Durante este periodo que nos ha tocado vivir, la pandemia del Covid-19, la ansiedad acusada, ha sido una consecuencia directa que cada vez se encuentra más presente en consultas de psicología, expliquemos un poco en que consiste esta emoción y cómo podemos atajarla y manejarla de un modo más eficaz.
La ansiedad es una emoción primaria, se activa cuando el organismo percibe una amenaza o peligro, funciona como sistema de alarma avisando al organismo que tiene que hacer algo para sobrevivir, por tanto es una emoción adaptativa, necesaria para la supervivencia de la especie, la ansiedad y el miedo comparten las mismas señales fisiológicas: incremento de la activación cortical del Sistema Nervioso Central, en donde la respiración se hace más rápida y entrecortada, se produce el incremento de la tasa cardiaca y de la presión sanguínea, la conductancia de la piel también se incrementa, por ello cuando estamos nerviosos es probable que se produzca sudoración; esto es debido a que se active una parte del sistema endocrino, el sistema simpático, que interviene cuando el organismo se encuentra amenazado y/ o en peligro, la diferencia principal entre la ansiedad y el miedo, es que la ansiedad se activa ante una amenaza incierta, en la que no manejamos la certidumbre y va a acompañada de pensamientos del tipo: “no sé si me he contagiado, cuándo va a terminar esta situación, o no sé si me quedaré sin trabajo, el miedo responde a una amenaza más específica, me dan miedo las arañas, los lugares cerrados o los payasos…….”
Ansiedad y Estrés
La ansiedad y el estrés van de la mano, las respuestas de estrés se activan cuando el organismo requiere responder a una demanda, como la ansiedad, el estrés en niveles ajustados es necesario porque activa los recursos necesarios para poder sobrevivir, el problema es cuando esta demanda es elevada y el sistema vegetativo y el simpático tienen que generar una activación elevada de los recursos del organismo.
A nivel fisiológico cuando la persona se siente estresada tiene un aserie de reacciones fisiológicas que implican la activación del eje hipofisosuprarenal, compuesto por el hipotálamo, estructura nerviosa situada en la base del cerebro y que actúa de enlace entre el sistema endocrino y el sistema nervioso activando la hipófisis que libera entre otras cosas el conocido cortisol.
Vía del sistema nervioso vegetativo: libera hormonas tales como como la adrenalina, en situaciones de estrés psíquico y de ansiedad, y la noradrenalina segregadas por el sistema simpático, en especial en estrés de tipo físico y en situaciones de alto riesgo y agresividad. Estas hormonas preparan al organismo para luchar y/o huir, son las que enlazan el estrés con los indicadores psicofisiológicos de la emoción.
Respuestas de estrés más comunes; dilatación de las pupilas, dilatación bronquial, movilización de los ácidos grasos , aumento de la coagulación, incremento del rendimiento cardiaco, vasodilatación muscular y cutánea, reducción de los niveles de estrógenos y testosterona…
En la gráfica puedes ver como se desarrolla el fenómeno de la ansiedad y el estrés: el organismo como he comentado necesita de unos niveles óptimos para funcionar, sobrevivir ya atender a las demandas del ambiente, así como estudiar y rendir en ciertas actividades como para atender, razonar o memorizar.
El problema es cuando ante determinadas situaciones activamos elevados niveles de ansiedad y estrés durante un tiempo prologado y esto favorece a que los mecanismos del estrés se desajusten, es decir, que este sistema de alarma se active en situaciones en donde no existe una amenaza real, por ejemplo, cuando hemos estado un tiempo con ansiedad y estrés y nos vamos de vacaciones y en un momento de tranquilidad y calma empezamos a sentirnos muy nerviosos y/o agitados , esto se conoce como ataque de pánico, o más popularmente conocido como ataque de ansiedad, es reflejado como el punto P en el gráfico y se caracteriza entre otras cosas por agitación psicomotora, mareos, náuseas, sensación de pérdida de control, miedo a morir, respiración rápida y entrecortada, opresión en el pecho, tasa cardíaca acelerada…. , la presencia de varios ataques de pánico puede degenerar en trastornos de ansiedad , cronificando la ansiedad y dificultando la vida de la persona, si persiste esta frecuente activación, como consecuencia se deprime la activación cortical y se pasaría a un estado de inhibición más predominante dando lugar a episodios depresivos o a una depresión, la depresión es un trastorno funcional por estrés.
Manejar el Estrés y la Ansiedad de una manera sana y ajustada
- Lo primero es entender cómo funcionan nuestras emociones y nuestros sistemas de respuesta al estrés, las emociones no son ni buenas, ni malas, son adaptativas y necesarias siempre y cuando aprendamos a manejarlas y a gestionarlas, por ejemplo ante un examen, una entrevista de trabajo o ante una situación novedosa , esta alarma se activa para prepararnos para el acontecimiento en cuestión, poder analizarlo y evaluarlo de modo eficaz ,así como generar las respuestas necesarias requeridas. Si viéramos un oso en el bosque y no se activara el miedo o la ansiedad, moriríamos ya que no percibiríamos amenaza o peligro alguno.
- Comprender que no hay situaciones estresantes como tal; solo el ruido y el percibir como he comentado un animal peligroso activan este tipo de respuestas a nivel biológico e innato, el resto de situaciones tiene que ver con cómo nosotros valoramos las mismas y esto está determinado por nuestro sistema de creencias; valores, actitudes y pensamientos que están relacionados con nuestras experiencias previas y conforman una manera particular de entender el mundo, a los demás y a nosotros mismos.
Lo que pensamos puede ayudar o no a manejar el estrés y la ansiedad, si ante una preocupación nos decimos: “ seguro que me quedo sin trabajo”, “si me contagio me moriré”, “no sé si seré capaz de soportar esto”, este tipo de pensamientos ayudarán a que esa ansiedad y el estrés aumenten, sin embargo , si me digo por ejemplo; “si me quedo sin trabajo puedo aprovechar para hacer otras cosas que me gusten , formarme y /o buscar otro tipo de trabajo que me reconforte más”, o me digo, “no sé si me contagiare aunque sí que sé que si tomo las medidas adecuadas el riesgo de contagiarme es menor”, o si me digo, “soy capaz de manejar esta situación porque tengo recursos y en mi vida también me he enfrentado a situaciones muy complicadas y he conseguido
resolverlas”, estas verbalizaciones ayudaran a que mi ansiedad y mi estrés disminuyan.
Generar que se active el sistema parasimpático que funciona para ayudar al organismo a estar en calma y tranquilo; mediante técnicas de respiración, técnicas de relajación, a través del yoga y el mindfulness, proporcionándonos estados de calma, bienestar y tranquilidad.
Aprender a manejar los estados de incertidumbre , ya que la vida se encuentra repleta de este tipo de situaciones, siendo conscientes de la necesidad de control para sentirnos tranquilos y seguros, favoreciendo ejercicios como el salir de tu zona de confort, aprendiendo a manejar esta emoción de una manera más ajustada , sintiendo así que es una sensación desagradable pero no horrible.
“ Tal vez la ansiedad sea en cierto sentido un lujo; una emoción que solo podemos permitirnos cuando ya no estamos preocupados por el miedo “real””.
William James
Si te sientes ansioso/a y estresado/a y ves que no puedes manejar y controlar estas sensaciones, ponte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al 669 489 678 y reserva una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.