La infidelidad en la pareja: ¿Algo común o no tanto? 

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Según los estudios entre el 20- 40% de las parejas al menos uno de sus miembros ha sido infiel.  Donde solo 1 de cada 3, acaba revelando al otro dicho pecado.

Un pensamiento común para los infieles, o una excusa para los afectados, es que consideran que, bajo el pretexto de no ser felices en la relación, consideran esta circunstancia para poner los cuernos. De manera que el 90% de los infieles consideran que en estos casos esta más que justificado el tener una aventura. 

Por otra parte, se ha encontrado que los infieles son más permisivos ante el hecho de engañar a la pareja. Este tipo de filosofía es mucho más beligerante en las generaciones más jóvenes, por lo que parece que los jóvenes son más promiscuos e infieles a sus parejas que los mayores. 

Pero esto tampoco excluye a los mayores de este cambio de filosofía, ya que aparece que esta promiscuidad cada vez es más frecuente, aumentando cada vez más la infidelidad dentro de la pareja. Un ejemplo que representa esta nueva problemática a lo que se enfrente la sociedad en este siglo, sería como el 50% de motivos de consulta en terapia psicológica de pareja se debe a la infidelidad de al menos uno de sus miembros. 

pexels ayoola duke 1937950 10317493 La infidelidad en la pareja: ¿Algo común o no tanto? 

Según los estudios, existe un factor clave que resulta ser un predictor ante la infidelidad en la pareja, que es la incertidumbre en la propia relación. Siendo esta un detonante para que se produzca el poner los cuernos.  Pero para que dicha infidelidad se mantenga, según los expertos la variable más importante es la felicidad en la propia relación.

Otro de los factores que pueden explicar el motivo de la infidelidad sea la actitud menos restrictiva de uno de los miembros de la pareja respecto al sexo. Apareciendo en muchos casos como uno de los miembros al ser menos restrictivo decide mantener relaciones fuera de la pareja respecto al otro miembro más restrictivo. 

Todo esto ocurre bajo la excusa y el pretexto de que el sexo solo es sexo, y que saben muy bien diferenciar entre el sexo y la intimidad. Aunque se sabe que las infidelidades se presentan ambos factores a la vez.

¿Porqué duele la infidelidad?

pexels karolina grabowska 4471315 La infidelidad en la pareja: ¿Algo común o no tanto? 

Para poder entender porque el adulterio puede causar tanto daño y dolor en la persona engañada, sería entonces necesario entender qué se entiende por infidelidad: violación de la confianza y el compromiso en una relación de pareja manifestándose cuando un miembro de la pareja mantiene una relación con un tercero sin haberse acordado y ocultándolo. 

 Por lo que realmente la infidelidad como tal no supone más que mantener relaciones sexuales ocultándolo a tu pareja y sin su consentimiento. Pero si se empieza a explorar más porqué afecta tanto a la víctima, esto es debido a una ruptura de sus propias creencias, valores y expectativas que se tenía acerca del otro miembro de la pareja. 

En el caso de la traición, esta se trata de un ataque directo hacia tu pareja, siendo una manera bastante clara de agredirle. Como consecuencia, esto produce un gran dolor y sufrimiento en la pareja afectada, ya que el hecho de que engañe la persona a la que más amabas, acaba por desestabilizar la relación, con una pérdida de confianza y una alta conflictividad en la pareja.

Hay que mencionar que ese malestar producido por la infidelidad no se debe en gran parte al hecho de que la persona más cerca de ti te haya traicionado. Sino que detrás de ese dolor emocional viene derivado de haber sido defraudado por esa persona. 

Cuando se depositan expectativas en una pareja y esas expectativas no se cumplen, lo que ocurre no es solo una decepción momentánea, sino una fractura profunda en el proyecto de vida en común. La infidelidad, por ejemplo, representa no solo una traición al compromiso mutuo, sino una destrucción de esa visión compartida del futuro. Se produce una ruptura en la confianza, un desmoronamiento de la estructura emocional y simbólica que sostenía la relación.

El vínculo de pareja se construye sobre pilares fundamentales como la confianza, la lealtad, y el respeto mutuo. Cuando uno de esos pilares se ve afectado, la percepción que uno tenía de la otra persona cambia drásticamente. La imagen idealizada o construida de esa pareja, junto con las expectativas y sueños compartidos, comienza a desmoronarse, como un castillo de naipes.

