La práctica sexual desadaptativa 

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La práctica sexual desadaptativa es un estilo de masturbación que implica patrones específicos de estimulación con consecuencias negativas para las relaciones sexuales de pareja. 

¿Consigues alcanzar el orgasmo con tu pareja?

Este tipo de masturbación puede hacer que sea complicado disfrutar del orgasmo de la misma manera durante las relaciones sexuales con una pareja. Esto ocurre porque el placer depende de estímulos que no se pueden recrear fácilmente a través del contacto físico compartido

¿Qué es la práctica sexual desadaptativa?

La práctica sexual desadaptativa se refiere a un estilo de masturbación desadaptativa, caracterizado por patrones específicos de estimulación que dificultan, o incluso imposibilitan, replicar o integrar esta forma de alcanzar el orgasmo en las relaciones sexuales compartidas con una pareja. 

Este estilo puede generar una desconexión, ya que la satisfacción sexual depende de estímulos que no pueden ser fácilmente recreados mediante el contacto físico con las manos, la boca o los genitales de la pareja.

Antes de adentrarnos en el concepto del estilo de masturbación idiosincrásico, es fundamental definir qué entendemos por orgasmo y cómo se alcanza de forma adaptativa.

Orgasmo - ¿Qué es?

El orgasmo es tan único como las personas que lo experimentan. De hecho, podríamos decir que existen tantas formas de llegar al orgasmo como adultos hay en el mundo, lo que equivale, aproximadamente, a 6,1 mil millones de personas entre 15 y 95 años.

Sin embargo, como seres humanos, tenemos una tendencia natural a buscar patrones, a clasificar y etiquetar. Este afán de categorizar no es más que un intento de responder a una inquietud común: “¿Soy normal o soy rarito?”.

Un vistazo rápido a “San Google” confirma esta obsesión por las etiquetas. Allí encontramos una larga lista de “tipos” de orgasmos, que van desde el clitoriano, de abertura vaginal, del punto G, de pezones, cervical o anal, hasta propuestas más exóticas como el orgasmo de garganta o del punto A y punto U

Aunque estas categorías pueden resultar intrigantes, carecen de base científica sólida y a menudo complican la percepción de las personas sobre su propia sexualidad, sembrando dudas y alimentando inseguridades.

¿Existen diferentes tipos de orgasmos?

Como profesional, me planteo una cuestión interesante:

Si se pueden clasificar tantos tipos de orgasmos, ¿por qué no existen categorías equivalentes para la anorgasmia?

Por ejemplo, ¿dónde está la “anorgasmia clitoriana” o la “anorgasmia del punto G”? ¿Por qué no aparecen estas etiquetas en las búsquedas? La respuesta es simple: esta información no existe porque, desde un punto de vista clínico y científico, no tiene fundamento.

Cuando los pioneros en sexología Masters y Johnson realizaron sus investigaciones, lograron desmentir la propuesta de Sigmund Freud de que existían orgasmos “superiores-vaginales” o “inferiores-clitorianos”. Ellos demostraron que el orgasmo, independientemente de la zona estimulada, responde a un mismo mecanismo fisiológico. Esta revelación también modificó la manera en que entendemos la anorgasmia: tenemos un único diagnóstico según el DSM-5, hablamos del trastorno orgásmico femenino (302.73 / F52.31), mientras que otras disfunciones sexuales abarcan ambos sexos.

Cuando los profesionales hablamos de tipos de orgasmo, no nos centramos en la zona del cuerpo que se estimula para alcanzarlo, sino en el método empleado. Este enfoque es lo verdaderamente relevante en nuestra práctica clínica.

Cuando una persona acude a mi consulta, mi atención no se dirige a qué parte de su cuerpo utiliza para experimentar un orgasmo, sino a comprender las circunstancias y métodos que hacen posible esta experiencia, así como aquellas en las que resulta difícil o imposible alcanzarla. 

Estilo de masturbación desadaptativo o idiosincrásico – sus formas

pexels shvetsa 5187575 La práctica sexual desadaptativa 

 Existen múltiples razones que pueden dificultar la experiencia del orgasmo. Sin embargo, en este caso nos centraremos en una causa específica: la incapacidad para alcanzar el orgasmo durante las relaciones sexuales con una pareja debido a un estilo de masturbación idiosincrásico, también conocido como masturbación desadaptativa.

Este estilo se desarrolla como una técnica personal para alcanzar el orgasmo, pero resulta difícil o incluso imposible de trasladar a la práctica sexual compartida y podría entrar dentro de los trastornos de disfunción sexual.

Un ejemplo común de este tipo de masturbación es el uso del chorro de agua en la ducha. Aunque efectivo a nivel individual, este método es prácticamente inadaptable al contexto de una relación sexual en pareja.

Tanto hombres como mujeres pueden experimentar orgasmos a través de métodos de compresión, como la presión en la zona genital, frotamiento contra superficies, cruzar o apretar las piernas, o presionar objetos como almohadas, mantas o las propias manos. En los hombres, técnicas como girar el pene, presionar el glande entre las piernas, o incluso envolver el pene con una toalla y ejercer presión con distintos objetos tipo puerta, etc., son prácticas típicas de masturbación idiosincrásica. Estos métodos, en la mayoría de las veces, aprendidas y practicadas desde la infancia y en las circunstancias muy específicas, suelen ser incompatibles con la interacción sexual en pareja. 

