Hace poco tiempo me decía un empleado de reparación de electrodomésticos en tono humorístico antes las lavadoras, los lavavajillas, las neveras, las calderas duraban más de 20 años, ahora apenas llegan a los 10 años, como los matrimonios que antes eran para toda la vida y ahora 10-12 años…. es un hecho que las separaciones y divorcios están a la orden del día. Qué lejos queda ya ese dicho tan `popular entre nuestros mayores de “juntos en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe”. La sociedad ha evolucionado a un ritmo elevado, y con ella las relaciones familiares y de pareja.
Hoy día los datos procedentes del Instituto Nacional de Estadística en 2017 indican que el porcentaje de divorcio es del 3,4 % en parejas de menos de dos años de duración, el 31,8 % en parejas de entre dos y nueve años de duración, el 32 % en parejas de entre diez y diez y nueve años de duración, el 32,8 % en parejas de veinte o más años de duración.
La pareja se constituye en una de nuestras fuentes principales de apoyo, satisfacción, crecimiento emocional y en cierto modo personal, nos permite pensar en construir un futuro lleno de expectativas e ilusiones, adquirir un compromiso; por ello como terapeuta de pareja, pensar que el divorcio es algo frecuente no puede hacernos olvidar que también constituye un factor de sufrimiento emocional personal muy alto, una ruptura en ocasiones es muy dura; todo aquello que durante tiempo se construyó en mayor o menor medida juntos, ahora se destruye, y hay que volver are construir nuestra vida de manera individual.
Son muchas las consultas que recibo en que la pareja se ha ido deteriorando gradualmente, con pequeños desencuentros, roces a los que no se consigue dar una salida emocional satisfactoria, ocasionándose una lista de agravios que va generando mayor distanciamiento, acudiendo a terapia con la duda y ambivalencia de seguir juntos o separarse definitivamente.
En consulta encontramos que las principales causas de distanciamiento y posible ruptura de una pareja son:
- Hay un conflicto claro entre los objetivos y las expectativas personales y las de pareja.
Así cuando las metas personales ( llámese trabajo, amistades, familia, ocio y tiempo libre, etc ) conllevan la mayor parte del tiempo y esfuerzo de uno de los miembros de la pareja es fácil pensar que la atención se centre en ello, pasando la persona que está a nuestro lado a un segundo plano, generándose por ello frustración, insatisfacción, incomunicación y sentimiento de soledad.
Una de los principales detonantes pues lo más habitual que rompa uno de los cimientos principales sobre el que se sustenta: la confianza y el sentimiento de sentirnos seguros con la persona que se encuentra a nuestro lado.
También es cierto que algunas parejas sobreviven a un episodio de infidelidad, e incluso salen más fuertes, pues normalmente detrás de esa infidelidad se esconden muchas carencias de la pareja y otras razones.
- Exceso de conflictos
Todas las parejas discuten y eso es positivo porque si somos capaces de manejarlos podemos aprender cómo es nuestra pareja, cómo somos nosotros y cómo nos adaptamos. Pero, si estas discusiones, muchas veces por nimiedades, se convierten en la tónica habitual en la que el objetivo termina siendo ganar, es posible que la relación este corriendo el riesgo de volverse tóxica, caracterizada por el daño mutuo; y costará volver a recuperar la confianza y el respeto mutuo.
- Características personales e ideologías difícilmente compatibles.
Una razón de peso para la ruptura. Muchas veces, esto es algo que está presente desde que ambos se conocen, y muchas veces son minimizados autoengañándonos y restándoles importancia o pensando que cambiará. A veces no nos damos cuenta de que el amor no todo lo puede y hay que asumir que podemos tener errores en la elección de pareja.
Pero no siempre ocurre el cambio-la transformación, es más, no pocas veces a medida que pasa el tiempo y la pareja se estabiliza, las diferencias se hacen cada vez más insalvables, pues la expectativa del uno choca frontalmente con la del otro.
- Expectativas de pareja divergentes.
Así, cuando percibimos falta de seguridad a la hora de pensar en nuestra relación a largo plazo, sin planes de futuro o con unas expectativas que no son satisfactorias para nosotros, es posible que vuestra relación se tambalee. A fin de cuentas, una relación de pareja pasa por establecer una serie de acuerdos que ambos asumen implícita o explícitamente que se presupone están conminados a cumplir por el bien de ambos.
