El sueño es un proceso fisiológico necesario para nuestra supervivencia, y su función no se limita solamente a un descanso que nos permite recuperarnos físicamente. Es algo mucho más importante, ya que en el sueño se producen mecanismos que procesan la información de lo acontecido en el día durante las distintas fases del sueño.
Tiene por lo tanto una influencia directa en el correcto funcionamiento del cerebro, en la memoria y en el aprendizaje. Si el sueño no es el adecuado tanto en tiempo como en calidad, probablemente se esté padeciendo algún trastorno del sueño, y esto va a repercutir en nuestro bienestar físico y emocional.
¿Qué son los trastornos del sueño?
Por trastorno del sueño, nos referiremos a cualquier disfunción o alteración de los patrones normales del mismo que impida o dificulte la función de descanso de quien lo padece, y que en algunos casos va a influir también sobre la pareja.
Si el sueño se ve influenciado por algún motivo, el cerebro no realizará correctamente todas sus funciones, y si se mantiene en el tiempo, estas enfermedades del sueño incrementarán la posibilidad de padecer otros trastornos asociados.
¿Cómo nos afecta los problemas del sueño?
El sueño tiene una función reparadora, y en el caso de que se vea alterada por algún motivo, puede afectar de forma importante. La falta de sueño puede incluso influir en la esperanza de vida si se mantiene a largo plazo.
De forma inmediata puede producir cansancio, somnolencia, falta de concentración, irritabilidad, problemas de memoria y atención.
Por estos motivos, las tareas y actividades que se realizan durante el día se pueden ver afectadas de manera importante, aumentando también el riesgo de padecer accidentes.
Principales trastornos del sueño:
Los trastornos del sueño pueden afectar tanto al tiempo o cantidad del sueño, como a la calidad del mismo, porque este se vea afectado por diferentes motivos. En Ambos casos va a tener efectos sobre nuestra salud.
Los principales trastornos que influyen en el sueño normal, son:
Insomnio
Es la dificultad para poder dormir, que puede presentarse como un problema para conciliar el sueño a la hora de dormir, o como un problema de mantenimiento con despertar de madrugada sin poder conciliar de nuevo y por lo tanto impide un sueño reparador.
Puede estar influenciado sobre todo por preocupaciones, estrés, y en muchos casos ser indicador de ansiedad o depresión.
Hipersomnia
La hipersomnia podemos definirla como una incapacidad para mantenerse despierto durante el día, pero no está relacionado con una dificultad en el sueño o el descanso durante la noche.
Apnea del sueño
Se debe a una obstrucción de las vías respiratorias que dificulta la libre entrada de aire y que produce cortes en la respiración que obliga a pequeños despertares durante el sueño para recuperar esa respiración, lo que repercute en falta de descanso. Hay que evaluar sobre todo ronquidos, presión arterial, cefaleas, y son factores de riesgo la obesidad, hipotiroidismo, o el consumo de alcohol y de otras sustancias.
La apnea obstructiva del sueño impide dormir de forma continua y tiene consecuencias graves en la vida de quien lo padece por el cansancio y deterioro físico. A medio plazo, puede producir problemas cardiovasculares.
Alteraciones del ritmo circadiano
Se presenta como una dificultad para el sueño en relación a los horarios y ritmos normales, de forma que la hora para dormirse o despertarse se retrasa de forma importante. En ocasiones tiene que ver con trabajos a turnos, jetLag, o puede estar también relacionado con alguna enfermedad.
Parasomnias
Son alteraciones en el sueño NREM (sueño profundo), y afectan a la calidad del sueño con conductas extrañas que se manifiestan en forma de movimientos rítmicos, sonambulismo o terrores nocturnos. En el caso de las pesadillas, estas suelen presentarse en la fase REM, en la que la actividad cerebral es más alta.
Síntomas que nos indican que podemos padecer un trastorno del sueño
El principal síntoma es el cansancio, que como ya hemos visto se manifestará junto con malestar, falta de concentración, dolor de cabeza, cambios de humor e irritabilidad.
La presencia de forma mantenida de estos síntomas y problemas, también puede contribuir a la aparición de ansiedad o depresión, por la falta de descanso, alteración de nuestro bienestar y la dificultad para realizar las tareas cotidianas.
