecuadas, para después establecer una serie de exposiciones programadas a las situaciones relacionadas con la conducta adictiva y un posterior programa de prevención de recaídas.

Un Psicólogo Sanitario, nos puede ayudar a identificar los factores que han originado este tipo de trastornos y a trabajar en ellos de forma personalizada y específica, pero no debemos olvidar que la mejor forma de curar es la prevención.

Es recomendable que limitemos el uso de estas tecnologías, controlando el tiempo que les dedicamos cada día, no descuidando nuestras relaciones personales y dedicándole también tiempo a nuestras viejas aficiones, como la lectura, el deporte, una agradable caminata o una reconfortante charla con nuestros familiares y amigos.

Psicopartner cuenta con un equipo de Psicólogos Sanitarios especializados en el tratamiento de la ansiedad y del estrés debido la hiperconectividad.

Ana Mª Pascual González

Estudiante Grado de Psicología de la UNED

 

BIBLIOGRAFÍA

ECHEBURÚA, E., DE CORRAL, P. (2010) Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto. Adicciones, [S.l.], v. 22, n. 2, p. 91-96, jun. 2010

Laboratorios Cinfa (2017). VII Estudio Cinfasalud: Percepción y Hábitos de la población española en torno al estrés. Recuperado de www.cinfasualud.com

SALANOVA, M., LLORENS, S., CIFRE, E., & NOGERADA, C. (2007). Tecnoestrés: concepto, medida e intervención. Nota técnica de prevención, 730, 21ª Serie. Madrid: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

SALANOVA, M. CIFRE, E. y MARTÍN, P. (1999). El proceso de tecnoestrés y su prevención (I). Revista de Salud, Trabajo y Prevención, 1, 18-28.

SALANOVA, M. CIFRE, E. y MARTÍN, P. (1999). El proceso de tecnoestrés y su prevención (II). Revista de Salud, Trabajo y Prevención, 2, 4-12.

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Ángel Luis Guillén

Director Centro Psicopartner
Psicólogo Empresarial y Sanitario
Séxologo y Terapeuta de Pareja.

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