Miedo a conducir o amaxofobia

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Se habla muy habitualmente del estrés como la enfermedad del siglo XXI, una pandemia silenciosa que afecta a millones de personas. Viviendo el día a día de no pocos ciudadanos en el que el tiempo se ha convertido en algo tremendamente valioso, no es de extrañar que el estrés forme parte de nuestras vidas. De forma asociada a ello, las prisas al volante, con la falta de comprensión de muchos conductores, la agresividad al volante, etc. suponen estresores diarios.

Todos tenemos interiorizado que no se puede conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, pero en cambio ignoramos que el estrés y la ansiedad desmesurados pueden mermar nuestra capacidad de conducción. Muchas personas que tienen miedo a conducir han vivido situaciones de estrés al volante y cuadros de ansiedad.

Ponerse nervioso al volante es normal. Se suele decir que hay que poner los cinco sentidos en ello para percibir los diferentes estímulos a los que estamos expuestos durante el trayecto, procesarlos y reaccionar ante ellos y mantener la calma en situaciones de tensión. Cuando ese miedo es tan intenso que llega producir pánico y bloqueo se convierte en un trastorno de ansiedad llamado amaxofobia.

¿Qué es la amaxofobia?

El término está compuesto por dos palabras unidas: “amaxo” que significa carro, carruaje y “phobia” que significa miedo o temor. Resulta fácil deducir que la amaxofobia se define como el miedo irracional a conducir.

Surge cuando los niveles de ansiedad del conductor son tan altos que llegan a bloquearle, hasta el punto de que siente incapaz de iniciar, mantener la conducción o llevarla a cabo con un elevado grado de malestar.

Se trata de una fobia específica de tipo situacional ya que se produce previa o sobre todo durante la situación de enfrentarse a conducir. Se engloba dentro de la categoría de los trastornos de ansiedad descritos por el DSM-V ( Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ) Su origen es diverso y multifactorial.

Síntomas de la amaxofobia

A nivel cognitivo

Quien sufre este problema percibe la situación de conducir un coche, a veces también una moto, una bicicleta o cualquier otro vehículo como amenazante presentando diferentes pensamientos automáticos negativos-catastróficos sobre lo que va a suceder; viéndose a sí mismos-mismas incapaces de conducir eficazmente, capaces de provocar un accidente pese a que existen múltiples factores que influyen en que éste se produzca, con un miedo intenso a sufrir un bloqueo al conducir que les impida reaccionar. En ocasiones creen que sufrirán una crisis de ansiedad al volante.

En ocasiones también presentan miedo a que se produzca una discusión, pues desencadenará un nivel de ansiedad muy elevado, lo que les hace conducir de manera no natural.

En ocasiones miedo a que se estropee el coche, provocando consecuencias desastrosas.

Todo este conjunto de factores si no se procesan adecuadamente, reducirán la capacidad de concentración y de toma de decisiones del conductor, dos funciones imprescindibles para la seguridad vial.

A nivel psicofisiológico

En el momento de subir al coche y en los momentos de tensión más álgidos, las personas con amaxofobia comienzan a sufrir sensaciones psicofisiológicas propias de la ansiedad difícilmente controlables por quien las sufre.

Síntomas como palpitaciones, sudoración, sensación de falta de aire y de no poder respirar, sensación de atragantamiento, angustia, diarreas, sensación de mareo e inestabilidad, algunos dicen tener la impresión de percibir los demás vehículos como más cercanos de lo que en realidad se encuentran y sentir que circulan a más velocidad de la que realmente van.

A nivel conductual

Se desarrolla un patrón comportamental caracterizado por la evitación y-o la huida progresiva de situaciones que provocan la temida ansiedad; abandonándose y escapando paulatinamente de la actividad de conducción en sus diferentes grados.

Así, quienes lo sufren tienden a circular por carreteras conocidas, evitar condiciones climatológicas adversas, aunque objetivamente no supongan un peligro como puede ser la lluvia, conducir de noche, vías rápidas, calles muy transitadas… y en general circunstancias adversas y lugares donde se percibe facilidad para perder el control.

Junto con este patrón de evitación-retirada, las personas afectadas ponen en marcha diferentes conductas de protección (que en realidad no les permite afrontar los miedos reales). Comportamientos como la necesidad de ir acompañad@s como forma de sentirse protegidos, Circular muy despacio en vías en autopistas y autovías, dudas constantes en la conducción, etc.

