La infidelidad de la mujer, así como la del hombre, es uno de los obstáculos más complicados por los que puede pasar una pareja.
A la vez, la probabilidad de que nos enfrentemos, en algún momento, a una infidelidad, tanto hombres como mujeres, es relativamente alta. Según algunas estadísticas, en torno a un 27% de mujeres han confesado haber sido infiel alguna vez, frente a un 36% de los hombres. Otra encuesta, llevada a cabo por la web de citas Ashley Madison concluyó en España el fenómeno de la infidelidad es elevado, siendo el país con más aventuras secretas de toda Europa y el quinto de todo el mundo.
Durante mucho tiempo se ha asociado la infidelidad con los hombres, pero la realidad, como demuestran las estadísticas, es que la proporción de mujeres infieles es muy similar a la de ellos.
Lo que sí cambian son los motivos para llegar a este punto. Las mujeres que buscan una relación fuera de la pareja lo hacen por razones ligeramente distintas, que tienen mucho que ver con la diferente socialización de un género y otro. Pero, ¿cuáles son los motivos que llevan a una mujer a ser infiel?
Nuestra experiencia como terapeutas de pareja y sexologos nos ha mostrado que los principales motivos que aparecen en la infidelidad de las mujeres son:
Con paso del tiempo es fácil que la pareja empiece a experimentar una disminución de los momentos en común. La rutina, compartir menos aficiones, los problemas del día a día, o hacer menos planes en pareja afectan a la relación.
Se pierden momentos de intimidad fundamentales para mantener conversaciones profundas y relevantes. Es normal que las relaciones vayan cambiando, pero a veces se produce una desconexión tan fuerte en todos los aspectos que se pueden generar sentimientos de frustración, decepción e insatisfacción. Un caldo de cultivo perfecto para la infidelidad de la mujer.
Este punto está relacionado con el anterior. Algunas mujeres caen en la infidelidad después de haber pasado un tiempo sintiendo que su pareja ya no les presta tanta atención o dedicación como antes. A veces, pasada la etapa de enamoramiento enajenado de los primeros meses, la pareja puede empezar a ser sustituida por otros intereses que acaparan más atención, como el trabajo o aficiones personales.
Este cambio de actitud hace que la mujer pase de sentirse valorada como una prioridad en la vida de su pareja, a percibir cierto abandono y alejamiento emocional. Esto puede conducirla a buscar de nuevo esas atenciones en otra persona fuera de la relación, especialmente aquellas mujeres que necesitan más atenciones.
Cuando una relación se vuelve monótona y rutinaria, algunas personas empiezan a aburrirse. Aunque la vida en general tiene momentos de aburrimiento que hay que saber gestionar, hay quien lo entiende como una frustración, especialmente en el ámbito de la pareja.
Es perfectamente normal que en las relaciones largas haya momentos grises, y algunas mujeres eligen buscar un poco de aventura fuera para volver a sentir esas sensaciones que ya parecían olvidadas. Detalles románticos, los nervios de las primeras citas, momentos de pasión o mariposas en el estómago son algunas de las cosas que se echan de menos con el tiempo y siempre se quieren volver a experimentar.
Por supuesto esta es una de las razones que motivan la infidelidad de la mujer. Si no hay intimidad sexual dentro de la pareja o se siente insatisfecha en el aspecto erótico, hay más probabilidades de que busque una vida sexual más plena con otra persona. En los últimos años, la mujer ha conseguido por fin liberarse de muchos tabúes y conquistar su sexualidad, lo que les lleva a ser más exigentes a la hora de obtener su propio placer.
Hay investigaciones que asocian la infidelidad de la mujer con la carencia de un núcleo femenino sólido, es decir, un grupo de amigas o compañeras con las que mantener una relación enriquecedora, libre de esa competitividad falsa que a veces aparecen en las relaciones de amistad. A menudo, las mujeres que no han tenido una buena relación con su madre, o han sentido que no tenían el apoyo de las mujeres que la rodean, tienden a sobrevalorar su relación con los hombres, y es más probable que sean infieles.
Este aspecto está relacionado con el anterior. Problemas como ansiedad, depresión, traumas no resueltos y una baja autoestima pueden llevar a una mujer a buscar el apoyo y la validación masculina a través de relaciones románticas y sexuales.
Solo las atenciones de un hombre las hacen sentirse felices y valiosas, por lo tanto, buscarán siempre ese alimento de su autoestima que es el deseo masculino. Estas mujeres tienen una mayor tendencia, por su perfil dependiente, a involucrarse en relaciones tóxicas.
Uno de los motivos principales que impulsan a los hombres a ser infieles es el simple deseo sexual. En muchos casos, cuando un hombre se fija en otra persona fuera de la pareja, se trata de una aventura que se queda en lo físico, sin una inversión emocional que ponga en peligro su deseo de seguir en pareja.
Sin embargo, algo que vemos de manera habitual en consulta y, que es diferenciador en las mujeres, es que no buscan exclusivamente un momento de satisfacción sexual, sino que lo que quieren es añadir aventura y pasión a sus vidas, y a la vez cierto grado de conexión. Es decir, se involucran emocionalmente con facilidad y eso puede poner en riesgo la estabilidad de la pareja.
Sea cual sea el motivo o motivos que llevan a una mujer a ser infiel, hay que tener presente que eso no convierte a nadie en una persona horrible. La tradición religiosa hace que se señale duramente a la mujer, y que esta asuma su error con una enorme culpabilidad. Es verdad que una traición es algo reprobable, pero todos comentemos errores sin que ello tenga que definirnos como malas personas. Al fin y al cabo somos el resultado de diferentes historias y la suma de muchos comportamientos, así que no debemos juzgarnos por una sola decisión.
Nuestra experiencia nos muestra que la infidelidad puede ser un bache que se puede superar si ambas partes quieren apostar fuerte por la pareja. Con ayuda de terapia de pareja se puede comprender las causas y gestionar las emociones, desarrollando herramientas muy valiosas para mejorar la relación de cara a un futuro más feliz.
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