Muy habitualmente pregunto a mis pacientes cuáles son las áreas que consideran importantes en su vida. Casi todos ellos me responden, no necesariamente en este orden, la familia y-o la pareja, los amigos, la salud, la economía y el ocio, apareciendo en casi todas ella el trabajo, y es que éste constituye una realidad necesaria que, salvo honrosas excepciones nos acompaña durante la mayor parte de nuestra vida.
No cabe duda que una de las áreas que generan el bienestar-equilibrio emocional en el ser humano es el trabajo; en el cual muchas veces se desarrollan y potencian muchas de nuestras vocaciones, cualidades, capacidades y potencialidades y, desgraciadamente, también muchas decepciones.
Es normal idealizar el trabajo, en especial cuando se empieza una carrera laboral en el que tantas ilusiones se han puesto y tanto nos han vendido durante los años de preparación. Cuando la realidad no encaja con la expectativa y la persona en cuestión se encuentra con multitareas que no corresponden al puesto y para las que muchas veces no se está preparado, jornadas interminables, ver que estás en un puesto donde no estás aprendiendo nada, ni siquiera estás realizando aquellas funciones encomendadas sino una serie de tareas aburridas y que nada tienen que ver con el puesto, dificultades para ascender o cambiar de posición, dificultad para conciliar con la vida personal y familiar, todo el castillo de naipes se hunde y toca lidiar con la frustración y la decepción, siendo ésta más fuerte cuanto más elevadas son las expectativas.

Psicológicamente hablando las decepciones son una forma de pérdida de diferente índole, son inevitables pues forman parte de nuestras relaciones, de nuestras metas, en definitiva, de nuestra vida, siendo algo que tenemos que aprender a gestionar; esta pérdida genera emociones naturales de diversa índole como son la frustración, el dolor mental, la tristeza o la ira.
Y pasaremos por circunstancias críticas o crisis personales a lo largo de nuestro ciclo vital. Así, lo importante es que al final de cada una de ellas hayamos logrado levantarnos y salir fortalecidos de ellas.
La decepción laboral conlleva graves consecuencias psicológicas, perjudiciales casi siempre para quien la padece y en muchas ocasiones también para la organización, entre ellas.
– Elevado nivel de ansiedad base. Producto de la incertidumbre y la preocupación por el ambiente laboral.
– Sentimientos de apatía, falta de motivación y desánimo, visión negativa del futuro laboral, miedo al desempeño del trabajo que de no atajarse en su momento cabe el riesgo de que terminen derivando en un proceso depresivo.
– Baja autoestima, producto de la impresión negativa que el trabajador se genera de sí misma ante la sensación de fracaso profesional.
– Irritabilidad, aislamiento y dificultades en la comunicación, encerrándose en uno mismo, evitando el contacto social y por, ende oportunidades de experimentar emociones positivas.
-Falta de concentración y a su vez dificultad de desconectar del trabajo; entrando en un bucle destructivo de pensamientos rumiativos sobre su trabajo y sobre sí mismo pudiendo llegar a la obsesión.
- Insomnio o alteraciones del sueño como producto de la ansiedad laboral.
– Falta de productividad y calidad en el desempeño laboral consecuencia de todo la anterior.

Qué podemos hacer.
A día de hoy me siento afortunado del trabajo que realizo, pero he visto muchos pacientes y personas cercanas cuya situación es la contraria. No es sólo importante la decepción per se, sino cómo reaccionamos ante ella, siendo ésta la que realmente determine si el fracaso se convertirá en una barrera o en una oportunidad de cambio
A nivel organizacional, sería muy importante, aunque a veces se torna una quimera, instaurar políticas de empresa orientadas a velar por el bienestar de sus miembros facilitando formación, autonomía, flexibilidad de horarios y capacidad de crecimiento laboral.
Pero no podemos basar nuestro bienestar laboral en el ambiente de trabajo pues no depende directamente de nosotros, pero esto sí podemos hacer.
-Reconoce tus emociones, sin engañarte ante las mismas. El primer paso para poder recuperarse de una decepción es reconocer lo que sientes, pues negarte a ello solamente prolonga el impacto negativo. Tómate un momento para reflexionar sobre cómo estás y ponerles palabras a tus sentimientos
-Evalúa la situación de manera racional y objetiva; sin cebarte en tus propias ideas de lo que debería ser el trabajo o tu situación laboral o tu indefensión ante ello y evitando culpabilizarte. Por ello podemos analizar qué está saliendo mal, qué se escapa de mi control. Encontrar las causas de la decepción te permitirá desarrollar estrategias de coping.
-Aunque sea muy difícil, trata de aprender de ello. Sentirnos defraudados es una oportunidad para salir de nuestra zona de confort. Identifica qué actitudes, conocimientos o habilidades necesitas mejorar para poder realizar un cambio, aunque haya dificultades, también hay oportunidades y desafíos por cumplir.
-Evita el aislamiento. No tienes que enfrentar las decepciones solo. Hablar con un amigo, un compañero o un terapeuta te permitirá ventilar tus emociones sin que se enquisten y sobre todo puede proporcionarte una perspectiva diferente y ayudarte a encontrar alternativas que quizás no habías barajado.
- Ajusta tus expectativas y objetivos. Como hemos mencionado antes, las añoranzas laborales se producen porque nuestras expectativas no eran realistas. Es importante replantearnos los objetivos y metas y ajusta tus planes a ello.
-No centres toda tu vida en el trabajo, fortaleciendo otras áreas de tu vida como la pareja, amistades, familia, hobbies o intereses personales donde puedas desarrollar tus cualidades.
-No dejes de creer en ti. Es necesario que tengamos presente que un desengaño laboral no define tu trayectoria ni tu valor profesional, y mucho menos tu valor personal. que una decepción no define tu carrera ni tu valor como profesional.
Las decepciones laborales pueden ser difíciles, pero también son una parte natural del crecimiento profesional y una oportunidad para dar un cambio a lo que no se quiere.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, sientes que la decepción que has sufrido o estás sufriendo en tu trabajo te está desbordando emocionalmente, viéndose afectado tu día a día o que no sabes cómo manejar tus propios sentimientos ni cómo avanzar puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 o por whatsapp al +34 +34 613 145 003 o también enviándonos un email a hola@psicopartner.com para reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de, atenderte, analizar tu caso de forma personalizada y ayudarte.





