Ana de Paz – Psicopartner ® Psicólogos en Madrid y Online https://www.psicopartner.com Somos referentes en la salud, el bienestar emocional y psíquico de las personas, equipos y empresas, contribuimos a incrementar tu calidad de vida. Wed, 10 Sep 2025 18:04:34 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 https://www.psicopartner.com/wp-content/uploads/2018/08/2017-06-28-PHOTO-00000380-100x100.jpg Ana de Paz – Psicopartner ® Psicólogos en Madrid y Online https://www.psicopartner.com 32 32 Aceptación o Resignación https://www.psicopartner.com/aceptacion-o-resignacion/ https://www.psicopartner.com/aceptacion-o-resignacion/#respond Thu, 09 Oct 2025 08:45:34 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=14388

Cuando se escucha la palabra aceptación en muchas ocasiones es entendida como sometimiento a las circunstancias y entregarse a ellas de forma resignada.

La aceptación y la resignación son dos habilidades que aunque coloquialmente pueden resultar equivalentes, para la psicología y particularmente en psicoterapia tienen grandes matices diferenciadores.

Resignarse implica un proceso de someterse, de conformarse, en el que no hay tolerancia a la situación y conlleva a la inacción. Pensamientos como “no puedo hacer nada y siempre ocurrirá lo mismo”, establecen una posición de inmovilismo y aporta pocas o ninguna oportunidad para la mejora.

Aceptar implica, en cambio, abrirse a nuestras experiencias de forma natural, al mismo tiempo que permite dirigirse hacia la acción. Supone abandonar las estrategias de lucha, de control de emociones y pensamientos, que tantas veces resultan problemáticas y entregarse de una forma activa a estar presente en la experiencia, sin quedar atrapado en esos pensamientos, sensaciones, emociones o recuerdos desagradables. Supone abrirse, permitiendo a esas experiencias dolorosas que estén ahí, dándoles espacio, sosteniéndolas y abandonando esa lucha por que desaparezcan. La aceptación es el primer paso del cambio.

Cuando aceptamos una determinada situación, nos estamos abriendo a considerar otras posibilidades. Y además de forma paralela, aporta una dirección hacia la que actuar, persiguiendo objetivos acordes con los valores de la persona.

“Acepta. No es resignación. Nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar” (Dalai Lama)

El psicoterapeuta inglés, Russ Harris, experto en la terapia de aceptación y compromiso (ACT) señala que el proceso de aceptación conllevaría tres fases entrelazadas y superpuestas:

  1. La fase de reconocer: el reconocimiento de una experiencia interna no deseada, identificarla y no juzgarla. Para ello la apertura y la curiosidad ayudan a enfocar.
  2. La fase de admitir: tras el darse cuenta de la experiencia concreta, permitir que ésta permanezca sin batallar con ella. Es importante señalar que aceptar no quiere decir que tenga que gustar el pensamiento, sentimiento etc… significa permitirlo, dejarlo ver.
  3. La fase de acomodar: dar espacio a la experiencia interna, a los pensamientos, sentimientos, impulsos, sensaciones, recuerdos, que resultan difíciles.

Beneficios psicológicos de la aceptación

El proceso de la aceptación aporta unos beneficios psicológicos muy a tener en cuenta:

  • a través de la observación, tanto de uno mismo como de todo el entorno, se conecta con la experiencia presente, con el aquí y ahora.
  • favorece alcanzar un mayor autoconocimiento y comprensión, así como también la autocompasión.
  • ayuda a conectar con el cuerpo y con las emociones.
  • facilita dejar a un lado el sufrimiento al permitir permanecer con curiosidad en la experiencia.
  • elimina juicios, etiquetas, quejas, y motiva la búsqueda de soluciones.
  • favorece el tomar distancia de los pensamientos, las sensaciones, las emociones, los recuerdos o las imágenes difíciles sin quedar atrapados en ellos.
  • permite adicionalmente focalizar en la acción y en las experiencias acordes con los propios valores, es decir, con el significado que se le quiere dar a la propia vida, con el propósito vital.

Un proceso opuesto al de la aceptación es el de la evitación experiencial. Consiste en no tomar contacto con las vivencias externas o internas, con esos pensamientos, recuerdos, sensaciones difíciles, éstos se rehuyen, se evitan, para no sufrir el malestar que generan.

Si valoramos los resultados de esta estrategia a corto plazo, seguramente veamos que aporta un beneficio, un alivio inmediato. Pero si esta estrategia se consolida en el tiempo, en numerosas ocasiones acabará generando problemas emocionales o conductuales.

Puedes preguntarte… ¿hay alguna cosa que no esté aceptando en este momento en mi vida? ¿existe algo con lo que estoy constantemente luchando, tratando de controlar y que a pesar de los esfuerzos no lo consigo?

Si la respuesta es afirmativa, quizás la aceptación podría ayudarte a enfocar la situación desde otra perspectiva y poder restablecer así el equilibrio vital. A veces no pueden controlarse o cambiarse determinadas situaciones, y aferrarse al control genera emociones dolorosas.

Pregúntate

¿Qué serías capaz de hacer si esa experiencia no existiera?

¿Cómo estarías sin ella?

Estrategias

La aceptación puede entrenarse y practicarse en todos los ámbitos de la vida. Algunas estrategias para potenciar el proceso de aceptación:

  1. Trata de no juzgar, y no juzgarte, trabaja la empatía y la autocompasión
  2. Vive el presente. La mente, a través de los pensamientos, viaja al pasado y al futuro de forma recurrente, por ello hacerse consciente y aprender a estar en el presente, a prestar atención de manera flexible a la experiencia de cada momento.
  3. Normaliza las experiencias dolorosas. Asumir que el dolor es una parte de la vida y de la condición del ser humano, facilitará el proceso de aceptarlo. No se trata de reprimir o negar los pensamientos o emociones que resultan dolorosos, sino de observarlos, reconocerlos y aceptarlos, sólo desde ahí se pueden integrar para crecer.

“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma” (Carl Jung)

Si estás pasando un momento difícil y te has cansado de resignarte, te podemos ayudar a hacer este proceso de aceptación. Puedes pedir una cita con nosotros, de manera presencial o bien a través de nuestra área de psicólogos online para que te acompañemos en este proceso, contactando en el teléfono +34 669 489 678 o bien en el email hola@psicopartner.com donde estaremos encantados de atenderte.

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Emociones reprimidas y su influencia en la salud https://www.psicopartner.com/emociones-reprimidas-y-su-influencia-en-la-salud/ https://www.psicopartner.com/emociones-reprimidas-y-su-influencia-en-la-salud/#respond Wed, 10 Sep 2025 18:04:01 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=20387 En ocasiones expresar lo que sentimos se percibe como un signo de debilidad o de incapacidad de autocontrol. Mensajes como “hay que ser fuertes”, puede generar una tendencia  a reprimir las emociones, que aunque aparentemente funcional a corto plazo, pasado un tiempo esas emociones no han desaparecido por el hecho de no expresarse, por lo que permanecen, se acumulan y pueden encontrar otras formas de manifestarse, ya sea a través del cuerpo, en forma de pensamientos y/o en la salud general.

Represion2 Emociones reprimidas y su influencia en la salud

Las emociones reprimidas son aquéllas que una persona evita experimentar. En lugar de ser procesadas, expresadas o liberadas, estas emociones se bloquean y se mantienen fuera del alcance de la conciencia, 

Frente a la represión de una emoción, que supone negarla o suprimirla sin procesamiento, la regulación de una emoción implica reconocerla y decidir conscientemente cómo manejarla. Reprimirla, en cambio, a lo que puede llevar es a una desconexión emocional a largo plazo.

¿Por qué reprimimos emociones?

