Definición de Culpa
En mi práctica clínica cotidiana me encuentro con un gran fantasma, el sentimiento de culpa; quiero lo primero desmitificar este concepto;
Definiciones Adaptadas de Culpa según la RAE;
- Incriminar a un individuo sobre un comportamiento determinado como consecuencia del mismo- Tienes la culpa de haber roto ese jarrón.
- Responsabilizar legalmente y/o castigar a alguien resultado de un daño o perjuicio que transgrede según la normativa real vigente; -Ha sido condenado culpable por robar este dinero.
Todas guardan parte de verdad, pero nos faltaría información y se confunden constantemente culpa y responsabilidad.
La culpa es un sentimiento que va acompañado cuando creemos o hemos y/o infringiendo un daño a nosotros y/o a los demás, con intención deliberada de causar este daño y por tanto merecemos ser castigados y /o juzgados.
Aquí reside el problema de la idea de culpa, asumimos sentirnos culpables cuando la mayoría de nuestras acciones no acompañan de una intención clara de dañar.
Culpa y Autoestima
El sentimiento de culpa está muy ligado a la autoestima; la autoestima podría definirse como la cantidad de amor que nos brindamos, cuánto nos queremos, apreciamos y valoramos como individuos, seres humanos.
El problema radica que aprendemos a valorarnos, apreciamos como individuos en nuestros aprendizajes primarios y secundarios a través de nuestra relación con el otro; es decir, aprendemos que si hacemos o decimos cosas que al otro les gustan y/o le agradan recibimos muestras de afecto y valoración, por la tanto esas personas querrán pasar tiempo con nosotros, compartir sus juguetes, su tiempo; en caso contrario, si hacemos o decimos cosas que les desagradan o disgustan recibimos muestras de hostilidad, enfado y/o retirada del cariño y/o afecto; por tanto aprendemos a guiar nuestra conducta, nuestras acciones en pro de ese afecto y valoración y por tanto esto lo aplicamos de manera similar hacia nosotros mismos; aprendemos en definitiva que nuestro valor como personas dependen de nuestras acciones, ya que es la manera en que brindamos y obtenemos cariño de los demás.
Crecemos con la máxima de que somos lo que hacemos, y aquí es donde entra el fatídico sentimiento de culpa, si nos equivocamos o dañamos al otro, tememos perder ese afecto y nos autosaboteemos, nos restamos valor y aprecio, ya que el error se asume como algo que nos define y es estable y no como algo temporal; todo ello lleva a buscar la necesidad de aprobación de nuestras acciones por los demás para validar nuestra propia valía como seres humanos , a entender los errores y equivocaciones como algo terrible y catastrófico, comprensible, si eso implica restarnos y quitarnos amor o lo que valemos, el sentimiento consecuentemente es muy intenso y genera mucho malestar; por otro lado en esta misma línea si hacemos los cosas bien, y recibimos muestras de aprobación y afecto nuestra autoestima sube y de esta forma nos dañamos constantemente, ya que nuestra valía está a expensas de nuestras acciones y de los demás.
Manifestaciones del sentimiento de culpa;
- Frustración, rabia e impotencia ante el error cometido y/o ante la valoración negativa del otro.
- Necesidad de aprobación por parte de los demás.
- Necesidad de castigarnos, si me he equivocado o he dañado a mi o a otros merezco una sanción o reprobación, esta tiende a ser sobrevalorada, el juicio hacia nosotros es muy punitivo y sancionador. “Me merezco todo lo que me pasa.”
- Exigencias y perfeccionismo, creencias rígidas y absolutistas sobre la propia persona y las acciones; “No puedo cometer errores”, “tengo que hacer las cosas perfectamente”, “hay que hacer las cosas de esta manera”, “debo ser perfecto y no equivocarme”.
- Verbalizaciones o pensamientos negativos sobre nosotros mismos con un carácter inmutable y permanente: “soy un desastre”, “casi todo lo hago mal”, “me lo merezco”, “cómo he sido capaz de hacer esto”.
- Sentimientos acusados de vergüenza, ira y tristeza hacia nuestra persona.
- Rumia constante en relación al daño causado; atención focalizada en este hecho pasado, generando bloqueo y desesperanza.
- Niveles elevados de ansiedad, estrés y angustia.
- Sufrimiento y malestar constantes.
Definamos Responsabilidad;
La responsabilidad consiste en asumir las consecuencias de nuestras acciones; aquí la valoración es diferente, entendemos que podemos equivocarnos como seres humanos que somos, y si nos dañamos o dañamos al otro intentamos compensar o restaurar el daño otorgado, esto implica entender que nuestro comportamiento es independiente de lo que somos, pero que este tiene unas consecuencias, por tanto asumimos las consecuencias de nuestras acciones manifestado unas emociones más ajustadas y unos pensamientos y valoraciones más adaptativos; el entender los errores como una posibilidad de paliar, aprender y mejorar.
