¿Qué causa la falta de deseo sexual?
La respuesta a esta pregunta es compleja. Sin embargo, los expertos la achacan a un bajo nivel de interés en las relaciones sexuales atribuidas a diversos motivos. El estímulo por la falta de deseo sexual no provoca deseo de actividad sexual de su pareja.
Los expertos sostienen que esta falta de deseo suele estar asociada a un problema que tiene carácter físico o psíquico. Lo más común suele ser una disfunción sexual. La falta de deseo afecta a ambos sexos, aunque las mujeres lo sufren en mayor medida. En este contexto, y a consecuencia de la falta de deseo, llegan a experimentar, incluso, un sentimiento de culpa.
La educación sexual en el punto de mira
La educación sexual, en este contexto, abre una brecha entre los hombres y las mujeres.
De hecho, la educación que han recibido los hombres en este aspecto está enfocada sexualidad genital. Es decir, dirigida a su pene. Para los hombres, el acto sexual en sí es un mandato masculino que les identifica como machos en su género. La pérdida de erección, por ejemplo, supone enfrentarse a un problema muy grave. Esto es así porque se espera una erección visible del hombre.
Por contra, las mujeres, en general, han recibido unos conceptos de sexualidad que están enfocados a obtener otro tipo de respuestas. De esta forma, no han sido educadas en el sexo al igual que ocurre con los hombres. El deseo, así las cosas, debe de ser el paso previo al sexo. Se puede definir como la recreación de una fantasía y no tanto el hecho físico de practicar sexo. De ahí que el análisis de la pareja coital no sea el foco cuando se habla de deseo sexual.
¿Cuáles son los tipos de falta de deseo sexual?
A grandes rasgos, los tipos de falta de deseo sexual se pueden agrupar en cuatro grandes apartados que podrían englobar este tema en su conjunto.
- El primer tipo de falta de deseo sexual se puede enmarcar en aquellas personas, especialmente mujeres, que nunca han tenido un apetito sexual lo suficientemente importante. Es decir, este patrón de comportamiento afecta a aquellas personas que no tienen capacidad para tener fantasías sexuales y sus conductas con fin sexual son escasas. Este tipo de comportamiento empieza en la adolescencia y en la vida adulta se intensifica.
- El segundo tipo de falta de apetito sexual afecta, por igual a ambos sexos, y se refiere a aquellas personas que durante toda su vida, tanto en la adolescencia como en la vida adulta, han disfrutado de un deseo sexual que se enmarca en los estándares de normalidad. Sin embargo, llega un momento que pierden interés por el sexo.
- Por otra parte, el tercer tipo de falta de deseo sexual responde a una falta de deseo generalizada. Es decir, la persona que está afectada es incapaz de experimentar deseo hacia su pareja, pero tampoco lo siente hacia otras personas.
- Y, finalmente, el cuarto tipo de causa es el de aquellas personas que no desean a su pareja, pero sí que tienen deseo por otras personas.
Las causas de la falta de deseo son múltiples
Las causas asociadas a los tipos de falta de deseo sexual, como hemos dicho anteriormente, suelen ser, o bien, orgánicas, o de carácter psicológico. Las orgánicas por lo general suelen deberse a algún tratamiento farmacológico que provoca falta de deseo. Alternaciones de las hormonas y problemas neuroendocrinos. O, también, enfermedades crónicas o metabólicas.
Respecto a los factores psicológicos, hay que distinguir varios tipos dada la complejidad de la mente humana. Podría deberse a problemas de pareja. También a disfunciones sexuales. Anorgasmia, vaginismo o disfunción eréctil. No obstante, en este plano también puede afectar a la falta de apetito sexual los trastornos del estado de ánimo. El cansancio o el miedo a no ser capaz de satisfacer a la otra persona. O, tal vez, una vida sexual poco satisfactoria o monótona. Y, naturalmente, la ansiedad y el estrés.
Claves para identificar la solución
Lo complejo en estos casos es saber identificar el problema y el tratamiento. Así, el tratamiento de esta disfunción sexual contempla dos aspectos: por una parte, contar con un diagnóstico adecuado, y, por otra parte, se ha de identificar el origen del problema que ha sido la causa de la falta de deseo sexual. Lo normal es que la pérdida de la libido esté causada por diversos factores que han confluido en el mismo contexto, tiempo y espacio. Para lograr revertir la inhibición sexual es importante el análisis de un psicólogo/a sexólogo/a. Este profesional será capaz de localizar e identificar los posibles problemas de convivencia y comunicación en la pareja.
Estos problemas pueden estar originados en una educación sexual no correcta o en un trauma sexual de la infancia. E, incluso, en algún tipo de incompatibilidad sexual entre ambos miembros de la pareja. En cualquier de estos escenarios la terapia de pareja es fundamental para que el tratamiento cumpla con el objetivo de hacer desaparecer la inhibición del deseo sexual.
El objetivo y el reto de este tratamiento será implementar mejoras en la comunicación. Resolver los aspectos que creen conflicto en la convivencia diaria. Y, por extensión, en las relaciones de pareja. Se trata de permitir a los miembros de la pareja explorar las fases de la actividad sexual. El deseo, la excitación o el orgasmo. De esta forma, se pueden recuperar los mecanismos de estimular el deseo en la pareja.
En resumen, se trata de saber aprovechar el conocimiento de los profesionales para poder restablecer el deseo sexual y encontrar nuevas formas o nuevos caminos para canalizar esos estímulos y encontrar nuevas formas de disfrutar de las relaciones de pareja.
¿Has experimentado alguna de las situaciones que hemos planteado? Si es así, no dudes en buscar ayuda profesional. Tanto de manera presencial en nuestros centros cómo con nuestros psicólogos online puedes contar con expertos/as en sexología clínica a la hora de tratar temas como la falta de deseo sexual.
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