Existen múltiples factores por las que las personas reprimen sus emociones. Señalemos algunos de los más comunes: 

  • Aprendizaje social y cultural: A nivel social pueden existir determinados mandatos sobre cómo, cuándo o quién puede expresar determinadas emociones, por ejemplo puede considerarse mal vista la manifestación de la tristeza o de la rabia. Incluso pude haber marcadas diferencias entre los géneros, como que a los hombres se les enseñe a no mostrar sus emociones, en especial la tristeza.
  • Miedo al juicio de los demás o a su rechazo: Expresar algunas emociones puede ser percibido como un riesgo a ser considerados como personas débiles o con inestabilidad emocional. 
  • Vivencia de experiencias traumáticas: Las personas que han experimentado traumas pueden incorporar un distanciamiento con sus emociones o el bloqueo emocional como manera de autoprotección.
  • Entornos familiares invalidantes: En familias donde la parte emocional de sus miembros no se tiene en cuenta, no se escucha o incluso se invalida, lo que se aprende es a considerar que este aspecto no tiene ninguna relevancia o más allá. que las emociones que experimentan son inadecuadas.
Represion3 Emociones reprimidas y su influencia en la salud

¿Cómo se manifiestan las emociones reprimidas en la salud?

Numerosos estudios en psicología, en psicosomática han demostrado que las emociones reprimidas pueden tener un impacto directo en el cuerpo: 

1. Tensión muscular y dolores físicos:El cuerpo guarda memoria emocional. Emociones como la ira, el miedo, la vergüenza, reprimidas pueden manifestarse en ciertas partes del cuerpo que pueden ser un reflejo físico de una carga emocional no expresada. Por ejemplo tensión en espalda, cuello, migrañas…

2. Trastornos digestivos: El sistema digestivo está íntimamente ligado al estado emocional. El estrés y la represión emocional pueden provocar síntomas como gastritis, colon irritable, acidez, náuseas y en general, problemas intestinales. Es conocida la alta sensibilidad del intestino al estado emocional. 

3. Problemas cardiovasculares: La represión emocional, especialmente de la ira y del estrés, está vinculada a un mayor riesgo de hipertensión, problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Estas emociones activan el sistema nervioso simpático lo que genera un estado de alerta permanente, dañino para el sistema cardiovascular. 

4. Sistema inmunológico vulnerable: La represión emocional sostenida en el tiempo puede comprometer la respuesta del sistema inmunológico, haciendo que el cuerpo se haga más vulnerable a enfermedades, infecciones y procesos inflamatorios.

Además, las emociones reprimidas tienen un impacto psicológico. Cuando se evita el procesamiento emocional la mente también se ve afectada: 

  • Ansiedad y ataques de pánico: La ansiedad en muchas ocasiones representa la expresión de emociones no reconocidas o suprimidas. La mente, incapaz de contener la presión interna, busca una vía de escape.
  • Trastornos emocionales: Reprimir emociones como la tristeza o la rabia puede llevar a una desconexión, un vacío interior, que genere pérdida de interés en las actividades cotidianas y aislamiento de los demás.
  • Dificultades en las relaciones: Las personas que reprimen sus emociones suelen tener problemas para comunicarse abiertamente con los demás, lo que genera relaciones superficiales, dependientes o conflictivas.

La importancia de liberar lo que sentimos

 Reconocer nuestras emociones es el primer paso hacia la salud emocional. Esto no implica dejarse llevar por ellas sin control, sino aprender a sentirlas, identificarlas y expresaras de forma segura y regulada. 

Una solución a largo plazo es fomentar la educación emocional desde edades tempranas. Enseñar a niños y adolescentes a reconocer, identificar y expresar sus emociones reduce significativamente la probabilidad de que desarrollen problemas de salud en la época adulta. La inteligencia emocional no es una herramienta básica para lograr el bienestar, además de una habilidad a nivel social que facilita la empatía,  la comunicación o la resolución de conflictos.

Conclusión

Reprimir las emociones no las hace desaparecer. Simplemente las empuja hacia un lugar menos accesible, desde donde siguen afectando. Escuchemos lo que sentimos, sin miedo ni juicio  Aprender a sentir, aceptar y liberar lo que llevamos dentro es una necesidad. Detrás de cada emoción hay una necesidad que busca ser atendida. Sanar no significa dejar de sentir, sino precisamente, aprender a sentir sin dañarnos.

Si te has visto reflejado/a en este artículo, te está afectando en tu vida y no sabes cómo resolverlo, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678, enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

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Regreso al trabajo tras las vacaciones: cómo identificar el síndrome postvacacional  https://www.psicopartner.com/regreso-al-trabajo-tras-las-vacaciones-como-identificar-el-sindrome-postvacacional/ https://www.psicopartner.com/regreso-al-trabajo-tras-las-vacaciones-como-identificar-el-sindrome-postvacacional/#respond Tue, 19 Aug 2025 08:43:17 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=20130 Las vacaciones representan un parón en la rutina diaria, son momentos para el descanso, la desconexión y el disfrute, un recargarse de buenas sensaciones para volver renovados. Sin embargo, para muchas personas, la vuelta al trabajo tras un periodo vacacional resulta difícil. Se conoce como síndrome postvacacional a la respuesta emocional y física que puede implicar la vuelta al trabajo tras el estado de relajación de las vacaciones. 

Aunque este síndrome no aparece en los principales manuales diagnósticos (DSM, CIE) como una entidad clínica, tiene relevancia desde una perspectiva preventiva. Sus manifestaciones sintomáticas pueden interferir significativamente en el bienestar subjetivo y en el rendimiento laboral o académico de un importante número de trabajadores.  

Post2 Regreso al trabajo tras las vacaciones: cómo identificar el síndrome postvacacional 

¿Qué es el síndrome postvacacional?

Se conoce como síndrome postvacacional a un conjunto de síntomas físicos y emocionales que algunas personas experimentan al reincorporarse a sus obligaciones laborales o académicas después de un periodo de descanso. Puede manifiestarse como una dificultad para amoldarse a la rutina, englobando  síntomas emocionales, conductuales y/o cognitivos.

Aunque no se considera un trastorno clínico en sí mismo, el síndrome postvacacional es una respuesta psicológica al cambio en el ritmo de vida, y que podría interpretarse como una forma en la que se expresa la necesidad de un período de adaptación tras el descanso.

Síntomas 

Los síntomas del síndrome postvacacional varían de una persona a otra, pero entre los más frecuentes podríamos incluir:

  • el cansancio generalizado: el retorno a la rutina puede generar fatiga tanto física como mental, a pesar de volver de un período de descanso 
  • la falta de motivación: pérdida de interés por las actividades laborales o académicas habituales
  • dificultad para concentrarse: experimentarse dificultad para mantener la atención o para recordar información
  • tristeza, apatía, sensación de desánimo y de falta de energía
  • irritabilidad, cambios del estado de ánimo, impaciencia 
  • preocupaciones recurrentes sobre el trabajo o sobre situaciones futuras
  • trastornos del sueño, problemas para conciliar el sueño o para mantenerlo
  • dolores físicos leves, como pueden ser, dolores de cabeza o molestias digestivas, asociadas al estrés, tensión muscular etc.

Los síntomas suelen durar pocos días, si se prolongasen o afectaran de manera significativa a la vida cotidiana, puede ser signo de un problema más profundo, en cuyo caso se recomienda buscar ayuda psicológica.

post3 Regreso al trabajo tras las vacaciones: cómo identificar el síndrome postvacacional 

Causas

El síndrome postvacacional no se debe a una única causa, sino a la combinación de varios factores, entre ellos podemos señalar:

  • Falta de motivación o insatisfacción laboral: el síndrome postvacacional se presenta con más frecuencia en personas que no disfrutan de su trabajo o que están en entornos laborales complicados. Para ellas, volver a su actividad significa regresar a un espacio de tensión o frustración.
  • Contraste entre descanso y obligaciones: durante las vacaciones habitualmente se alteran las rutinas, mayor número de horas de sueño, menos regularidad de horarios, realización de actividades placenteras. Al regresar al trabajo, se vuelve a las exigencias, las responsabilidades y los horarios estrictos
  • Mala planificación del regreso: volver de las vacaciones el día antes de reincorporarse al trabajo, sin un período de transición, aumenta las probabilidades de experimentar malestar. También influye la acumulación de tareas pendientes que se encuentran al volver
  • Expectativas poco realistas: a mayor diferencia entre la vida en vacaciones y la rutina habitual, mayor será el impacto emocional al regresar. Idealizar las vacaciones y vivirlas como un escape puede ocasionar una repercusión emocional más intensa al retorno

Estrategias  de prevención

Algunas estrategias sencillas ayudan a prevenirlo o, al menos, reducir su impacto. 