Albert Ellis , famoso psicólogo creador de la Terapia Racional Emotiva, en las sesiones con sus pacientes debatía racionalmente este hecho, entre sus premisas se encontraba la de que el ser humano, solo por existir tenía un valor intrínseco como individuo y que ese valor era algo diferente del valor de su conducta, su conducta entendida como comportamientos, aspectos cambiantes y temporales, así como diferente de todo aquello que estaba fuera del individuo; valor extrínseco: obtener riquezas, estatus, cosas materiales, que también tenían un componente temporal, hoy las tienes mañana no; debatía sobre la necesidad del ser humano por otorgarse este valor dependiendo tanto de estos factores externos como de aquellos comportamientos: juicios, emociones y acciones que tenían una apreciación positiva o negativa en función de la conciencia moral ; valores y normas impuestos en una cultura sobre la deseabilidad e indeseabilidad de los mismos, esto genera códigos de conducta y su trasgresión por tanto gran sufrimiento y malestar.
Como trabajar con el Sentimiento de Culpa;
- Favorecer una autoestima alta e independiente;
- Diferenciar lo que somos de lo que hacemos;“ soy desorganizado”, “ soy estúpido”, “no soy capaz”, por “a veces me comporto de manera desorganizada”, “algunas veces me comporto de manera poco inteligente”; “no se me da bien realizar esta tarea pero soy muy bueno en…”
- Manejar pensamientos y valoraciones más ajustadas midiendo su grado de alcance; “No tengo porque ser perfecto porque nadie lo es”, “Buscar la perfección sólo me genera malestar, frustración e impotencia y el querer hacer todo bien no es posible”. “Sí cometo un error no es tan terrible, si no me equivoco, no aprendería, ni podría avanzar, ni mejorar.”
- Deseos Vs Necesidades ; “Me gustaría hacer las cosas bien, pero no necesito hacerles perfectamente para sentirme bien conmigo mismo” ; “Me desagrada que los demás no me quieran pero no lo necesito para valorarme , quererme y apreciarme”
- Potenciar la Responsabilidad Vs la Culpa; valorar mis acciones en función de las consecuencias, sentirse mal por las consecuencias de mi conducta no por el error cometido, establecer un código de conducta diferente; guiar mi acciones en función de aquello que me beneficie y no me perjudique a mí y/ o a otros.
- Capacidad de perdonar; a parte de lo mencionado anteriormente es importante ser capaces de perdonarnos y ante los errores y equivocaciones ser compasivos y más indulgentes con nosotros mismos; “Merezco perdonarme y cuidarme porque me equivocaré un millón de veces más y no pasa nada , lo importante es reconocerlo y aprender de los errores.” Promulgar la autoaceptación.
Y para terminar, desde Psicopartner os dejamos con un bonito cuento para ejemplificar;
“La Culpa y la Responsabilidad adaptación del cuento de Carlos Mascherpa.”
La Culpa y la Responsabilidad iban apresuradas andando, habían comprado muchos regalos para las Navidades y en un cruce sin verse se dieron un fuerte golpe y todos los regalos cayeron al suelo, algunos de ellos haciéndose añicos.
-Lo siento, dijo la Responsabilidad, no llegaba a tiempo a casa y no pensé que podría encontrarme a alguien de sopetón, he visto que se han roto algunos de los regalos. ¿Cómo puedo compensártelo? Dijo amablemente y con una sonrisa en la cara.
La Culpa sorprendida y airada, y con la cabeza a punto de estallar se quedó como paralizada porque los sentimientos de culpa y de castigo se hacían cada vez más y más grandes. -¡Deberías tener más cuidado!, ¿qué voy a hacer con todos estos regalos rotos?, y echándose las manos a la cabeza afirmo elevando la voz -¡no se puede ser más torpe!
La Responsabilidad continuó con una sonrisa amable y ofreciendo posibles soluciones :- Podemos ir a la tienda y te compensaré los regalos dañados, casi todo se puede solucionar, refirió quitando importancia al acontecimiento.
La Culpa más y más enfadada cada vez, gritó al mundo, a la Responsabilidad y a si misma “que todo era un desastre, que la gente no miraba por donde iba y que ella por su mala cabeza llegaría tarde a casa y sin los regalos”.-¡Soy una estúpida y todo me sale mal! siguió maldiciendo a los cuatro vientos y con el rostro cubierto de lágrimas. -¡Y encima tú tan tranquila y con esa sonrisa bobalicona de que no ha pasado nada!
-Reconozco mi error -comentó la Responsabilidad, - y estoy intentado subsanarlo y compensarlo, el sentirme mal conmigo misma cuando me equivoco o algo no me sale como esperaba, lo único que generaría es empeorar la situación y quedarme bloqueada como en una especie de bucle, sin solucionar nada.
-¡Qué fácil lo veis todo, aquellos que nada os preocupa y en dónde todo se soluciona y no veis el daño causado en los demás!, ¡ hay que hacer las cosas bien y así se evitarían estos desastres!, profirió más disgustada y enfadada todavía la Culpa.
- Te agradezco el consejo, es verdad que hay que intentar hacer las cosas mejor, la próxima vez que cruce una calle estaré con mil ojos, continuó diciendo la Responsabilidad de manera tranquila y pausada. -¡ Vamos a la tienda de regalos y a ver como lo podemos arreglar! Y ayudando con los regalos volcados en el suelo, la Responsabilidad acompañó a la Culpa a la tienda, pensando en cómo solucionarlo y con ese nuevo aprendizaje en su cabeza, y la Culpa malhumorada siguió maldiciendo al mundo y en su cabeza que ya se le había fastidiado la tarde y que no podían ir las cosas peor.
Irene Calleja López M-26907
Psicóloga PSICOPARTNER