Todos los seres humanos en algún momento hemos sentido el deseo de poseer o haber alcanzado determinadas posesiones logros y metas, el matiz es importante, la envidia va a su vez acompañada de emociones tales como el resentimiento, malestar, enfado e ira hacia esa persona acompañando a esos deseos, la envidia no es desear solo lo que posee el otro también implica sentir alegría y desprecio si el otro pierde lo que nosotros tanto anhelamos poseer.
¿Qué es la envidia?
Según la RAE la envidia se define como:
1. Tristeza o pesar del bien ajeno. Sin.: celo1, pelusa, dentera.
2. Emulación, deseo de algo que no se posee.
Normalmente la envidia va cargada de frustración en la persona que la padece además de una comparación constante con lo que el otro tiene y lo que siente que le falta a ella, implica a su vez una autoestima muy baja y dependiente de los logros y de la valoración de los demás así como creencias y sentimientos frecuentes de sentirse poco valioso, no sentirse suficiente relacionados con su self.
Aunque es sentimiento muy común, las personas no suelen reconocerla por temor a ser juzgadas, ya que no es una emoción aceptada socialmente.
Qué origina la envidia
- Una baja autoestima: como hemos comentado una persona que siente envidia de manera frecuente es porque se siente poco valiosa y querible, no siente que lo que tenga o haya alcanzado en la vida sea suficiente e importante y tiende a focalizar y maximizar de manera positiva de lo que dispone el otro y minimizar la importancia de lo que es y de lo que tiene, suele ir acompañado de mucho sufrimiento, tristeza, frustración y ansiedad.
- Una comparación reiterada con el otro: al no sentirse suficiente y valido tiende a ver lo que posee el otro como algo más valioso y deseable. Es importante saber que la envidia y los celos son cosas diferentes aunque ambas disparan emociones negativas y pueden detonar conductas negativas hacía los demás o hacia uno/a mismo/a.
- Falta de alineación con sus propios valores y metas: los valores se definen como el grado de deseabilidad que le damos a determinadas cosas, es importante que la dirección de nuestra conducta este encaminada para conseguirlos; por ejemplo, si María se visualizaba a sí misma como una profesional de éxito, con casa propia y pareja a los 35 años, y no ha conseguido ninguna de estas metas, sentirá envidia por su amiga Juana que sí los posee.
- La cultura y las normas sociales: en sociedades como la nuestra en que existe una enorme presión social por alcanzar determinados estándares e hitos de belleza, trabajo y posesiones, es fácil definirse a través de ellos fomentando a su vez la competitividad, la frustración y la envidia.
Estrategias para manejar la envidia
Aceptación.
Es importante reconocer esta emoción en nosotros para poder trabajar sobre ella y mejorar, entender que todas las emociones tienen un valor funcional, es decir, nos sirven para algo es un aprendizaje fundamental; es común evitar sentir o experimentar determinadas emociones porque no resultan vergonzosas o desagradables, aunque lo que sucede es el efecto contrario, cuanto mas tratamos de evitarlas o reconocerlas éstas aparecen con más fuerza e intensidad.
Desarrollar una autoestima alta e independiente.
Crear y potenciar una narrativa más positiva con nosotros mismos. Validarnos y miramos desde una posición compasiva y amable, recordar y valorar nuestras metas y logros y no definirnos por aquellas si no por cualidades más intrínsecas e inmutables, como la forma de ser, la personalidad, y la esencia de cada uno.
Reducir la comparación con el otro/s.
Aunque es inevitable en muchas ocasiones por el tipo de sociedad en la que vivimos y nos relacionamos; empezar a ser consciente de cuando entro en esa comparación, parar y realizar comparaciones que me impliquen sólo a mí mismo, por ejemplo: en qué cosas he mejorado en estos 5 años, las enumero y me refuerzo por conseguirlas, en qué cosas necesito mejorar o no he conseguido alcanzar en estos 5 años, las enumero y propongo estrategias y plazos para conseguirlas desde la responsabilidad y no desde la culpa.
Alinearme con mi valores y metas personales.
Definir y redefinir mis valores cada cierto tiempo y valorar si mi conducta esta yendo en la dirección adecuada para conseguirlos; en este trabajo también es importante alinearme con esos valores que sean únicos e idiosincráticos para la persona; muchas veces la cultura impone valores que tenemos tan automatizados que no nos planteamos si realmente son nuestros valores y son lo que queremos alcanzar o conseguir .
Siempre pongo el mismo ejemplo a mis pacientes; imaginemos a Juan, viene de un legado de importantes abogados en su familia; Su abuelo y su padre son abogados, pero a Juan le encantan las flores, plantarlas, dedicarle tiempo a conocerlas a cuidarlas, Juan quiere ser florista; un día hablando con su padre se lo comentó, éste se rio y le dijo:- “ De florista no te vas a ganar la vida, como abogado te ira mejor y debes seguir el legado familiar”; por no decepcionar o su padre y a su abuelo acabo siendo letrado, no le gustaba nada, se paso la vida soñando con ese invernadero repleto de flores que nunca tuvo y frustrado por su decisión … al final Juan no estaba alineado con sus valores.
Terapia psicológica para tratar la envidia
En Psicopartner hemos podido ayudar a muchas personas a manejar de manera adecuada la envidia. La terapia psicológica es una herramienta muy eficaz para tratar la envidia, aunque pueda no ser una de las emociones que comúnmente se asocian con la necesidad de intervención psicológica.
Lo que vemos en consulta es que, aunque la envidia es una emoción humana natural y no tiene porque generar graves problemas, a veces se vuelve crónica o intensa generando malestar emocional, afectando a las relaciones interpersonales y, en algunos casos, conduciendo a problemas más profundos como la baja autoestima o el resentimiento.
La terapia, especialmente dentro del enfoque cognitivo-conductual, puede ayudar a las personas a identificar los patrones de pensamiento que desencadenan la envidia y trabajar en cambiar esas creencias subyacentes. Por ejemplo, muchas veces la envidia surge de una comparación constante con los demás, lo que puede reflejar inseguridades propias o una percepción de insuficiencia. En este sentido, la terapia ayuda al paciente a desarrollar una autoconciencia mayor, trabajar en su autoestima y aprender a valorar sus logros y cualidades sin compararse de manera destructiva con los demás.
Además, la terapia puede ayudar a la persona a gestionar la emoción de manera más saludable, promoviendo el desarrollo de habilidades de afrontamiento y la construcción de una perspectiva más compasiva hacia sí misma y hacia los demás. Esto no solo reduce la envidia, sino que también mejora el bienestar general del individuo y sus relaciones interpersonales.
Si sientes envidia de manera frecuente, no te sientes a gusto con tu vida y no sabes qué hacer, te animo a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner, escribiéndonos a hola@psicopartner.com llamándonos al 91 466 98 62 o al 669 48 96 78, donde estaremos encantados de valorar tu caso, atenderte y ayudarte.