1. Planificar una vuelta al trabajo gradual: evitar volver de viaje el día anterior a la reincorporación laboral. Sería recomendable regresar con uno o dos días de margen para adaptarse al cambio de ritmo

2. Recuperar la rutina poco a poco: adaptar los horarios de sueño y de alimentación durante los últimos días de las vacaciones para ir ajustándolos con la rutina habitual

3. Mantener los espacios de ocio al volver al día a día: incluir actividades agradables en la semana laboral (salir a caminar, leer, hacer ejercicio o compartir con amigos podrían ser algunos ejemplos) ayuda a mantener un equilibrio y alivia la sensación de pérdida tras las vacaciones

4. Reorganizar el tiempo: No tratar de resolver todo los primeros días tras la incorporación. Es conveniente priorizar las tareas más urgentes y establecer metas realistas que pueden alcanzarse

5. Cuidarse: una buena alimentación, ejercicio regular y dormir lo suficiente son pilares clave para un buen estado de ánimo y una mejor adaptación al estrés

El síndrome postvacacional es un fenómeno común y, en la mayoría de los casos, transitorio. Representa el reto de adaptarse a la rutina tras un tiempo de descanso, y aunque puede causar incomodidad, también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el equilibrio entre trabajo y ocio. La clave está en aprender a gestionar el cambio de ritmo y cuidar la salud mental y física. 

En algunos casos, estos síntomas pueden ser una alerta de que algo no está bien en la relación que se tiene con el trabajo. Si tras cada regreso se experimenta un gran malestar que se prolonga en el tiempo, es posible que se trate de un problema más serio que requiere una mayor atención. En estos casos, puede ser útil hacer una revisión más profunda pues estos síntomas son señales que no conviene ignorar.

Si te has visto identificado con lo leído en este artículo, si tras los días de adaptación a la rutina tu malestar no se reduce y no sabes cómo manejar la situación, puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678, enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

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Resiliencia Familiar | Formas de fomentar el crecimiento en la familia https://www.psicopartner.com/resiliencia-familiar-formas-de-fomentar-el-crecimiento-en-la-familia/ https://www.psicopartner.com/resiliencia-familiar-formas-de-fomentar-el-crecimiento-en-la-familia/#respond Thu, 17 Jul 2025 08:25:17 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=13047

¿Qué es la resiliencia?

El concepto de resiliencia procede del campo de la física, donde se entiende como la resistencia de un material al choque, a la tensión y a la presión, y su posterior capacidad de retornar a su forma original. Relacionado con la definición anterior, en el ámbito de la psicología, la resiliencia es considerada como la habilidad de una persona o un grupo, para mantener su capacidad de adaptación a pesar de vivir experiencias adversas.

Existen múltiples definiciones, a nivel psicológico, del término resiliencia, pero todas ellas comparten varios elementos comunes: la exposición a algún acontecimiento vital negativo, la adaptación a ese suceso y la superación y crecimiento posterior.

Es importante señalar que la resiliencia no es una cualidad innata y tampoco tiene un carácter estático, sino que se refiere a un proceso dinámico por el que una persona o un grupo de personas, son capaces de adaptarse a las circunstancias, aún siendo éstas traumáticas o adversas. La resiliencia contempla varias dimensiones, la personal, la familiar y la social. Será en este caso la dimensión familiar la que analizaremos.

Elementos potenciadores de la resiliencia familiar

La familia es un sistema en el que todos sus miembros se influyen entre sí. Las respuestas que la familia aporta a las diferentes situaciones que vive, dependen tanto de los recursos de sus propios integrantes, como de los recursos del grupo familiar en su conjunto.

 

La terapeuta de familia Froma Walsh, expone que la resiliencia en las familias es tejida por relaciones y experiencias que se desarrollan durante los ciclos de la vida, entre las generaciones y a lo largo del tiempo. Por tanto, la resiliencia se construye en nuestras relaciones, en el entorno familiar y se ve favorecida cuando las adversidades y los diferentes problemas que se atraviesan son vistos como una manera de crecer y de superar los propios límites.

Resiliencia familiar definición

Las familias a lo largo de su ciclo vital se enfrentan a situaciones adversas y estresantes que ponen a prueba su capacidad adaptativa, ejemplos de ello podrían ser el atravesar problemas económicos, de salud, cambios de ciudad, separaciones, duelos etc.

Las investigaciones en el campo de la resiliencia familiar señalan una serie de elementos potenciadores de ese proceso resiliente:

  • El apego y apoyo. Entendiendo la familia como un lugar seguro, afectuoso, que aporta apoyo incondicional a cada miembro y reconoce su valía. Un ambiente en el que se estimula la expresión y gestión emocional de una forma saludable.
  • Un buen funcionamiento familiar se acompaña de una organización con una estructura flexible, pero donde existen reglas, normas, funciones y patrones de relación, que aportan a la unidad familiar un sentido de estabilidad y continuidad en el tiempo.
  • La cohesión familiar y la búsqueda conjunta de soluciones en situaciones de estrés y de adversidad, es decir, que exista un proceso colaborativo en la resolución de los problemas.
  • Las creencias y los valores familiares son componentes claves en el funcionamiento familiar y representan un importante papel en la formación de la resiliencia. Por ejemplo, el respeto a la individualidad de cada miembro, la confianza en las capacidades de cada uno y de la familia en su conjunto, la atribución de un sentido a la adversidad o una perspectiva positiva de afrontar las situaciones.
  • La comunicación, permite también dar un impulso a la resiliencia cuando se posibilita a nivel familiar la expresión de las distintas opiniones, se favorece el diálogo, el debate o la negociación de forma natural.
  • La flexibilidad psicológica ayuda a la persona y al grupo a adaptarse a las circunstancias. Supone no negar el suceso, sino ser conscientes de lo que ocurre y ajustarse a lo sucedido. Adaptarse para lograr los objetivos, siguiendo el curso de nuestros proyectos y valores, incluso en situaciones dolorosas.
  • El tiempo familiar compartido, buscar espacios y tiempos de interacción, planificando conjuntamente actividades, lo que fortalece los lazos de afecto y confianza entre los integrantes de la familia.
familia feliz

En la terapia familiar que realizamos en Psicopartner desarrollamos la resiliencia familiar a través de cambios en las conductas, de potenciar la unión familiar estableciendo canales de comunicación adecuados que permitan el entendimiento y la comprensión.

Como se ha señalado anteriormente, la resiliencia no es innata, y por tanto puede aprenderse. Resulta beneficioso entrenar a las familias en estos componentes, de modo que puedan fortalecerse y crecer para afrontar los sucesos estresantes de la vida. Convirtiendo así a la familia en un contexto más de promoción y fomento de la resiliencia tanto a nivel de grupo como a nivel personal.

En Psicopartner tenemos experiencia en la mediación y terapia familiar, somos Psicologos Mediadores expertos en resolución de problemas familiares tanto a nivel presencial como online, por lo que si tienes problemas en tu familia puedes llamarnos al 669 489 678 y solicitar una primera sesión con uno de nuestros Psicólogos Familiares.

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Trastornos Psicosomáticos: el vínculo entre el cuerpo y la mente https://www.psicopartner.com/trastornos-psicosomaticos-el-vinculo-entre-el-cuerpo-y-la-mente/ https://www.psicopartner.com/trastornos-psicosomaticos-el-vinculo-entre-el-cuerpo-y-la-mente/#respond Tue, 01 Jul 2025 09:48:57 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=20080 El término “psicosomático” proviene del griego psyche (alma o mente) y soma (cuerpo). Se refiere a una relación bidireccional entre los procesos psicológicos y los fisiológicos. A nivel clínico un trastorno psicosomático se entiende como la presencia de síntomas físicos persistentes, para los que no se encuentra una causa médica, y que son desencadenados por factores psicológicos.