Todo este conjunto de estrategias constituye una trampa que conduce a abandonar de una u otra forma la conducción, llegando a la mayor o menor incapacidad que se asocia a cualquier fobia.

¿Cuáles son las causas del miedo a conducir?

Entre las causas más frecuentes podemos encontrar:

a) Falta de pericia percibida. Conductores que sienten haber recibido una formación deficitaria, lo que les genera sentir el coche, la moto como algo inseguro; basta cualquier pequeña situación para desencadenar la fobia ya latente.

b) Haber sufrido de manera directa o indirecta un accidente o un percance que ha sido vivenciado de manera traumática por quien lo ha experimentado es un desencadenante muy común del miedo incontrolable a conducir.
La puesta en peligro de nuestra propia vida o la de los otros denota la situación como un hecho traumático-“una herida psicológica” en el que la persona siente se ha quebrado su sistema de seguridad personal.

c) Haber sufrido un ataque de pánico durante la conducción. Uno de los grandes males que padece la sociedad actual es el estrés, el cual constituye un factor que aumenta el riesgo de padecer un ataque de pánico.
Algo muy asociado a los ataques de ansiedad es la sensación de indefensión sobre su aparición y sobre el control sobre el mismo que sufren quienes los padecen. Si este se produce de forma previa o durante la conducción, no es extraño que quien lo sufra pueda llegar a preguntarse: “¿Me sucederá otra vez?” provocando un estado de activación e hipervigilancia latente.

d) Tener rasgos personales muy perfeccionistas y rígidos. En ciertas ocasiones son los propios conductores quienes se exigen a sí mismos y-o al resto un elevado nivel a la hora de conducir que les provocan grandes dosis de estrés sin que haya ningún otro elemento externo que lo produzca. Dicha exigencia acompañada de autoverbalizaciones como “tendrían que, deberían, hay que, es una vergüenza, esto es intolerable”, etc. hacen demandar un buen comportamiento a los demás, por lo que cualquier infracción alrededor produce agobio al volante, que les incita a comportarse casi como agentes del orden.

e) Personas controladoras, con muy baja tolerancia a la incertidumbre. En la conducción se ve incrementada ya que hay circunstancias que no se pueden controlar; tener un accidente no depende sólo de la prudencia ni de la pericia al volante de uno, por tanto, es imposible garantizar que no vaya a ocurrir un accidente.

f) Sentimiento de rechazo o no aprobación de nuestra conducción por parte del entorno cercano. Llevando al conductor a una alta tensión mantenida, y en ocasiones (incluso llevando a cabo una conducción adecuada) consejos bien intencionados (o no tanto.. ) que hacen dudar de sus propias capacidades.

g) Ver reducidas nuestras capacidades físicas y-o mentales para conducir

El tratamiento para el miedo a conducir

Ante todo, es necesario reconocer la existencia de este problema, racionalizar el miedo. El primer paso para afrontar un miedo, una fobia es reconocer que lo tenemos y no minimizar el impacto sobre nuestra salud y bienestar.

El primer objetivo será conseguir que la persona pueda llegar a conducir sintiéndose segura y tranquila. Para conseguirlo habrá que trabajar en los diferentes grupos de síntomas: cognitivos, conductuales fisiológicos y emocionales.

La Terapia Cognitivo-Conductual, el EMDR o el Mindfulness son algunas de las técnicas que se utilizan para combatir la amaxofobia adaptando el tratamiento a las particularidades de cada paciente.

Las personas con amaxofobia es muy posible que presenten un perfil ansioso como rasgo característico de su personalidad. En Psicopartner entendemos a la persona como un sistema global, tratando no sólo de ir al síntoma sino prestando atención a su ámbito personal y social, su historia vital, las circunstancias que han potenciado su temor de base que se manifiesta en sus dificultades, de forma que los cambios sean globales y no sólo situacionales al motivo de consulta a objeto de que nuestros pacientes integren las habilidades adquiridas a otras dificultades a las que enfrentarse en un futuro, todo ello siempre de forma consensuada con nuestros pacientes.

Si te has visto reflejado-a en este artículo, tienes un gran malestar que dificulta tu día a día y ves que no puedes manejar y controlar estas situaciones, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, en el email hola@psicopartner.com o llamándonos al +34 669 489 678 para reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

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Ernesto Martín

Psicólogo Sanitario Colegiado M-23636
Especialista en Terapia de Pareja

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