Mindfulness hace referencia al proceso de la atención de forma consciente de los estímulos internos y externos, haciendo hincapié en el estado presente, en el aquí y en el ahora.
Se considera que la base del Mindfulness está en la tradición budista, más concretamente en la práctica de meditación, en la observación directa de la mente y la realidad a través de prácticas de meditación. Es decir la base práctica sobre la que se sustenta sería la meditación, pero su desarrollo va mucho más allá siguiendo todo un proceso metodológico científicamente probado para el tratamiento de ciertas psicopatologías.
Según el mindfulness, para observar la experiencia tal cual es, en primer lugar será necesario aceptarla. Así, el mindfulness se trata de focalizar la atención en el presente como una observación reflexiva de lo que sucede en el momento actual, procurando que el individuo se centre activamente en el aquí y ahora. Ya abordamos en "Mindfulness: Entrenamiento para tu fuerza mental" los conceptos básicos de la técnica.
Hay mucha bibliografía respecto al inicio del Mindfulness pero para hacerlo sencillo vamos a basarnos en el trabajo desarrollado por Jon Kabat-Zinn, que es considerado como el precursor y el mayor exponente de este método.
Jon Kabat-Zinn, define el concepto de mindfulness como ‘‘La conciencia que emerge a través de prestar atención con propósito y sin juicios al despliegue de la experiencia momento a momento’’ (Kabat-Zin, 2001).
Kabat-Zinn ha desarrollado su trabajo de Mindfulness en la Universidad de Massachusetts, iniciando su investigación de la atención plena en el tratamiento del dolor crónico, para ir avanzando tanto en el concepto como en sus aplicaciones, creando en 1992 el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction - Programa de Reducción de Estrés), siendo un programa basado en la atención plena para la reducción del estrés, de ocho semanas de duración y formato grupal.
Otra aplicación más reciente ha sido la Terapia Cognitiva de Atención Plena, Mindfulness Based Cognitive Therapy (MBCT) de Segal, Williams y Teasdale, (2002) y que está enfocada al tratamiento de la depresión potenciando la actividad plena y consciente en el aquí y ahora.
Si bien el desarrollo del Mindfulness ha despegado y sido más conocido por su programa MBSR, donde tuvieron unos resultados claramente concluyentes de su efectividad y eficiencia en la reducción de la sintomatología ansiosa y la reducción del estrés, no debemos de olvidar que sus inicios fueron para el tratamiento del dolor crónico.
El mindfulness consigue que la focalización de la atención en la respiración, en el cuerpo y en el dolor, se haga una diferenciación entre la sensación física y la respuesta emocional, incluyendo los pensamientos negativos asociados que acompañan al dolor crónico. Haciendo consciente y ejercitando la aceptación plena junto con la autocompasión, el mindfulness se convierte en una interesante técnica a utilizar en las terapias psicológicas del dolor crónico.
El artículo de” Moñivas, A., García Diex, G., & García de Silva, R. (2012). Mindfulness (Atención plena): Concepto y teoría.”, es muy clarificador respecto a su concepto y a su aplicación. Así lo entienden como un proceso psicológico que supone focalizar nuestra atención en lo que hacemos, pensamos, sentimos y percibimos, siendo conscientes de lo que ocurre nuestro organismo y cuáles son nuestras conductas.
Definen como el Mindfulness ayuda a pasar de la “reactividad de la mente”, que son respuestas automáticas, inconscientes, a una “responsabilidad”, respuestas controladas y conscientes. Es sin duda, este concepto de hacer consciente lo inconsciente lo que lleva a un compromiso de acción responsable aceptando nuestra realidad.
Con este componente de consciencia y aceptación de los pensamientos, emociones, acciones, comportamientos y percepciones, el mindfulness se convierte en una técnica en la que se apoyan las últimas terapias psicológicas, serían las llamadas terapias de tercera generación.
Sin entrar en detalles las terapias de "tercera generación" se caracterizan por ser contextuales, es decir, se basan en el comportamiento que ocurre en una situación concreta, dando importancia a la funcionalidad o disfuncionalidad del comportamiento dentro de ese contexto.
Además hay datos provenientes de la neurociencia que apoyarían los beneficios del mindfulness de una manera empírica. Así resaltan los resultados obtenidos por D. Siegel, 2010 y Davidson, 2011 aplicando pruebas de Neuroimagen a grupos de sujetos antes y después de la práctica de mindfulness, donde se veía cambios fisiológicos a nivel de estructura cerebral que parecen influir de forma directa en estados de ánimo más positivos y mayor habilidad para afrontar estados de ánimo negativos, empatía y compasión.
Estos mismos estudios y evidencias, han sido corroborados por la American Psychological Association (APA) en el año 2012, en el estudio realizado por Hayes, P., & Jeffrey, A. (2012) que destacaban claramente los beneficios del Mindfulness como una técnica psicoterapéutica. Aportaron evidencias científicas que demostraban la reducción en la rumiación (pensamientos intrusivos), reducción del estrés, mejora de la memoria del trabajo, mejora en centrar la atención, reducción de la reactividad emocional, mejora de la flexibilidad cognitiva, mejora de las relaciones personales, y otros beneficios como la mejora del sistema inmune y de la sensación de bienestar.
Podemos concluir que el mindfulness es una técnica que puede complementar no solo a las nuevas terapias de tercera generación, sino también a las terapias cognitivas conductuales, ya que la percepción consciente en el aquí y ahora de pensamientos, emociones y comportamientos puede ser complementario a las técnicas cognitivas-conductuales en la parte inicial de hacer consciente lo que es automático e inconsciente del individuo.
El desacuerdo estaría en la fase en la que las técnicas cognitivas-conductuales están enfocadas en controlar y/o cambiar estos pensamientos, emociones y comportamientos, ya que el mindfulness es la aceptación sin juzgar, con compasión de esos estados internos y externos.
Pero cada vez más estudios y autores abogan por la combinación de ambas perspectivas, pudiendo enfocarse el mindfulness como una técnica de exposición en imaginación de los propios pensamientos, emociones y sensaciones fisiológicas que despiertan estos pensamientos.
En Psicopartner apostamos por técnicas fundamentadas empíricamente y respaldadas por estudios científicos, por lo que nuestros terapeutas han sido formados en mindfulness y su utilización en psicoterapia,
Bibliografia
Delgado, M. P., Rodríguez, J. M., Sánchez, M. M., & Gutiérrez, R. B. (2012). Conociendo mindfulness. Ensayos: Revista de la Facultad de Educación de Albacete, (27), 29-46.
Vallejo, M. A. (2007). El mindfulness y la “tercera generación de terapias psicológicas”. Infocop, 33
PAREJA, M. Á. V. Julio, número 2 VOL-27, 2006 Copyright 2006© Infocop MINDFULNESS.
Moñivas, A., García Diex, G., & García de Silva, R. (2012). Mindfulness (Atención plena): Concepto y teoría.
Davis PhD, D. M., Hayes, P., & Jeffrey, A. (2012). W hat are the benefits of mindfulness: A wealth of new research has explored this age old practice. Here’sa look at its benefits for both clients and psychologists ‘. American Psychological Association, 43(7), 64.