Durante muchos siglos, la idea cartesiana de separación entre mente y cuerpo como entidades separadas era la forma de entendernos. Sin embargo, las investigaciones en diferentes ámbitos como la psicología o la neurociencia, entre otros, han demostrado que esta división es más artificial que real. La mente influye en el cuerpo, y el cuerpo, a su vez, influye en la mente.

Cuando experimentamos las emociones, como tristeza, rabia o ansiedad, nuestro cuerpo responde; si estas respuestas se convierten en recurrentes o se prolongan en el tiempo, pueden dar lugar a síntomas físicos persistentes e incluso a enfermedades. Por ejemplo, experimentar estrés crónico puede debilitar nuestro sistema inmunológico, aumentar la presión arterial, alterar el sueño y/o provocar trastornos digestivos. Y cuando el cuerpo somatiza la tensión emocional, aparecen los síntomas físicos típicos de estos trastornos.

Psicosomatico2 Trastornos Psicosomáticos: el vínculo entre el cuerpo y la mente

Tipos más frecuentes de Trastornos Psicosomáticos

Los trastornos psicosomáticos pueden dividirse en diversas categorías, cada una con unos síntomas específicos tanto en la mente como en el cuerpo, y que se manifiestan de diferentes formas en función de cada persona. 

  • Trastornos de dolor: El dolor crónico puede surgir sin una causa física clara. Muchas veces, se relaciona con el estrés o con la ansiedad. Ejemplos incluyen por ejemplo la fibromialgia, las migraña o la lumbalgia, sin causa orgánica evidente
  • Trastornos gastrointestinales: Problemas como el síndrome del intestino irritable son comunes.
  • Trastornos respiratorios: Algunas personas experimentan dificultades para respirar que no tienen origen un físico evidente,y pueden relacionarse frecuentemente con episodios de pánico 
  • Trastornos dermatológicos: afecciones cutáneas que reflejan cómo las emociones impactan en la piel pueden ser eczemas, urticaria sin causa alérgica o psoriasis
  • Trastornos cardiovasculares: La hipertensión arterial, palpitaciones y otros problemas cardíacos pueden verse influenciados por el estrés o por preocupaciones emocionales prolongadas
  • Síndromes de fatiga y agotamiento físico: como el síndrome de fatiga crónica.
Psicosomatico3 Trastornos Psicosomáticos: el vínculo entre el cuerpo y la mente

Estilo de Vida y Hábitos Saludables

Adoptar un estilo de vida saludable, llevando a cabo conductas promotoras de salud facilitará la prevención de los trastornos psicosomáticos, Lo que incluiría:

  • La realización de ejercicio físico de forma regular, lo que permite ayudar a reducir el estrés y a mejorar el bienestar general.
  • Una alimentación equilibrada: Una dieta saludable puede influir positivamente en la salud física y mental.
  • Dedicar un tiempo suficiente al descanso, tener un sueño adecuadoes esencial para la recuperación y el bienestar general.
  • Llevar a cabo actividades que ayuden a la reducción del estrés, practicar técnicas de relajación , meditación, respiración consciente, puede ayudar a manejar el estrés de manera efectiva.
  • Entrenar habilidades para reconocer, nombrar y gestionar las emociones. Aprender a identificar, aceptar y expresar lo que se experimenta
  • Fomentar unas relaciones saludables: el contar con apoyo social aporta fortaleza ante el estrés

Conclusiones 

Para tratar los trastornos psicosomáticos de una forma eficaz, tiene gran importancia la colaboración entre diferentes especialistas. médicos, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud, permitiendo un enfoque interdisciplinar. La coordinación con psicólogos o psiquiatras permite abordar el cuadro desde una perspectiva integradora, con el objetivo de trabajar juntos por el bienestar global de la persona

En la mayoría de los casos, la persona aquejada de estos síntomas  realiza su primera consulta en  los médicos de atención primaria. En muchas ocasiones se encuentran en una búsqueda de una explicación médica que justifique sus síntomas, lo que puede derivar en transitar por un buen número de especialistas, hasta la derivación al área de psiquiatría o de psicología. Y uno de los obstáculos a tener en cuenta es la posible resistencia de la persona al abordaje psicológico, al negar el origen emocional del síntoma.  Es importante realizar un esfuerzo para que se comprenda la relación entre el estrés, las emociones y los síntomas físicos. Así se conseguirá además una mayor adherencia al tratamiento, que evite el abandono de la terapia de forma precoz.

En ocasiones prevenir los trastornos psicosomáticos no es posible, en caso de estar en una situación de estrés prolongado, ansiedad, tristeza, que se convierte en inmanejable es conveniente buscar ayuda profesional. Y si te has sentido identificado, te animamos a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner llamándonos al +34 669 489 678, por Whatsapp al +34 613 145 003 o enviándonos un email a hola@psicoparnter.com y reserves una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Atrapados en la inacción: la indefensión aprendida https://www.psicopartner.com/atrapados-en-la-inaccion-la-indefension-aprendida/ https://www.psicopartner.com/atrapados-en-la-inaccion-la-indefension-aprendida/#respond Tue, 27 May 2025 09:56:07 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19890 ¿Qué es la indefesión aprendida?

La indefensión aprendida es un fenómeno psicológico descrito inicialmente por los psicólogos Martin Seligman y Bruce Overmier en los años 60 del siglo pasado. 

El experimento original fue llevado a cabo con animales en 1967 en la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos. Colocaron a unos perros en una situación donde se tenían que enfrentar de forma repetida a estímulos dolorosos, en concreto a descargas eléctricas, de los cuales no podían librarse actuasen como actuasen.  

Tras vivir esa experiencia repetidamente, los perros renunciaron a tratar de  escapar,  se rendían antes de intentarlo, incluso en nuevas situaciones en la que ya sí se les permitía evitar los estímulos negativos, permanecían en el lugar soportando la descarga. Aprendieron que sus acciones no tenían impacto, y por tanto, dejaban de tratar de modificar su situación y de evitar las circunstancias desagradables, aunque la situación cambiase y tuviesen oportunidad de modificar el escenario aversivo. Habían aprendido a ser indefensos.

Posteriormente, se realizaron nuevas formulaciones del experimento con humanos, usando para ello ruidos molestos o tareas imposibles de resolver como estímulo desagradable. El modelo de la indefensión aprendida se entiende como un modelo de estrés incontrolable que genera un intenso malestar emocional. Es un modelo, con las diferentes formulaciones que han ido incorporándose, muy conocido en el ámbito clínico y experimental, que se ha aplicado principalmente a la sintomatología depresiva, pero también se ha tenido en cuenta en otras áreas como la psicología de la salud.

Conclusiones de la investigación

Es clave la percepción de control de la persona sobre la situación: la indefensión no es generada tanto por el dolor o por el castigo recibido, sino por la percepción de que no se puede hacer nada para evitarlo o escapar. Con los experimentos, Seligman trató de confirmar el efecto depresivo que implicaba sentir falta de control ante un estímulo aversivo. Utilizando una tarea mental a las que se incorporaba un ruido distractor, las personas a las que se les dio la posibilidad de apagar ese sonido (curiosamente pocas fueron los que se levantaron a apagarlo) mostraron mejores resultados que aquellas personas que no tenían la posibilidad de omitirlo. Y por tanto, se concluyó que solamente con el hecho de tener la oportunidad de desconectarlo ya se contrarrestaba sus efectos negativos.

La indefensión se aprende y además se generaliza. La persona o el animal que aprende a sentirse impotente en una situación determinada puede trasladar esa actitud a otras situaciones nuevas, incluso a aquéllas en las que sí podría tener capacidad de control.

Indefension2 Atrapados en la inacción: la indefensión aprendida

¿Qué consecuencias tiene la indefensión aprendida?

