No siempre sabemos qué nos pasa, pero sí sentimos que algo no va bien. Ese es el punto de partida, no se trata de un diagnóstico, sino de la experiencia humana del malestar. Como psicólogo, mi trabajo es ayudarte a entender ese sufrimiento, identificar qué lo mantiene y acompañarte en el proceso del cambio.

No trabajo con etiquetas, sino con personas reales: con sus historias, sus fortalezas y sus heridas. Por eso, concibo la terapia como un espacio horizontal, en el que paciente y terapeuta se reconocen como iguales.

Me inspiro en la premisa de Carl Jung: “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas. Pero al tocar un alma humana, sea apenas otra alma humana”.  Por eso, no concibo la terapia como una aplicación rígida de protocolos, sino como un proceso a disposición del paciente.

Mi trabajo integra distintos enfoques avalados por la evidencia científica, como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), Terapia Focalizada en la Emoción (TFE), Mindfulness o Compasión. Utilizo estas herramientas de forma flexible, adaptándolas al caso, al momento del proceso y a la persona que tengo delante. No todos los pacientes necesitan lo mismo, ni todos los momentos terapéuticos se resuelven igual.

Mi experiencia personal también ha influido profundamente en mi forma de trabajar. Vivir en lugares tan distintos como Australia, Nueva Zelanda o Japón entre otros, me ha permitido comprender que no existe una única forma de vivir, de sentir o de sanar. En aquel tiempo encontré una frase que desde entonces me acompaña: “La lluvia es solo un problema para aquellos que no quieren mojarse”. Para mí, este es el punto de partida en el proceso terapéutico: aceptar nuestra realidad, sin juzgarla, es el primer paso para transformarla.

Sé que venir a terapia implica un acto de valentía. No siempre hay certezas, pero sí la posibilidad de construir algo a partir de lo que está presente. Si buscas un espacio profesional, seguro y centrado en ti, donde mirar con profundidad lo que te ocurre y trabajar desde ahí, estaré encantado de acompañarte en este proceso.