Vivimos en una parte del mundo cada vez más tecnológico y que funciona en modo multitarea. Un mundo en el que los plazos cada vez se acortan más. Es entonces cuando surgen contradicciones. Ciertas cosas no pueden o no deberían acelerarse: requieren de su tiempo y necesitan hacerse “lentamente”. Cuando aceleramos cosas que no deberían acelerarse, cuando olvidamos cómo ir más lentamente, pagamos un precio. Mindfulness tiene mucho que decir como alternativa a este enfoque vital caótico y apresurado. De hecho, puede ayudarnos a fortalecer nuestro bienestar emocional.
En 1982 Larry Dossey, médico estadounidense, ideó el término “enfermedad del tiempo”. Se refería a la creencia obsesiva de que “el tiempo se aleja, no hay en suficiente cantidad. Así que debemos pedalear cada vez más rápido para mantenernos a su ritmo”. Carl Honoré lo describe a las mil maravillas en su libro “El elogio de la lentitud”.
Hoy casi todos sufrimos la enfermedad del tiempo. Hablo en primera persona, porque soy consciente de que pertenezco al culto a la velocidad. Y me pregunto ¿Por qué estamos siempre tan apresurados? ¿Existe algún remedio contra la enfermedad del tiempo? ¿Es posible, o incluso deseable, hacer las cosas más despacio?
En 2012, hace más de 5 años que empecé a hacer Reiki, combinándolo con prácticas de yoga y meditación. Fue un punto de inflexión. Me ha ayudado a tomar conciencia del presente y a afrontar los momentos difíciles. Y en esas estaba cuando hace un año me regalaron por mi cumpleaños una formación muy especial y también muy esperada: un MBSR. Para mí fue un antes y un después respecto a todo lo que había conocido hasta entonces. Aprendí a reducir mi estrés y a mejorar la gestión de mi tiempo.
Una intervención psicoeducativa que entrena el cuerpo y la mente: el Programa ”MBSR: Mindfulness Based Stress Reduction". El objetivo de todo MBSR es la reducción del malestar y del estrés. Se entrena la capacidad de estar atento al momento presente, con atención sostenida, trabajando nuestro foco atencional:
Una de las claves en todo ésto la tiene el papel del instructor de Mindfulness (y digo bien cuando me refiero a un instructor y no hablo de maestro de Mindfulness. Está proliferando con mucha fuerza el profesional que a pesar de estar más o menos comprometido con su práctica diaria, no es un maestro de meditación).
Mindfulness, o atención plena, ha pasado de ser una práctica marginal asociada a contextos espirituales, a estar permanentemente en las mejores revistas científicas y en los congresos mundiales. Es una herramienta psicológica cuyo origen se remonta a prácticas milenarias. Ha estado presente en la mayoría de las prácticas espirituales, por no decir en todas. Pero ha sido el Budismo el que ha sabido generar un método y un fundamento que ha atraído a la ciencia occidental.
Lo curioso es que la herramienta psicológica Mindfulness hasta hace unas décadas se había restringido a contextos espirituales. Nunca había sido utilizada para lo que se utiliza actualmente en la cultura occidental:
La clave de esta transformación se encuentra en el conocimiento científico de los mecanismos psicológicos que se activan en la práctica de Mindfulness. Provocan la activación de procesos psicológicos nucleares, generando cambios en los individuos.
De ahí la versatilidad de los contextos de aplicación. Las técnicas de Mindfulness puede que sean las mismas, pero los objetivos a alcanzar y lo que se explora en cada sesión difieren mucho.
A partir de todos los trabajos de investigación realizados sobre Mindfulness, entre los que destaca el trabajo de Hölzel el al., (2011) se resumen los mecanismos psicológicos de actuación a los siguientes:
Estos componentes interactúan entre sí y entran en juego a lo largo de diferentes momentos de la práctica de Mindfulness. A partir de la práctica diaria, con un entrenamiento formal e informal, se consigue mejorar la auto-regulación a diferentes niveles.
En Psicopartner estamos comprometidos con la difusión y la puesta en práctica de Mindfulness. Una herramienta muy útil tanto en tratamientos terapéuticos como en contextos psicoeducativos. Creemos en Mindfulness y apostamos por él.
Seguimos el enfoque de la Psicología 360. Nos caracterizamos por la flexibilidad en el diseño del itinerario y en la selección de las herramientas que aplicamos. Siempre al servicio del bienestar emocional de nuestro cliente y de la consecución de su objetivo.
Por ello habitualmente utilizamos técnicas de Mindfulness combinadas con terapia psicológica o bien con coaching individual. Diseñamos el mejor tratamiento para ti: psicoterapia y coaching a tu medida.
La adicción al riesgo es un fenómeno que ha acompañado a la humanidad a lo largo de toda la historia. Así podemos encontrar valientes exploradores
Conversaciones de calidad Los humanos configuramos una red dinámica, sistémica, de conversaciones. La calidad de nuestras conversaciones influye en buena medida en nuestra vida: en
La responsabilidad afectiva se define como la capacidad de una persona para reconocer y asumir las consecuencias emocionales de sus acciones en relación con otras
El cerebro humano es un órgano que necesita acción y estimulación permanente para no debilitarse. Una relación equilibrada entre los factores trabajo y ocio no
Las relaciones humanas tienen una enorme complejidad y la responsabilidad afectiva aparece como una brujula que nos puede guiar hacia el camino de una conexión
La palabra «fetiche» se emplea para describir un objeto inanimado capaz de despertar el deseo sexual. La sexualidad constituye una faceta única y personal de
Calle Alcalá, 401
28027 Madrid
Horario
Lunes a viernes: 08:00 a 20:00