Las personas que  han sentido la indefensión desarrollan una serie de problemas adicionales. Es un fenómeno que afecta a varios niveles:

  • A nivel conductual: se paralizan y no intentan cambiar las consecuencias desagradables
  • A nivel de cogniciones: experimentan un bloqueo mental y no son capaces de identificar las nuevas formas de escape o de solución cuando se han producido cambios en la situación
  • A nivel emocional: desarrollan síntomas emocionales similares a los de la depresión, como la pasividad,  la tristeza, la pérdida de motivación, la desesperanza, una visión negativa del futuro, la resignación. También síntomas de ansiedad, al vivir todo como una amenaza incontrolable y de la que no pueden escapar, generando un estrés intenso y prolongado. La persona puede terminar teniendo un grave problema de autoestima.

La indefensión aprendida aportó un aspecto a considerar en la manera de afrontar el día a día: la percepción de control que se tiene de una determinada situación puede ser tan relevante como el control real que sobre ella se tenga. Muy frecuentemente lo que dificulta avanzar, no son las circunstancias externas, sino la creencia interna de impotencia, de la sensación de incapacidad de hacer algo. Los estudios posteriores señalaron la influencia que representaba el estilo atribucional con el que cada uno se explica sus propios fracasos.

En determinados ámbitos, como las relaciones personales, el desempeño laboral o académico pueden ocurrir situaciones en las que las personas se sientan indefensas. Algunos ejemplos cotidianos podrían ser: 

- Una persona que sufra maltrato emocional o físico puede acabar resignándose, porque haga lo que haga el resultado siempre es el mismo y no encuentra alternativas de solución

- Alguien desempleado que durante mucho tiempo busca trabajo sin conseguirlo puede acabar abandonando la búsqueda, al considerar que haga lo que haga el resultado siempre es el mismo, al  carecer de percepción de control

- Un estudiante que se esfuerza de manera continuada y  constantemente recibe malos resultados, puede considerar que nada de lo que haga tendrá efecto, se puede sentir incapaz y dejar de esforzarse.

Indefension3 Atrapados en la inacción: la indefensión aprendida

¿Cómo abordar la indefensión?

La indefensión aprendida representa una barrera que puede limitar significativamente nuestro bienestar y capacidad de acción, generando sentimientos de impotencia y resignación ante situaciones del día a día. 

Pero esta situación se puede trabajar, la terapia psicológica se ha mostrado efectiva para ayudar a las personas a recuperar el control sobre sus vidas, cuestionar creencias limitantes y desarrollar estrategias de afrontamiento y resiliencia. 

La terapia psicológica que utilizamos en Psicopartner para superar la indefensión aprendida se basa principalmente en la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a restructurar pensamientos, emociones y conductas disfuncionales que mantienen la sensación de incapacidad. Esta terapia incluye técnicas de reestructuración cognitiva para cambiar creencias irracionales y fomentar la autoeficacia y la autoestima.

En algunos casos también utilizamos terapias como EMDR para tratar situaciones traumáticas vividas que pueden estar influyendo o condicionando la instalación de la indefensión aprendida.

Observar y reconocer cuándo se ha instalado la desesperanza y la indefensión ayudarán a la búsqueda de ayuda profesional. Atender los síntomas emocionales, identificar los pensamientos automáticos negativos, cuestionar las creencias limitantes nucleares que perpetúan la sensación de impotencia y realizar un cambio en la propia narrativa que logre un mayor bienestar emocional. 

Si te has visto reflejada/o en este artículo y quieres salir del bucle de la indefensión aprendida te animamos a que pidas una primera cita en PSICOPARTNER. llamándonos al +34 669 489 678 y reservar una cita presencial o bien utilizar nuestro servicio de psicólogía online, donde estaremos encantados de analizar tu caso de forma personalizada, atenderte y ayudarte. 

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La Introversión: un viaje hacia el interior https://www.psicopartner.com/la-introversion-un-viaje-hacia-el-interior/ https://www.psicopartner.com/la-introversion-un-viaje-hacia-el-interior/#respond Tue, 06 May 2025 09:41:11 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19871 La introversión es una característica de personalidad que va más allá de una preferencia a la soledad, al aislamiento o una inclinación hacia el mundo interno. Se trata de un concepto más complejo y que implica más factores.

Tal y como planteaba el psicólogo Hans Eysenck a mediados del siglo pasado, cuando hablamos de introversión, en realidad estamos haciendo referencia a una de las dimensiones de un continuo. En uno de los extremos estaría el rasgo que nos ocupa en este artículo, la introversión, siendo la extroversión la dimensión que encontraríamos en el polo opuesto. 

Las personas, mayoritariamente, se encuentran en esa zona intermedia entre ambos polos,  y suelen tener una forma habitual de respuesta a la hora de afrontar las diferentes situaciones. Debemos señalar que cada persona tiene una forma más o menos prototípica de respuesta, en cuanto al espectro introversión-extroversión se refiere, suelen tender a una de las dimensiones, sin que ello signifique incapacidad de cambio, por lo que es importante remarcar que hablamos de tendencias.

En términos evolutivos, desde edades muy tempranas podría observarse una “inhibición conductual ”, es decir, una actitud de retraimiento ante estímulos (situaciones o personas) nuevos, desconocidos, y que se entendería como parte del origen de las manifestaciones de la introversión.

Introversión, timidez, ansiedad social

El rasgo de introversión a menudo se confunde con la timidez, pero es relevante señalar que ambos conceptos no son sinónimos y tienen importantes diferencias.

La timidezes una sensación de inseguridad o vergüenza, que una persona siente ante situaciones sociales nuevas,  se trata de un malestar principalmente ante personas desconocidas o cuando tiene que actuarse ante grupos grandes.  Las personas tímidas suelen tener dificultades con las habilidades sociales, por lo que tratan de evitarlas por el miedo al juicio del resto, ante el no complacer las expectativas de los demás, por el miedo al fracaso o por un sentimiento de inferioridad

La timidez puede evolucionar amplificándose y terminando por desarrollarse en forma de trastornos psicológicos como pueden ser el trastorno de ansiedad social (fobia social), que implicaría un nivel más alto de interferencia en el funcionamiento cotidiano y el trastorno evitativo de la personalidad,en casos en lo que la incapacidad es más intensa, severa y de curso crónico

En cambio, los introvertidos no necesariamente tienen por qué ser personas tímidas, buscan la soledad pero no por el temor o la vergüenza que les suscitan las interacciones con el entorno. Pueden sentirse cómodos en situaciones sociales pero no desean la interacción constante, y tratan de encontrar esos momentos sin relacionarse con otros. 

Por tanto, las personas tímidas sí desean la compañía de los demás, pero es su dificultad la que les impide que la disfruten, mientras que la persona introvertida no le supone un malestar interactuar socialmente, pero prefieren la soledad.

introversion1 La Introversión: un viaje hacia el interior

TimidezIntroversiónAnsiedad Social (Fobia Social)
NaturalezaRasgo de personalidad con miedo al juicio socialRasgo de personalidad orientado hacia el mundo internoTrastorno psicológico basado en ansiedad extrema. 
OrigenTemor a ser juzgado o rechazado Preferencia por ambientes tranquilos y soledadTemor intenso y persistente a la evaluación negativa
ConductasEvitación por inseguridad o miedo moderadoEvitación por preferencia personal, sin ansiedadEvitación extrema por pánico irracional
Malestar emocionalAngustia leve en situaciones socialesSin malestar emocional inherenteAnsiedad paralizante que interfiere en la vida diaria[
Impacto en la vida diariaPuede limitar algunas interacciones socialesNo genera impacto clínico significativoDeterioro funcional grave en áreas como trabajo y relaciones personales 
Deseo de contacto socialDesea interactuar pero se inhibe por miedo Prefiere la introspección y no busca interacción activa Evita el contacto social por temor extremo a ser juzgado o humillado 
Síntomas físicosRubor, sudoración leve en situaciones incómodasNo presenta síntomas físicos relacionados con ansiedadTaquicardia, temblores, sudoración, náuseas, dificultad para respirar, entre otros 
Ejemplos de conductasEvita hablar en público por miedo al rechazo Prefiere quedarse en casa leyendo un libro en lugar de ir a una fiesta Evita reuniones sociales o incluso salir de casa por temor extremo a interactuar con otros 

Neurobiología de la introversión

Los estudios neurobiológicos han sugerido que las personas introvertidas tienen un nivel de excitación más alto que los extrovertidos, lo que significa que en comparación necesitan menos estímulos externos para sentirse sobrecargados, por lo que prefieren ambientes más calmados y con menos estímulos.

