Siempre me ha llamado la atención el comportamiento humano y todo lo que lo rodea, es por eso que decidí estudiar psicología. Durante mi camino decidí especializarme en sexualidad y terapia de pareja, lo que me hizo ver el amor y las relaciones de pareja de una manera muy diferente a la que nos han enseñado. Descubrí el poder de la comunicación, el cariño y el respeto, muros de carga en cualquier relación. Asimismo, mi trabajo también se desarrolla en gran parte con personas del colectivo LGTBIQ+, creando un espacio seguro y de confianza en el que poder trabajar juntos, desde la comprensión, reafirmación y el empoderamiento. 

Como ya decía Rogers: “La buena vida es un proceso, no un estado del ser. Es una dirección, no un destino” y además no es algo que llega por arte de magia, requiere disciplina, esfuerzo y mucha dedicación. Muchas veces no tenemos clara la dirección, ni cómo encontrarla, ya sea solos o con nuestra pareja, es por eso que necesitamos una guía, un acompañante.

Mi objetivo es proporcionar esa luz que te servirá de guía y darte herramientas para poder seguir en el camino desde la empatía, la comprensión y el rigor, adaptando la terapia a lo que tú necesitas en cada momento. El trabajo que desarrollo en consulta tiene un enfoque integrador, para el que utilizo herramientas cognitivo-conductuales, el trabajo con EMDR u otras técnicas de terapias de tercera generación.

Algunas características que me definen como persona y, por tanto, como terapeuta, son la empatía, el humor, la responsabilidad y la creatividad.