Algo básico en una pareja, un pilar sin el cual es muy difícil que la pareja se sostenga pues está en la base de la práctica totalidad de los problemas por las que ésta atravesará; bien siendo una cusa de posibles dificultades o bien la última consecuencia de los mismos.
Sin una comunicación adecuada difícilmente podremos entender a nuestro partner, por lo que los problemas personales o relacionales serán muy, muy difíciles de solucionar.
- Falta de intimidad
La falta de intimidad puede conducir al deterioro progresivo de la relación y, en última instancia, a la separación. No sólo nos referimos a la proximidad sexual, sino también a la conexión emocional, la confianza, la empatía, el respeto y apoyo mutuo, la valoración.
La consecuencia más común de esto es la sensación de soledad que pueden experimentar uno o los dos miembros de la relación. ¿Cómo solucionarlo? Con una buena comunicación sobre nuestras opiniones, esperanzas, frustraciones, necesidades y sentimientos.
¿Terapia de pareja para la ruptura de la relación?
Así, cuando la ruptura de pareja se convierte en un hecho, muchos se preguntan si, más allá de la terapia individual, es posible realizar una Terapia de Pareja, la respuesta es rotundamente SI.
Se trata de un proceso terapéutico encaminado a modificar el vínculo entra ambos de la mejor forma posible; en su esencia hablamos de una terapia orientada y dirigida a los dos miembros con el propósito de encontrar unos objetivos comunes satisfactorios para ambos, y esto se puede dar aunque la ruptura sea un hecho.
Así, a través de la terapia de pareja podremos conseguir minimizar el impacto emocional que ésta ocasiona, para ello nos proponemos conseguir.
- La ruptura de una forma pacífica. Es obvio que no todas las rupturas se producen de forma amorosa, en armonía, sino que prevalecen sentimientos negativos de rabia, ira, resentimiento y frustración, acompañadas de ganas de revancha; pero mientras alguien trata de vengarse, gasta sus energías en ello, saliendo muchas veces herido él-ella también. Por ello, el papel nuestro como terapeuta en la mediación resulta crucial para poder llevar a cabo esta separación.
- Ayudar a la pareja en el proceso de “Cierre Emocional”, en el que la terapia nos brindará un lugar confortable para que ambos expresen sus vivencias de pérdida, tristeza, ira y otras emociones para lograr procesar el duelo por separación de manera saludable.
- Desarrollar una Comunicación eficaz; algo imprescindible para acordar todo aquello que compartíamos y que ahora debemos dividir. Es normal que en haya problemas de comunicación en la pareja cuando se está en el proceso de ruptura por lo que la terapia de pareja es una herramienta fundamental para conseguir establecer una comunicación adecuada para afrontar esta difícil situación.
- Conseguir acuerdos entre ambos miembros en todo lo que ahora se va a separar; la vivienda, el coche, las mascotas, las finanzas, la relación que se mantendrá con las respectivas familias y amigos, etc.
- Colaboración para la crianza y educación de los hijos si los hubiera. La terapia de pareja brinda a ambos progenitores la oportunidad de trabajar juntos para apoyar la educación, el cuidado y el bienestar emocional de sus hijos, evitando un mayor sufrimiento de éstos.
- Asimismo, La terapia de pareja orientada a la separación nos brinda la oportunidad de poder convertir los encuentros terapéuticos en un lugar donde explorar cómo fue nuestra relación, qué puntos débiles y vulnerables tuvo, en qué falló cada uno, y por tanto qué hemos aprendido y así evitar que en un futuro se repitan los mismos patrones.
Por supuesto la terapia de pareja no excluye en ningún caso la terapia individual, también muchas veces necesaria para ayudar a quien lo necesite a elaborar el duelo y preparase ante una nueva vida solteros.
Muchas veces nos preguntan en terapia si incluso se puede llegar a ser amigos después de romper la relación que ya tratamos en otro artículo anterior y que te invito a que lo leas pinchando aquí.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, te sientes víctima del doloroso silencio, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678, enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.