"Los introvertidos tienen altos niveles de excitación natural, lo que les lleva a buscar actividades y entornos donde puedan huir de la sobreestimulación". 
Hans Eysenck

El planteamiento es que la elevada actividad eléctrica del cerebro de las personas introvertidas, implica una mayor activación cortical, tanto en momentos de trabajo en solución de problemas como en estado de reposo, en comparación con las personas extrovertidas. Esa mayor actividad cerebral genera la necesidad de reducir la estimulación, con espacios de soledad y de entornos tranquilos, y así mantener un nivel  manejable de excitación. A diferencia de los extrovertidos, que necesitarían una mayor estimulación externa para lograr el mismo nivel de activación cortical.

Características de las personas introvertidas

  • Disfrutan más de estar en compañía de su círculo más cercano que con personas desconocidas
  • Preferencia por interacciones en grupos pequeños donde las conversaciones sean más íntimas y personales. 
  • No están a gusto si destacan en los grupos, evitan ser el centro de atención
  • Suelen disfrutar más con conversaciones más profundas, y no suelen sentirse cómodas siendo el centro de atención así como tampoco compartiendo sus emociones
  • Son personas con una alta capacidad de reflexión interna: las personas introvertidas tienden a ser más introspectivos
  • Tratan de buscar momentos de soledad, lo cual no significa que busquen el aislamiento. Disfrutan con el tiempo dedicado a sí mismos de una forma tranquila. Aprecian el silencio 
  • Tienen una menor necesidad de estimulación externa: prefieren los lugares más tranquilos
introversion2 La Introversión: un viaje hacia el interior

¿Es mala la introversión?

La introversión, como hemos ido viendo, en sí misma no es un rasgo de personalidad que pueda considerarse negativo, lo importante, es aprender a funcionar con él y con las emociones asociadas. En las situaciones en que plantea una limitación en el día a día, bien sea en el ámbito laboral, social etc. y aparecen dificultades de manejo, es cuando puede convertirse en un problema y requiere de mejorar algunos aspectos a través de la adquisición o el desarrollo de habilidades sociales.

Si tú o una persona cercana, consideras que la introversión, la timidez o la ansiedad social, representan una fuente de malestar que limita tus oportunidades de bienestar y crecimiento en el día a día, puedes pedir cita en PSICOPARTNER. llamándonos al +34 669 489 678 y reservar una cita presencial o bien utilizar nuestro servicio de psicólogía online, donde estaremos encantados de analizar tu caso de forma personalizada, atenderte y ayudarte. 

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Adicción a los videojuegos https://www.psicopartner.com/adiccion-a-los-videojuegos/ https://www.psicopartner.com/adiccion-a-los-videojuegos/#respond Thu, 17 Apr 2025 00:15:13 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=13847

Los videojuegos en la actualidad son una importante forma de entretenimiento. En 2019 en España, según los datos publicados por el anuario de la Asociación Española del Videojuego, 15 millones de personas fueron usuarios de videojuegos, de los cuales un 58% fueron hombres y un 42% mujeres , siendo la franja de edad de mayor consumo entre los 15 y los 44 años. El uso de videojuegos habitualmente se inicia en la infancia/adolescencia y continúa su consumo hasta la edad adulta.

Estos datos muestran el por qué la industria del videojuego es líder del sector audiovisual en nuestro país, y a consecuencia de su elevada implantación los casos de adicción a videojuegos en adultos se hacen cada vez más evidentes.

¿Qué es la adicción a los videojuegos?

La adicción a los videojuegos en adultos y en jóvenes, se considera una adicción comportamental. La conducta en sí misma de juego, que activa los circuitos de recompensa cerebrales, es la que presenta el carácter adictivo, tal y como ocurre en el caso de la adicción a los juegos de azar.

El uso patológico de videojuegos comparte con otras adicciones, como pueden ser las que implican sustancias, algunas características, entre ellas, la dependencia psicológica y los efectos perjudiciales derivados.

Conviene resaltar que el hecho de jugar a videojuegos no implica estar encaminado irremediablemente a tener un uso problemático. La Organización Mundial de la Salud en la última edición de su manual diagnóstico (CIE-11, 2018) donde reconoce por primera vez el Trastorno por Videojuegos, expone los criterios necesarios para poder hablar de esta adicción en adultos (y menores).

Se han llevado a cabo estudios que han tratado de detectar los factores de riesgo que hacen aumentar la probabilidad de desarrollo de una adicción a los videojuegos. Pueden establecerse en torno a dos grupos:

  1. Aquéllos asociados al propio videojuego estarían: el carácter interactivo del juego, los premios que apoyan el progreso y que valoran el avance del jugador o la posibilidad de modificar la propia identidad, permitiendo tener una identidad virtual que puede aportar más satisfacción que la identidad real.
  2. Considerando las características del jugador que favorecen la adicción se encuentran: el deseo de escapar de la vida real, utilizando el videojuego como forma de desconexión y huida de lo desagradable del día a día, la necesidad de recompensas inmediatas que conlleva un aumento de la frecuencia de juego para poder acceder a esos premios, determinadas circunstancias vitales que pueden hacer que la persona sea más vulnerable a comportamientos adictivos como pueden ser los estados depresivos, de ansiedad, vivencias de soledad, experiencias de pérdida, miedos…Los videojuegos, en este contexto, actuarían como distractores de los estados de ánimo desagradables y se utilizarían como forma de alcanzar bienestar.

¿Cuáles son los síntomas de la adicción a los videojuegos en adultos?

La adicción a los videojuegos tanto en adultos como en adolescentes/niños, se caracteriza por una serie de criterios:

  • Pérdida de control de la conducta de juego
  • Prioridad de los videojuegos frente a otras actividades
  • Mantenimiento del comportamiento a pesar de las consecuencias negativas

Todo ello implica para el jugador patológico un importante deterioro en sus áreas personal, familiar, social, laboral o académica.

Como síntomas de la adicción a videojuegos en adultos estaría la dependencia psicológica, que se manifiestaría a través del ansia por realizar la conducta de jugar, la focalización atencional del jugador a todo lo que tenga que ver con el videojuego, la dificultad en la toma de decisiones, los cambios en el estado de ánimo, la persona puede sentirse tensa antes de empezar a jugar, para pasar a sentir placer, alivio o incluso euforia una vez inmerso en la actividad y con irritabilidad, rabia o nerviosismo en caso que ésta no pueda verse satisfecha.

Establecida la conducta problemática, la actividad de jugar a videojuegos deja de ser gratificante como lo había sido en sus comienzos y pasa a generar un importante malestar psicológico.

¿Cómo es el tratamiento para la adicción a los videojuegos en adultos?

La adicción es un fenómeno complejo que altera profundamente las distintas esferas de la vida y requiere intervenciones a varios niveles, no sólo a nivel individual, sino que en muchas ocasiones a nivel familiar también es recomendable la actuación terapéutica (psicoeducación y orientación a los familiares).

El objetivo del tratamiento es el desarrollo de un consumo adecuado de videojuegos, ya que el jugar a videojuegos en sí mismo no es perjudicial, así como recuperar la vida en las distintas áreas en que ésta se hubiese visto interferida.

En un inicio, el tratamiento de la adicción a videojuegos en adultos, consistiría en el aumento de la conciencia del problema y de las consecuencias que esa actividad supone para el día a día de la persona. Se trabaja la motivación para el cambio de la conducta problema, así como el síndrome de abstinencia, con formas para reducir el malestar, y que favorezcan el autocontrol.