Otro ejemplo interesante es el orgasmo inducido por la contracción de los músculos del suelo pélvico, conocido como coreorgasm, término acuñado por Debby Herbenick. Este tipo de orgasmo puede ocurrir durante ejercicios intensos que implican la fatiga muscular, como series prolongadas de abdominales, levantamiento de piernas en una silla romana o ciertas posturas de yoga, especialmente en disciplinas como el Bikram. La tensión muscular concentrada, combinada con la fatiga, genera una respuesta orgásmica que resulta difícil de replicar en el contexto sexual convencional.

Además, ciertas prácticas masturbatorias pueden generar sensibilidades extremas que afectan negativamente la respuesta sexual con la pareja. Por ejemplo, una estimulación excesivamente suave puede hacer que cualquier otro tipo de contacto resulte molesto o doloroso. Por el contrario, una presión excesiva aplicada durante la masturbación puede dificultar la adaptación a la estimulación vaginal, generando frustración y desconexión durante el sexo en pareja.

Por último, no se puede ignorar el impacto de la pornografía en la capacidad de alcanzar el orgasmo con la pareja. La pornografía ofrece una estimulación visual intensa y resultados inmediatos, activando de manera rápida los circuitos dopaminérgicos en el cerebro. Esto provoca un flujo sanguíneo rápido hacia los genitales, incrementando su sensibilidad y facilitando un orgasmo más veloz durante la masturbación. Sin embargo, en un encuentro sexual real, la excitación y el clímax requieren más tiempo, paciencia y estimulación mutua. 

Cuando una persona se habitúa al ritmo acelerado y la intensidad de la pornografía, puede encontrar difícil adaptarse al ritmo más pausado y natural de las relaciones sexuales, afectando su capacidad para disfrutar y conectar plenamente con su pareja.

Estilo de masturbación idiosincrásico ¿Hay solución? 

pexels tima miroshnichenko 7047002 1 La práctica sexual desadaptativa 

Independientemente del método o contexto que una persona utilice para alcanzar el orgasmo, si dicho método no es aplicable a la práctica sexual con su pareja, se considera una práctica sexual desadaptativa. Sin embargo, esto no significa que deba abandonarse por completo, salvo en aquellos casos en los que esta práctica perjudique significativamente la respuesta sexual fisiológica de la persona.

Por ejemplo, si un hombre pierde la erección durante las relaciones sexuales con su pareja y no logra eyacular en absoluto sin recurrir a su método habitual —como envolver el pene en una toalla, cruzar las piernas y frotarlo, ejercer una presión excesiva o utilizar pornografía para reestimularse y alcanzar el orgasmo—, es importante abordar esta situación. 

En estos casos, para evitar la creación de un condicionamiento negativo, sería recomendable abandonar el estilo de masturbación idiosincrásico que está interfiriendo en la respuesta sexual fisiológica de la persona, así como en la dinámica sexual con la pareja.

Por otro lado, el uso de juguetes sexuales no necesariamente constituye una práctica desadaptativa. Sin embargo, si una persona no desea utilizarlos en compañía de su pareja y, al mismo tiempo, no puede alcanzar el orgasmo sin ellos (anorgasmia), entonces sí podría considerarse una práctica desadaptativa. Esto no implica que deba renunciar a los juguetes, sino que existen técnicas específicas diseñadas para ampliar las posibilidades sin necesidad de limitarse o renunciar por completo a sus métodos habituales.

pexels olly 3764175 La práctica sexual desadaptativa 

Por ejemplo, si una persona ha aprendido a alcanzar el orgasmo apretando las piernas, pero desea lograrlo con su pareja durante las relaciones sexuales, no es necesario abandonar esa técnica para siempre. El objetivo no es imponer restricciones ni reemplazar una limitación por otra, sino ampliar el abanico de posibilidades. Se trata de desarrollar una mayor variabilidad y opciones, incrementando las formas en que se pueden experimentar orgasmos disfrutando de una sexualidad más rica y diversa.

En definitiva, el propósito no es imponer nuevas barreras, sino desbloquear el potencial del cuerpo, descubrir nuevas zonas erógenas y aprender a gestionar los orgasmos de manera que se logren de diferentes formas. El objetivo nuestro como profesionales, a través de la terapia sexual, es explorar en profundidad en qué contextos una persona logra experimentar un orgasmo, qué métodos o dinámicas contribuyen a esa respuesta y qué situaciones, personas o prácticas se encuentran en el centro de sus deseos y expectativas.

Este enfoque nos permite trazar un mapa claro y personalizado de las necesidades, obstáculos y aspiraciones de cada persona, permitiendo una experiencia sexual más completa y satisfactoria, tanto individual como en pareja.

Si te identificas con alguna de las prácticas de masturbación desadaptativa y sientes que esto está afectando tu capacidad para disfrutar plenamente del sexo con tu pareja, no dudes en contactarnos, podemos ayudarte.

Te animamos a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicoparnter.com  y reserves una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

Bibliography

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Tonya Tsykova

Psicóloga Sanitaria Colegiada M-32844
Experta en Trastornos Conducta Alimentaria y Especialista en Obesidad.
Sexóloga y Terapeuta de Pareja

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