El trastorno de evitación experiencial es un término que proviene de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) estando en la base de trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad, obsesiones, etc..
El trastorno de la evitación experiencial es aquel en el que la persona evita cualquier experiencia aversiva, ya que no es capaz de manejar pensamientos, emociones o situaciones negativas. Por lo tanto, hará todo lo posible por huir de ellos, anulando toda posibilidad de disfrutar de la vida, en tanto en cuanto la existencia comporta, de forma inevitable, experiencias negativas o no placenteras.
La causa de este trastorno se encuentra en la inflexibilidad psicológica para gestionar cualquier tipo de malestar. El afectado centra sus esfuerzos en escapar de él o en evitarlo, lo que termina limitando su día a día. Esta inflexibilidad, además, impide que el individuo pueda seguir con su rutina, dejando de lado incluso actividades que reportan bienestar, ya que mantienen la idea fija de que tienen que sentirse bien para disfrutar de cualquier tarea o actividad.
Síntomas del trastorno de evitación experiencial:
Las personas que padecen el trastorno de evitación experiencial experimentan pensamientos anticipatorios negativos en relación a diferentes situaciones o actividades, algo que puede desencadenar fácilmente una crisis de ansiedad o pánico.
Una vez que se presenta la ansiedad, es fácil que la mente haga un condicionamiento, asociando dicha situación a los síntomas desagradables de la propia ansiedad, es decir, la sensacion de ahogo, las taquicardias, los nervios, la sudoración, los mareos, etc…, quedan asociados a las diferentes situaciones donde ha aparecido la ansiedad de tal manera que esos momentos quedan asociados a un malestar que reforzarán la evitación de esas situaciones y todas aquellas que sean parecidas.
Los principales síntomas que aparecen en el trastorno de evitación experiencial son:
- Un control constante de las emociones, sensaciones y pensamientos.
- Constantes evitaciones de situaciones que pueden provocar malestar.
- Anticipación catastrófica de acontecimientos que limitan fuertemente a la persona.
- Un hedonismo exacerbado buscando una constante felicidad y bienestar emocional.
- Aislamiento social.
- Inacción ante los problemas.
- Evitación de las discusiones, huida del conflicto.
- Falta de compromiso y aplazamiento constante de cosas importantes para hacer esperando a una mejor ocasión que nunca llega.
- Un miedo permanente a sufrir.
- Evasión de la realidad a través de sustancias (drogas, alcohol, medicamentos…) y otros medios como redes sociales, videojuegos, sexo, pornografía, etc…
Consecuencias y limitaciones
El trastorno de evitación experiencial provoca una búsqueda de sensaciones placenteras de forma constante y una huida de todo lo que provoca malestar. Al final es un esfuerzo continuo de huir de todo lo que provoca o puede provocar sensaciones negativas intentando retener a toda costa momentos de felicidad y bienestar.
Esta evitación constante llega a producir una alta limitación a la persona, incapacitando hacer frente a situaciones diarias y cotidianas por anticipaciones constantes de perdida del bienestar. Es una tarea agotadora de control constante de todo aquello que conlleve malestar.
Además, la evitación que se produce para no tener malestar conlleva un alivio inmediato y temporal, pero el esfuerzo de eliminar emociones y sensaciones negativas produce que el malestar emocional vuelva a aparecer de nuevo pero de una forma más intensa que hace que la persona vuelva de nuevo a buscar formas para que desaparezca ese malestar provocando un efecto “boomerang” constante.
La metafora del Hombre en el Hoyo refleja muy bien este efecto:
El hombre en el hoyo
Había una vez un hombre que cayó en un agujero grande y profundo. Era tan profundo que no podía saltar fuera y las paredes eran de piedra maciza sin ningún apoyo donde encaramarse. Además las paredes eran tan resbaladizas que era imposible escalar para salir y tampoco había otras vías de escape.
En el fondo del hoyo solo encontró una pala. Así que el hombre comenzó a cavar más y más y más y más rápido, pero seguía en el hoyo. Lo intentó con grandes paladas y con pequeñas, cavando de manera intensa y con todas sus fuerzas ..… pero seguía en el agujero. Lo peor de todo es que con ese gran esfuerzo que estaba realizando lo único que conseguía es que el agujero se hiciese cada vez más y más profundo.
Entonces, se dio cuenta que cavar no era la solución, no era la forma de salir del hoyo. Al contrario, cavando es como se estaba hundiendo más haciendo el hoyo más profundo.
Como consecuencia, empezó a pensar que quizás todo el plan que tenía estaba equivocado y que no tenía solución. Cavando no podía conseguir una escapatoria, lo único que hacía era hundirse más.
Las consecuencias de este trastorno afectan a diferentes niveles de la vida de la persona. Por un lado, al esforzarse tanto en controlar el malestar, hace que sea más consciente de ello, por lo que la emoción negativa cobra tanto protagonismo que se incrementa. Esta lucha constante y diaria, hace que le reste valor a todas las cosas positivas que la persona tiene en su vida así como a las sensaciones agradables.
El evitar constantemente termina afectando seriamente a la vida social, ya que el individuo va aislándose progresivamente, porque anticipa que salir puede traer experiencias desagradables o bien espera a un momento que no llega nunca para estar bien y hacer cualquier tipo de plan.
Relación del trastorno de evitación experiencial con los trastornos de la ansiedad
Para la terapia de aceptación y compromiso (ACT) considera que la ansiedad no es realmente un problema ya que se trata de un estado emocional normal y funcional que aparecerá a lo largo de nuestra vida.
El problema se encuentra en los esfuerzos que se realiza para no tener ansiedad, son estas conductas de evitación e intentos de eliminar el malestar lo que realmente provoca el trastorno.
La evitación experiencial provoca que la persona realice conductas para evitar experiencias psicológicas desagradables, por lo que al cabo del tiempo todo termina girando en torno a esta evitación. Dicha limitación empobrece la vida de la persona, por lo que los síntomas tienden a empeorar, y pueden dar lugar a problemas de ansiedad y depresión.
Por otra parte, dado que las situaciones negativas no se pueden evitar porque son parte de la vida (la enfermedad, accidentes, imprevistos, etc… ), aparece una sensación de malestar continua, de falta de control que producen una vulnerabilidad a evadir la realidad mediante el consumo de sustancias como el alcohol, la comida, las drogas, ansiolíticos, etc. .
Está evasión de la realidad no va a conseguir que la persona pueda superar la difícil situación que está pasando quedándose anclada en un sufrimiento constante que lleva a una evitación permanente del malestar y que genera aún más sufrimiento entrando en un bucle infinito.
La terapia de aceptación y compromiso ha demostrado su efectividad en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Se basa en enseñar al paciente a ser consciente de este proceso de evitación constante y a aceptar sus pensamientos y emociones, sean las que sean, aunque sean no deseados.
En Psicopartner se trabaja con esta terapia de aceptación y compromiso para romper este bucle infinito trabajando la aceptación de emociones desagradables, aprendiendo una nueva manera de afrontarlas, sin luchar y creciendo con estas situaciones.
Se trata de saber aceptar el malestar como una parte más de la vida, viviendo las experiencias de una forma plena, abierta y flexible.
Si estás realizando una evasión constante del sufrimiento y no sabes cómo salir de ese hoyo profundo, te animamos a que solicites una primera cita con nosotros, presencial o por videollamada, escribiéndonos a hola@psicopartner.com o llamándonos al 91 466 98 62 o al móvil +34 669 489 678, donde estaremos encantados de valorar tu caso, atenderte y ayudarte.