Muy importante es potenciar los hábitos de vida saludables y un estilo de vida beneficioso. Una vez consolidado el cambio, es fundamental realizar un trabajo de prevención de las recaídas, para que se mantengan todos los logros alcanzados.

En Psicopartner tenemos amplia experiencia en el tratamiento de adicciones asociadas a los videojuegos y también a las nuevas tecnologías, móviles y redes sociales, realizamos un tratamiento personalizado con terapias científicamente contrastadas.

Puedes concertar una sesión con uno de nuestras Psicólogos Expertos en Adicciones, tanto de forma online como de manera presencial llamando al 669 489 678, o bien enviándonos un email a hola@psicopartner.com donde estaremos encantados de atenderte.

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Miedo al compromiso https://www.psicopartner.com/miedo-al-compromiso/ https://www.psicopartner.com/miedo-al-compromiso/#respond Thu, 10 Apr 2025 09:25:18 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=13721

El miedo es una emoción básica que surge cuando percibimos una situación de riesgo para nuestra integridad o supervivencia. Ahora bien, puede aparecer en situaciones que no suponen ninguna amenaza real, provocando lo que conocemos como miedo irracional y generando problemas de adaptación. En esos miedos irracionales la dificultad que subyace es una cuestión de inseguridad.

El compromiso en una relación representa una unión, un vínculo afectivo que se basa en el amor y que se mantiene a lo largo del tiempo, lo que supone la decisión de compartir con la otra persona nuestra andadura vital.

El miedo al compromiso sugiere un temor intenso e irracional a una relación de pareja estable , por lo que la persona trata de evitarla, pues es considerada un peligro o amenaza. Conlleva pensamientos y emociones desagradables hacia la propia relación y su futuro, la pareja o incluso hacia uno mismo/a.

Por supuesto existen personas que voluntariamente eligen estar solos, lo cual habría que diferenciarlo del miedo al compromiso, que tiene características y connotaciones distintivas y que iremos viendo a lo largo de este artículo.

Las personas con miedo al compromiso temen perder su intimidad, su libertad, su independencia, su propia identidad personal, y no valoran lo positivo que la relación les puede aportar (amor, bienestar, compañía…).

¿Como saber si estamos con una persona con miedo al compromiso?

Algunas características que pueden darse cuando existe miedo al compromiso serían:

  • Una dificultad o miedo en la toma de decisiones: cada decisión implica renunciar a otras opciones, y puede relacionarse con el temor equivocarse. En muchas ocasiones existe miedo también a contraer compromisos en otros ámbitos.
  • El miedo puede acompañarse de otras emociones (decepción, culpa, tristeza, vergüenza…) que hacen que la persona busque la ruptura de la relación como forma de reducir su malestar.
  • Una mala adaptación a los cambios
  • Excesiva búsqueda de control de todas las circunstancias que le rodean
  • Pensamientos rígidos y dificultad para expresar las emociones, así como en su regulación
  • Desconfianza en sus propios recursos y habilidades para mantener una relación estable, existe inseguridad
  • Incomodidad con la intimidad y con la proximidad afectiva con los demás
  • A menudo aparece un cuestionamiento constante de su relación: si la pareja cumple sus expectativas o si tiene carencias, si merece la pena mantenerse en la relación etc.
  • Establecen su independencia y libertad como su máxima prioridad, y temen sentirse dependientes de otra persona En relación con este aspecto es importante señalar que una relación sana es capaz de satisfacer las necesidades de independencia, de libertad de cada miembro de la pareja, sin imponer la necesidad de renunciar a la identidad de cada uno.
  • Puede subyacer un miedo al fracaso, al rechazo y al abandono. Desde la anticipación del potencial sufrimiento, evitan cualquier compromiso por considerarse incapaces de saber gestionarlo.

Cómo superar el miedo al compromiso

El objetivo del tratamiento será trabajar con las creencias irracionales instauradas, las experiencias pasadas, el estilo de apego… que sostienen el miedo a comprometerse, para permitir a la persona involucrarse más plenamente en su vida, escuchando su deseo y reconectando con él.

Algunos recursos que te ayudarán a afrontar tu miedo:

  • Pregúntate a ti mismo/a cuál es tu miedo específico y respóndete con honestidad.¿Qué significado tiene para ti el compromiso?¿Qué es lo que realmente temes? ¿Es el dolor que se produciría tras la ruptura? ¿Es la pérdida de la independencia lo que mayor preocupación te supone? ¿O la pérdida de control? ¿Es porque existe una desconfianza en ti mismo/a y en tus propia competencia para mantener una relación duradera?
  • Explora tu concepto de pareja, de relación, de amor, en muchas ocasiones subyacen al respecto creencias distorsionadas muy arraigadas
  • Puedes visualizarte en el futuro, ¿qué desearías? ¿Cómo sería tu vida sin ese miedo? ¿Consideras que tus actuaciones y decisiones serían otras a las que ? Identifica en qué te están limitando tus miedos, qué te están impidiendo alcanzar y reconéctate con tus necesidades reales.
  • Entrena la toma de decisiones en otros ámbitos, si eres consciente de esa dificultad. Reflexiona sobre el asunto sobre el que decidir, no lo evites., ya que huir no resuelve el problema, lo que hace es postergarlo. Vivir supone elegir, y elegir implica renuncias, pero al mismo tiempo también nos aporta una dirección en la vida
  • Mayor autoconocimiento y fortalecimiento de tu autoestima, favorece el aumento de la seguridad en ti mismo/a, en tus acciones y decisiones. Con una valoración realista de las capacidades y limitaciones, se logrará una imagen ajustada y no distorsionada de ti mismo/a.
    El origen de este miedo puede proceder de experiencias tempranas con las figuras significativas de la infancia que favorecen determinados tipos de apego, las relaciones de pareja tenidas anteriormente, las características de personalidad, las fallas en la autoestima etc. Por tanto, es relevante señalar que cada cual lleva consigo su propia historia personal, y por tanto cada caso tendrá unas características idiosincrásicas que lo harán único.

Si consideras que tienes miedo al compromiso y quieres superarlo o estás con alguien que tiene este problema y no sabes como tratarlo, te animamos a que nos llames al 669 489 678 y pidas una sesión con uno de nuestros psicólogos online o bien en terapia para adultos presencial.

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Preocupación excesiva https://www.psicopartner.com/preocupacion-excesiva/ https://www.psicopartner.com/preocupacion-excesiva/#respond Thu, 03 Apr 2025 10:08:40 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=13537

Preocupación excesiva: ¿Y si…?

Todos sabemos lo que es una preocupación, la hemos experimentado en algún que otro momento a lo largo de nuestra vida.

La preocupación representa una respuesta normal ante situaciones potencialmente
perturbadoras. Se trata de una cadena de pensamientos y/o imágenes sobre un peligro futuro, generalmente incontrolable y que conlleva incertidumbre en sus resultados.

El inconveniente se produce cuando estas preocupaciones adquieren un protagonismo excesivo en la vida diaria, suponiendo una dificultad para quien las experimenta, pues alcanzan una intensidad, una frecuencia y una duración mayor de lo manejable.

Preocupación excesiva

La preocupación tiene un componente de anticipación, es decir, mira al futuro. Puede ser muy útil, pues nos permite poner atención al problema, nos conduce a la acción y a tratar de mejorar nuestra actuación. Por ejemplo, el preocupamos ante un exámen o una entrevista laboral, puede hacernos invertir un mayor tiempo y un mayor esfuerzo en su preparación, aumentando las probabilidades de éxito. La preocupación saludable, adaptativa, es objetiva, es controlable y suele ser breve, además, focaliza la atención sobre un tema urgente e importante favoreciendo el incremento de la motivación en hacer frente a la dificultad.

En cambio, cuando la preocupación resulta excesiva, crece el malestar emocional, principalmente la ansiedad, lo que conlleva parálisis e inmovilismo, y por tanto pierde su parte beneficiosa. La propia preocupación excesiva, por su incontrolabilidad, pasa a ser una amenaza, generando un mayor rango de emociones desagradables.

La preocupación se manifiesta con una frase del tipo:

¿Y si…?

