Adicción al trabajo ¿Qué es?, ¿cómo detectarlo? y tratamiento.
Con frecuencia pregunto a mis pacientes cuáles son las áreas que consideran importantes en su vida. Casi todos ellos me responden, no necesariamente en este orden, el trabajo, la familia y-o la pareja, los amigos, la salud, la economía y el ocio.
No cabe duda que una de las áreas que generan el bienestar-equilibrio emocional en el ser humano es el trabajo; en él se desarrollan y potencian muchas de nuestras vocaciones, cualidades, capacidades y potencialidades.
El mundo laboral ha evolucionado de la mano de la sociedad, con profundos cambios ocurridos en muy poco tiempo. El trabajo está mucho más globalizado, con una alta competitividad en todos los ámbitos; con una inmensa cantidad de funciones a desempeñar por parte de los trabajadores: en muchos casos dentro de un único puesto se llevan a cabo funciones administrativas, comerciales, formativas, etc. Lo que requiere una extensa dedicación que en muchos casos supera los horarios laborales estrictamente marcados.
Así, la contrapartida nos lleva a sentirnos dentro de un mundo laboral frenético. Casi todos conocemos trabajadores que llegan a dedicarle a su trabajo una excesiva cantidad de tiempo y de energía, llevándolo a cabo de forma muy intensa y a veces compulsiva, con repercusiones negativas sobre su propia vida y en la de sus allegados. Esto configura un trastorno que ha recibido distintas denominaciones y que se conoce como adicción al trabajo o workaholismo.
Las adicciones se producen con o sin una sustancia que las provoca. Se caracterizan por un uso mayor del deseado, o una dedicación excesiva a una actividad, pasando a ser la prioridad (muchas veces no reconocida) del sujeto; generando un fuerte y elevado malestar psicológico cuando está ausente, motivo por el que en muchas ocasiones se mantiene pese a la desatención y-o al deterioro de otros ámbitos personales o relacionales.
En el caso del trabajo; muchas personas se vuelven “dependientes” de la adrenalina que generan unos altos niveles de trabajo, haciendo que la persona trabaje siempre a altos niveles y dedique cada vez más tiempo al trabajo, buscando así experimentar estos sentimientos. Cuando se experimenta de esta manera, el trabajo puede convertirse en una adicción, bien vista desde fuera, creando estragos en el seno de la familia.
La mayoría de los profesionales de la salud coinciden en señalar a Oates como el primero en utilizar el término “workaholism” para referirse a un tipo de comportamiento, que observaba en sí mismo cuando estaba trabajando, y que se parecía a la conducta en el alcoholismo, por su falta de control y compulsividad, y que podía llegar a constituirse en un riesgo para su salud personal, sus relaciones interpersonales y su funcionamiento, creando un deterioro significativo en su funcionamiento vital.
Así, lo definió como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente pese a las repercusiones que lleva asociadas.
¿Cómo detectarlo?
Algunas de las señales de alerta que indican la existencia de un problema por adicción al trabajo son las siguientes:
- El trabajo consume casi todas las horas del día no dedicadas a dormir y comer.
- Serias dificultades para ceñirse al horario oficial de trabajo; Tendiendo a prolongar el mismo en detrimento de otras actividades, justificando su actitud ante ello.
- Descuido de la propia salud. La dedicación excesiva al trabajo conlleva que no exista tiempo para el autocuidado. Estos hábitos, de prolongarse en el tiempo pueden conllevar problemas de salud tales como colesterol, obesidad, hipertensión arterial, etc con el riesgo que éstos conllevan.
- Pensamientos continuos que tienen que ver con cosas que preocupan a la persona, en este caso asociadas mayoritariamente al trabajo; motivo por el que existe una marcada dificultad de desconectar.
- Necesidad de ocupación constante y prisa continua, con sensaciones de urgencia por hacer cosas; a menudo varias.
- Tensión constante, ansiedad y estrés elevados a lo largo del día, con una gran dificultad para relajarse, considerándolo a veces como algo improductivo.
- Irritabilidad fundamentalmente cuando se le pide que no trabaje tanto o se le «reprocha » su excesiva dedicación.
- Vida social muy limitada o casi inexistente más allá del mundo laboral. Girando las conversaciones habitualmente en torno al trabajo.
- Elevado nivel de exigencia hacia sí mismos y hacia los demás. Se ha visto una amplia relación entre la adicción al trabajo y el Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo; manteniendo patrones similares de baja tolerancia a los errores, dificultad para delegar, perfeccionismo.
Perfil de un adicto al trabajo
Generalmente son individuos muy ambiciosos, no solamente a nivel monetario, sino también personal.
Manteniendo, como causa, asociación o efecto una lucha constante por ser los mejores.
Son personas que desean resultados inmediatos, tendiendo a precipitar los tiempos de ejecución de sus metas propuestas.
Son muy perfeccionistas.
Dificultades de marcar límites, ser asertivos y decir que no, especialmente ante jefes. Muchas veces por miedo a la competitividad existente en el mercado laboral, y otras tantas por la búsqueda incesante e incansable de nuevos retos que les permitan superarse a sí mismos para conseguir la valoración propia y de los demás.
Consecuencias de la adicción al trabajo
En no pocas ocasiones un efecto adverso es el empeoramiento en el rendimiento laboral.
Una dedicación excesiva y prolongada en el tiempo requiere un elevado gasto de energía, que unido a la falta de descanso termina provocando el agotamiento físico y mental, llegando a realizar el trabajo en condiciones psicofísicas adversas.
El resultado que se produce es el más temido, el descenso en los niveles de calidad de su trabajo. Entonces, la solución llevada a cabo es redoblar el esfuerzo, empeorando aún más el resultado obtenido, generándose un círculo vicioso de difícil salida.
La adicción al trabajo genera consecuencias negativas tanto en el individuo como en su vida familiar y social, ya que a largo plazo conduce al abandono paulatino de otras esferas vitales importantes, la irritabilidad y el estrés, al aislamiento,
También pueden desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión, musculares y ansiedad.
Además, los adictos al trabajo, pueden consumir diferentes sustancias para aumentar el rendimiento laboral y superar el cansancio y la necesidad de dormir, lo que complica todavía más la situación.
¿Qué podemos hacer?
La mejor manera de tratar es prevenir, así, para ello, deberemos eliminar los factores de riesgo asociados, controlando los factores o causas que la originan.
Un aspecto fundamental de la prevención y del tratamiento será ayudar al trabajoadicto a “salir mentalmente del trabajo”, a desconectar, a disfrutar de su vida y no sólo de su trabajo. Es importante concienciar a las personas de que la jornada laboral tiene un fin y dedicar tiempo para los placeres cotidianos que tenga cada uno.
Es importante abordar las ideas arraigadas que la persona tiene sobre el trabajo, la productividad, la responsabilidad, el relax, el ocio que le llevan a actuar de una forma desadaptativa.
Cuando la adicción al trabajo es un hecho, es preciso llevar a cabo una terapia psicológica. El tratamiento Cognitivo-Conductual y el Minddfulness se muestran eficaces. Este tipo de terapia, ayudando al paciente a gestionar sus `propias conductas y emociones.
Quisiera dejaros, a modo de reflexión, este poema de Shaker Song.
“Es un don ser simple,
es un don ser libre,
es un don situarnos donde debemos estar.
Y cuando nos descubramos en el justo lugar
Será un valle de amor y placer”
Si te has visto reflejado-a en este artículo, tienes un gran malestar emocional y ves que no puedes manejar y controlar estas situaciones, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al 669 489 678 y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso de forma personal e individualizada, atenderte y ayudarte.