Lo que antes tenía valor, como los momentos compartidos, los logros comunes o incluso las pequeñas rutinas cotidianas, pierden su significado.

La infidelidad no solo pone en cuestión el acto en sí mismo, sino que sacude la manera en la que uno veía a la pareja, a la relación y a uno mismo dentro de esa relación. Esa pérdida va más allá del engaño físico o emocional; es una pérdida de la propia identidad dentro del vínculo. 

Se cuestiona lo que se creía importante, lo que se valoraba, y lo que se proyectaba como futuro. Todo esto genera una sensación de vacío, de desorientación, como si de repente lo que daba sentido a la vida compartida ya no existiera.

Como terapeuta de pareja, ayudar a las personas a atravesar este duelo implica reconstruir primero la narrativa personal y colectiva de la relación, trabajar sobre las expectativas no cumplidas y explorar si es posible reformular la relación desde una nueva perspectiva o, por el contrario, si es necesario buscar caminos separados.

Como consecuencia la ruptura de estas creencias pone en duda y en juego toda la historia de la pareja. Hace desaparecer toda la certidumbre que se tenía acerca de la propia relación, ya que ese pasado solo fue una mentira que querías creer, lo que impide que exista un futuro en la relación. 

La idea acerca de tu pareja y relación te produce confusión, es como un túnel sin salida. Se convierte en algo frívolo e inconstante, que genera gran incertidumbre e impide tener una visión de futuro en la relación. 

Lo curioso de haber sufrido una infidelidad es que todos esos momentos de amor vividos en la pareja se ven cuestionados por una farsa, y acaban perdiendo esa intensidad de bienestar que antes se tenía al experimentarlos. Ademas de que cada vez que se vuelven a recordar estos sucesos, se viven bajo el panorama de que te han puesto los cuernos, dando la impresión de que se está viendo una distorsión en un espejo.

¿No es para tanto?

pexels gabby k 5874711 La infidelidad en la pareja: ¿Algo común o no tanto? 

Muy frecuentemente la pareja traidora busca todo el rato minimizar el daño, como “fue solo sexo”, o “deberías dejar de estar todo el rato en el pasado”, o “deberíamos centrarnos en el presente y mirar hacia al futuro”. 

Todas estas palabras son muy bonitas, pero esconden la oscura verdad de que realmente el agresor nunca se ha responsabilizado de sus acciones. Por muchas veces que pidan disculpas un corazón dañado tarda mucho en curarse. 

Un ejemplo muy claro podría ser el caso de Patricia (nombre ficticio) que descubrió la semana pasada que su novio de 8 años le ha estado poniendo los cuernos durante 5 años. Aunque él ya se ha disculpado, Patricia se cuestiona si realmente debería creerle… 

Mientras él se estaba acostando con la mejor amiga de Patricia, este a su vez se dedicaba a despertar a Patricia con un beso y deseándole unos buenos días con el desayuno. Lo más sorprendente es que Patricia le pregunto varias veces por la infidelidad, la cual nunca él reconoció hasta ser descubierto. Lo cual solo sucedió después de que la compañera de trabajo le dijera algo a patricia, y entonces esta descubriese todo el panorama…

Pero si yo no soy así…. 

Un efecto curioso en la infidelidad es que los infieles no reconocen qué personas son, no presentan una relación entre sus acciones y que tipo de personas se consideran. 

El novio de patricia siempre se ha considerado una persona muy leal y honesta, pero el ponerle los cuernos a su novia durante 5 años no concuerda con esa visión que tiene de sí mismo. Él siempre se pregunta que ha podido pasar… “Él siempre quiso a patricia”, “siempre intentaba romper la relación con su amante”, pero por algún motivo extraño nunca lo consiguió…

Para poder evitar esta disonancia cognitiva en sí mismo, los infieles buscan escudarse de sus acciones y de sus responsabilidades. De manera que cuando los afectados les confrontan con lo sucedido, estos solo se centran en excusas diversas.

Algunos ejemplos podrían ser el uso de circunstancias atenuantes como “estaba pasando por un mal momento”, “es que no sabía lo que hacía”, “en mi vida me han hecho mucho daño” o como las propias víctimas les habían provocado “que no me abrazases cuando se murió mi hámster, me ha obligado a acostarme con tu amiga”.

¿Porqué no me di cuenta antes?  

