Hace un tiempo decidí encaminar mi vida profesional hacia la Psicología Clínica. Fue una decisión motivada por experiencias vitales y el deseo de guiar a otras personas en su proceso personal.

A lo largo de mi formación, he estudiado la psicología desde un paradigma científico. Decidí adentrarme en la Terapia de Pareja porque considero fundamental aportar una perspectiva especializada a sus integrantes desde la premisa de ‘’si lo que haces no te funciona, quizás sea hora de cambiar la forma de hacerlo’’. Para complementar mis conocimientos decidí también formarme  en Intervención en Trastornos Sexuales. Las herramientas adquiridas me facilitan el trabajo tanto en los procesos individuales como en las terapias con parejas, ya que la sexualidad es parte de la vida.

Asimismo, me pareció interesante estudiar en profundidad la Personalidad, ya que todos tenemos, en función de nuestras características y vivencias, cierta tendencia hacia un tipo de personalidad u otra. Los patrones de personalidad influyen en la elección de pareja y en que permanezcamos en ella.

Tanto en el plano personal como en el profesional, soy una persona sensibilizada ante la violencia y por ello y para poder prevenirla e intervenir con los daños causados por la misma tomé la decisión de especializarme en Violencia de Género.

Mi formación y mi experiencia me ayudan a aprender cada día, dentro del proceso de guiar a las personas hacia sus objetivos, siempre desde la empatía, el respeto y la cercanía.