Entre los pacientes que acuden a consulta, nos encontramos que entre el 50 y el 80% de los pacientes con algún tipo de trastorno relacionado con ansiedad o depresión, padecen también insomnio como un síntoma.
Como vemos, el insomnio puede aparecer como síntoma asociado a otros trastornos en muchos casos, y también como un problema en sí mismo, que con el tiempo, y si no se trata adecuadamente, puede derivar en otros problemas más graves.
Causas de los trastornos del sueño
Que hay detrás de los trastornos del sueño. Estos pueden aparecer ante un problema con impacto emocional, que altera e influye en el sueño y que en la mayoría de los casos desaparece en un tiempo sin otros problemas adicionales.
Una inadecuada gestión de nuestras preocupaciones y problemas emocionales, pueden cronificar y mantener los problemas del sueño, por lo que es importante evaluar e intervenir adecuadamente.
En algunos casos también pueden existir disfunciones neurológicas que puede resultar necesario valorar. En otros como lo comentado en la apnea, el problema viene por una disfunción en las vías respiratorias.
Si existen otros problemas como depresión o ansiedad, los trastornos del sueño se presentan como un síntoma más, añadido a otros físicos y emocionales, como decaimiento, falta de interés por la realización de actividades, nerviosismo, pérdida o aumento de peso, etc.
¿Cuando consultar con un especialista en trastornos del sueño?
Es normal que el sueño se vea alterado ante pequeños cambios o por acontecimientos de la vida cotidiana personales o familiares. Si estos se mantienen en el tiempo, es recomendable no esperar a que se cronifiquen para consultar con un especialista.
Desde el momento en el que las dificultades para dormir, y sobre todo cuando va asociado a otros síntomas que pueden hacer sospechar que estamos ante algún otro trastorno, o se mantengan durante varias semanas, es recomendable consultar con nuestro médico de familia para que nos derive al especialista adecuado.
Si el trastorno del sueño se presenta asociado a una alta ansiedad, pensamientos obsesivos, o problemas en nuestro estado de ánimo (Depresión), es recomendable consultar directamente con un Psicólogo Sanitario, que realizará la evaluación y diagnóstico oportuno, propondrá otro tipo de evaluación si fuese necesario, y aplicará el tratamiento adecuado en cada caso.
¿Cómo se pueden tratar los trastornos del sueño?
El tratamiento del trastorno del sueño en muchas ocasiones puede ser farmacológico, con medicación específica que ayuda en los problemas de sueño. En los casos en los que se diagnostiquen problemas de ansiedad y depresión, la medicación será la específica para este tipo de trastornos, y tendrá influencia también sobre el sueño.
El uso de fármacos debe estar siempre controlado por un médico especialista, pues puede producir efectos secundarios que hay que valorar, y supervisar cualquier cambio o variación en las dosis.
El uso de hierbas medicinales también puede ser muy efectivo, como la valeriana que tiene efecto relajante que induce al sueño, o el hipérico o Hierba de San Juan, una planta medicinal que actúa como un antidepresivo, aunque pueden presentar efectos secundarios que conviene también tener en cuenta.
Existen otras sustancias que se encuentran en muchos alimentos como el triptófano que es un aminoácido que influye en el sueño al ser esencial en la producción de melatonina y serotonina. La melatonina, también presente en algunos alimentos, es una hormona que induce al sueño al estar relacionada con los ciclos de sueño y vigilia.
En muchos casos, resulta muy efectivo cambiar el estilo y hábitos de vida, llevar una adecuada alimentación, evitar la vida sedentaria y realizar ejercicio físico, disminuir el consumo de sustancias excitantes, etc. También es importante una correcta higiene del sueño, como mantener un horario para irse a la cama, no realizar actividades de mucha intensidad unas horas antes, no utilizar móviles y ordenadores en la última hora antes de dormir, o controlar una adecuada temperatura y humedad de la habitación.
Por otro lado, la terapia psicológica será mucho más efectiva a medio y largo plazo, sobre todo cuando los problemas del sueño están asociados a cuadros de ansiedad o depresión, y que en algunos casos se puede combinar con el tratamiento farmacológico, aumentando su eficacia.
En el caso de que estés teniendo problemas de sueño, o padeciendo alguno de los síntomas descritos que puedan estar detrás de algún otro trastorno psicológico que esté manteniendo este problema, no dudes en pedir cita con nosotros.
Equipo Psicopartner