Hace unas semanas escuché y me entristeció el fallecimiento de Manuel de la Calva, cantante del Dúo Dinámico, muy famosos por muchas canciones que han perdurado a lo largo de la historia de la música española, una de ellas su famosa canción que tantas veces nos acompañó durante el Covid. Casi todos los que habíamos escuchado esta canción antes nos estremecíamos con sus estrofas, convertidas por muchos en un himno: RESISTIRÉ; con esas frases casi legendarias: “Cuando en mi moneda salga cruz” “Cuando mi enemigo sea yo” “Cuando cueste mantenerse en pie”, “soportaré los golpes y jamás me rendiré”, “aunque los vientos de la vida soplen fuertes, soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie” y un largo etcétera. Qué lejanos parecen aquellos tiempos en los que tuvimos que estar confinados en nuestro hogar sin poder ver a familiares ni amigos, sin apenas saber qué ocurriría con aquel temido virus, con mucha gente que falleció sin que sus familiares pudiesen ni siquiera verlos; pero en los que recibimos un mensaje de resistir.
A casi todos nos transmitió de una manera real que muchas veces la vida, por diversas circunstancias, nos lleva al límite, poniéndonos en situaciones que están muy próximas a superar nuestras capacidades. Quién no ha pasado por una muerte de un familiar cercano, una ruptura difícil, unas expectativas no satisfechas, un anhelo imposible…en este punto tendremos tres opciones: sucumbir y dejarnos llevar, resistir la situación o convertirnos en personas resilientes.
Resistir es aguantar, sobrevivir y salir airoso de la situación; la resiliencia aplica el principio de lo que no te mata te hace más fuerte, por ello supone ir un paso más adelante que la resistencia; salir fortalecido emocionalmente s de la situación.
La resiliencia es un término muy usado en el campo de la física para referirse a la capacidad que poseen ciertos materiales de recuperarse o volver a su estado original tras haber soportado ciertas cargas o impactos. La Real Academia Española de la Lengua la define como.
- Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.
- Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
En Psicología añadimos un plus a este concepto; no sólo a través de ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones vitales que podrían ser traumáticas, sino que también podemos desarrollar la capacidad de salir fortalecidos de ellas, creciendo personalmente y desarrollando nuestro potencial, para ello a través de la resiliencia podemos reestructurar nuestros recursos personales y emocionales adaptándolos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades.
Las personas resilientes no nacen, se hacen; por lo que debemos descartar que se trate de algo innato sino de algo que se entrena y aprende día a día, sobreponiéndonos a las veces en que hemos estado al borde del abismo, generando una adecuada autoestima y un apego seguro como herramientas importantes.
Qué caracteriza a una persona resiliente:
1) Entienden y afrontan las dificultades y los problemas como una oportunidad para crecer y no como un obstáculo insalvable. Ello implica a su vez aceptar la realidad y no negarla ni huir de ella; Estas personas asumen las crisis como algo muchas veces inevitable y, a su vez como una oportunidad para aprender y crecer.
2) Desarrollan y mantienen un optimismo realista: Cultivando una actitud positiva pero fundada y acode a la realidad.
Por ello, las personas resilientes son muy objetivas, conocen sus metas, sus cualidades y capacidades, sus recursos y sus limitaciones y sus debilidades. Son conscientes de que casi nada es completamente positivo ni negativo, y si algo es totalmente negativo e inevitable, se adaptan a ello pensando qué pueden hacer.
Hay gente que Me ha preguntado si una persona resiliente tiene miedo; y la respuesta es SI, pero afronta sus miedos y no se deja llevar por ellos, no permitiendo que roben su vida.
3) Mantienen y cultivan una sana autoestima. Una persona resiliente se conoce y acepta a sí misma, siendo plenamente consciente de que cada situación supone un reto para mejorar personal, física, emocionalmente y socialmente; con un gran afán de superación, pero siempre desde la autoaceptación y no desde el rechazo.
Así con su autoconocimiento y autovaloración, algo muy propio es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguros de lo que pueden lograr.
4) Tienen muy definidas sus metas y son constantes en sus propósitos; Proponiéndose siempre objetivos realistas y alcanzables, no quimeras ni ensoñaciones. Asimismo, siendo conscientes de sus capacidades y limitaciones habitualmente proponen un plan para conseguirlas. En estos planes, los resilientes son flexibles, con una elevada tolerancia a la frustración, adaptando sus esfuerzos y flexibilizando sus metas cuando es necesario lo que conlleva que no renuncien a sus objetivos, sino que los adapten. Si algo las distingue es su perseverancia, adaptación y flexibilidad, casi siempre con una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que quieren.
5) Intentan controlar sus emociones, no las situaciones, pues son conscientes de que éstas son incontrolables, pero no así sus reacciones cognitivas, comportamentales y emocionales ante las mismas. Una de las principales fuentes de tensión y estrés del ser humano es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida, aspectos en su mayoría incontrolables ( “ Ya lo tengo todo controlado, y alguien dijo No, no no”; que ahora viene el viento de otro lado”, Fito Cabrales ).
Por ello, cuando algo se nos escapa de las manos, nos sentimos inseguros, tensos, vulnerables. Las personas con capacidad de resiliencia tienen asumido que es imposible mantener la vida bajo control, pero han aprendido a tolerar la inseguridad y se sienten cómodos, aunque no tengan el control centrándose en aceptar la realidad y gestionar sus sentimientos.
6) Sus relaciones sociales son mayormente satisfactorias; pues tienden a rodearse de personas con actitud positiva-realista a las que apoyar y en las que apoyarse en los momentos duros. Su carácter resistente, luchador e inconformista hace que no tengan miedo a dejar atrás relaciones que no suman en su vida, pues, aunque tienden a comprender y ayudar a los demás, son conscientes de que pueden estar siendo utilizadas, marcando límites desde su propia seguridad personal. Del mismo modo que no tiene miedo a expresar sus emociones tristeza, rabia, frustración, sus sentimientos de vulnerabilidad ante quien consideran serán un pilar sobre el que sostenerse. De esta manera, consiguen generar una red de apoyo sólida.
7) Tienen un claro y marcado propósito y sentido de su vida. Así, tienen muy claro lo que esperan de la vida, lo que quieren y también lo que No, que será su motor para superar las adversidades.
En mi consulta, desde el primer momento que veo a un paciente trato de encontrar su yo resiliente, ese que casi todos tenemos, aunque muchas veces no lo sepáis pues a veces está muy, muy oculto, de promover su fortaleza y conseguir que terminen la terapia conociéndose, aceptándose, valorándose y con los recursos suficientes para afrontar; como tantas veces han hecho en consulta y seguro que lo harán fuera, los devenires de la vida siendo, cada vez más resilientes, Algo por lo que admiro a mis pacientes con los que codo a codo trabajamos cada día.
Si te has visto reflejado-a en este artículo, consideras que a través de la terapia puedes potenciar tu persona resiliente, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 o por whatsapp al +34 +34 613 145 003 o también enviándonos un email a hola@psicopartner.com para reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de, atenderte, analizar tu caso de forma personalizada y ayudarte.