Tras sufrir una infidelidad uno no puede parar de preguntarse así mismo porque no lo pudo ver antes, como no pudo darse cuenta. 

 En el caso de Patricia, esta solo se dio cuenta después que una compañera suya de trabajo le mencionase que no tenía sentido la relación de su novio con su amiga. Hasta entonces había estado viviendo en las nubes, pero ahora tras abrir la caja de pandora, todo le estaba pareciendo una pesadilla sin fin. 

Es absolutamente normal experimentar sentimientos de vergüenza, decepción con uno mismo o incluso humillación tras descubrir una infidelidad, sobre todo cuando las señales parecían obvias en retrospectiva. 

La negación ante una infidelidad es una estrategia de supervivencia emocional.

Este tipo de respuesta emocional es un mecanismo de defensa, es una necesidad de protegernos de amenazas emocionales y psicológicas. Cuando nos resistimos a aceptar pruebas evidentes de una traición, o incluso caemos en la negación total, no es por ingenuidad o debilidad, sino por un mecanismo natural de defensa que busca preservar nuestra estabilidad mental y moral en un momento de enorme vulnerabilidad.

Terapia psicológica para superar la infidelidad

pexels shvetsa 5262463 La infidelidad en la pareja: ¿Algo común o no tanto? 

Aceptar la realidad de la traición implicaría enfrentarnos a un dolor devastador y, en muchos casos, a una reestructuración de nuestra identidad y nuestra visión de la relación. Es más fácil, en el corto plazo, ignorar las evidencias o justificar el comportamiento del otro que enfrentarse a la pérdida de un proyecto de vida y a la herida en el amor propio que esto implica.

Sin embargo, esta negación inicial tiene consecuencias importantes. Al retrasar el reconocimiento de la infidelidad, se prolonga el sufrimiento y, a menudo, se agrava la desconfianza en uno mismo. 

Aquella persona que no fue capaz de "ver" lo que estaba ocurriendo puede empezar a cuestionarse su capacidad de juicio y percepción. Esto lleva a una pérdida de confianza en sí misma y en sus propias habilidades para leer y entender las señales emocionales y conductuales en futuras relaciones. Este sentimiento de inseguridad puede arrastrarse, haciendo que la persona se vuelva hipervigilante o constantemente temerosa de que le vuelvan a traicionar, incluso en relaciones que no muestran señales de peligro.

Este ciclo de duda e inseguridad, si no se trabaja adecuadamente, puede sabotear relaciones futuras, porque el miedo a ser engañado otra vez se convierte en una barrera para la intimidad y la confianza genuina. Es aquí donde la terapia juega un papel crucial: en ayudar a la persona a reconstruir su autoestima, a procesar el dolor de la traición pasada y a reestructurar su confianza tanto en sí misma como en los demás, con el fin de poder acercarse a las nuevas relaciones desde un lugar de mayor seguridad y equilibrio emocional.

Conclusión

La infidelidad, una realidad que afecta entre el 20% y el 40% de las parejas, sigue siendo un tema tabú y doloroso. Las estadísticas revelan que solo una minoría confiesa su deslealtad, mientras la mayoría oculta sus acciones bajo la justificación de la insatisfacción en la relación. Este fenómeno es particularmente común entre los jóvenes, aunque no exclusivo de ellos, y está en aumento en todas las edades.

El impacto de la infidelidad va más allá del acto físico; destruye la confianza, las expectativas y las creencias personales, causando un profundo dolor emocional. La traición socava la autoestima y deja a la víctima cuestionando su capacidad para confiar en futuras relaciones. Además, los infieles a menudo minimizan su comportamiento y evitan asumir la responsabilidad, lo que complica aún más la recuperación emocional de la pareja afectada. La negación inicial de las señales puede ser un mecanismo de defensa, pero enfrentar la verdad es el primer paso hacia la reconstrucción de la confianza.

En resumen, la infidelidad es una experiencia devastadora que desafía las creencias y la confianza en una relación. Su impacto se extiende más allá de la ruptura inicial, afectando profundamente la visión de uno mismo y la capacidad de confiar en el futuro. Comprender y abordar estos efectos es crucial para la recuperación y la reconstrucción de la confianza en uno mismo y en las relaciones futuras.

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Luis Guillen Plaza

Psicólogo Colegiado M-40260 (Salud y Trabajo)
Psicólogo especialista en Sexología, Orientación Sexual y Terapia de Pareja

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