Cuyos puntos suspensivos son sustituidos por una cadena de pensamientos sobre posibles consecuencias negativas.
Las áreas de preocupación que mayor tiempo consumen son la salud, ya sea la propia o la de otras personas, la familia, los amigos, las responsabilidades, el trabajo o los estudios, la economía, y también cuestiones menores, como pueden ser las tareas domésticas, reparaciones pendientes o el hecho de llegar tarde. Asimismo, es habitual que pueda cambiarse el foco de la preocupación con frecuencia, sustituyendo un tema por otro.

Creencias sobre el valor de la preocupación

Existen una serie de creencias arraigadas sobre los beneficios de preocuparse que hacen mantener el bucle de la preocupación, y que favorecen la percepción de su utilidad. Veamos algunas de ellas.

Preocuparse…

  • Facilita el descubrir formas de evitar lo que se teme. Esta creencia no tiene en cuenta la probabilidad de ocurrencia del suceso y por tanto implicar un esfuerzo muy poco productivo
  • Es un medio eficaz de resolver los problemas, sin embargo comprobamos que en muchos casos lo que hace es entorpecer el proceso de búsqueda de soluciones debido a la ansiedad acompañante
  • Supone una preparación para lo que pueda ocurrir y anticiparse así a lo peor, en cambio lo que provoca son largos períodos de malestar
  • Puede considerarse que por sí mismo, impide que ocurran cosas negativas, y por tanto que favorece un mayor control sobre lo que sucede alrededor
  • Representa una distracción de otros problemas a los que no se quiere atender

¿Cómo abordar la excesiva preocupación?

Las preocupaciones pueden clasificarse según diferentes criterios:

  1. Aquéllas asociadas con problemas basados en la realidad y modificables, como podría ser un conflicto interpersonal
  2. Las que versan sobre problemas con base de realidad pero no modificables, como ejemplo, un problema de salud de alguien cercano
  3. Las relacionadas con acontecimientos muy improbables, por tanto no basados en la realidad, y además inmodificables. En estos casos la preocupación trataría sobre la posibilidad de ocurrencia de un suceso, como podría ser, un accidente
  4. Las de acontecimientos que aún teniendo alguna probabilidad de ocurrencia son inciertos, hasta que suceden no existe certeza alguna. En este grupo incluiríamos la posibilidad de un despido laboral por ejemplo.

Como primer paso una vez que se tienen identificadas las preocupaciones podemos tratar de ubicarlas  en una de las categorías anteriores, ayudándonos para ello de las siguientes preguntas:

  • ¿Mi preocupación está basada en un problema real o por el contrario es inexistente?
  • ¿Es verdaderamente importante lo que me preocupa? ¿Merece la pena?
  • ¿Tengo alguna prueba de que el problema aparecerá de forma inmediata? ¿O en un futuro próximo?
  • ¿Hay algo que pueda hacer para resolverlo? ¿Podría solucionarlo actualmente?

Respondidas estas preguntas, y habiéndolas clasificado siguiendo los criterios de probabilidad/improbabilidad de ocurrencia, de certeza y controlabilidad, y de importancia concedida al asunto, sería recomendable realizar una lista con las diferentes acciones disponibles. Veremos entonces que no en todos los casos esto será posible, pues aquéllas que se han identificado como no modificables, no recaen bajo nuestra influencia, lo que en principio favorecerá la reducción del malestar asociado.
En los tiempos actuales en los que la incertidumbre es un componente muy sobresaliente de nuestro día a día, las preocupaciones tienen un entorno idóneo para proliferar. Pongamos atención en identificar las amenazas anticipadas que percibimos, y tratemos de ajustarlas a los criterios de realidad, de control y de certeza.
Recalcar, para finalizar, que la preocupación desadaptativa únicamente se encarga de anticipar la amenaza, en cambio, en la preocupación adaptativa hay un compromiso con la acción.

“En el momento que dejas de pensar en lo que puede pasar,
empiezas a disfrutar de lo que está pasando”
(Desconocido)
consejos preocupación excesiva

En Psicopartner puedes encontrar terapeutas especializados y experimentados en realización de terapia personal tanto a nivel presencial como online.

Puedes llamar al 669 489 678 o bien utilizar nuestro servicio de psícologos online donde estaremos encantados de poder atenderte y darte más información sobre la preocupación excesiva.

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El Síndrome del intestino irritable: una mirada psicológica https://www.psicopartner.com/el-sindrome-del-intestino-irritable-una-mirada-psicologica/ https://www.psicopartner.com/el-sindrome-del-intestino-irritable-una-mirada-psicologica/#respond Tue, 01 Apr 2025 09:31:25 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19804 El síndrome del intestino irritable representa el prototipo más característico de los trastornos funcionales del sistema digestivo. Este cuadro clínico se caracteriza por un conjunto de síntomas gastrointestinales de curso crónico. 

Afecta a millones de personas en todo el mundo y teniendo en cuenta su presencia según los grupos de edad se distribuye de una forma más o menos homogénea entre los 20 y los 40 años, siendo raro en la adolescencia o después de los 60 años.   Además en las mujeres es donde tiene una mayor incidencia. Se estima  una prevalencia en la población entre el 8 y el 22%, y en los últimos 20 años se está observando un aumento  de su presencia en las consultas.

¿En qué consiste?

Los síntomas más manifiestos del síndrome de intestino irritable suelen ser físicos: dolor y distensión abdominal, con ciclos de diarrea o de estreñimiento o de alternancia entre ellos, y con una sensación continua de malestar digestivo que afecta, con diferente grado de intensidad, a la calidad de vida de quien lo padece, impidiendo llevar una vida normal. Pero adicionalmente este síndrome cuenta con una afección psicológica muy importante, ya que las emociones o el estrés pueden estar detrás de su desarrollo y gravedad.

No ha podido detectarse una sola causa para el desarrollo de este cuadro clínico. El síndrome se entiende como un trastorno en la motilidad influido por factores psicológicos, una asociación tanto con factores biológicos como con factores ambientales. Puede afirmarse que los eventos estresantes agravan los síntomas y/o que el paciente manifiesta conductas de enfermedad. Las situaciones de tensión, preocupación o sobrecarga emocional aparecen comúnmente como desencadenantes de los síntomas digestivos en muchas de las personas aquejadas con este síndrome, y resulta crucial la forma en que perciben o reaccionan ante ellos.

Y en cuanto a los efectos, este problema se relaciona de manera muy relevante con la calidad de vida de quienes lo padecen, pues deben restringir actividades diarias, como las laborales, las de ocio o de socialización, lo que afecta a la percepción de la sensación de seguridad o independencia, o la propia autoestima por ejemplo, generando además síntomas de ansiedad o depresión.

¿Cuál es la relación entre el síndrome del intestino irritable y la salud mental?

Por tanto, el estrés, la ansiedad, la depresión y trastornos emocionales, la somatización -tendencia a las quejas somáticas frecuentes-, pueden alterar la función intestinal, desencadenando o exacerbando los síntomas.  La conexión entre el intestino y el cerebro,  lo que sucede en el intestino puede afectar el cerebro y lo que sucede en el cerebro puede influir en el intestino, es clave para comprender cómo las emociones y el estado psicológico pueden influir en este cuadro clínico.

Algunas de las características de personalidad que podrían destacarse serían la inseguridad, el aislamiento e inhibición por la falta de confianza en las propias capacidades o la tendencia al control e inhibición de los impulsos. 

Adicionalmente, las personas que padecen el síndrome buscan constantemente conductas de seguridad, tratando de evitar así los síntomas recurrentes, por ejemplo, acciones  para planificar, en lugares o momentos determinados, sus evacuaciones, o, evitar salir de casa para no correr el riesgo de tener que acudir al aseo en espacios públicos, acompañadas estas conductas  de pensamientos del tipo “puedo perder el control de los intestinos”, que incrementan su malestar y aumentan su miedo a la incontinencia. La persona termina por convencerse de que las medidas que sigue son efectivas para su objetivo, “gracias a que he hecho “tal cosa” no he sufrido los síntomas”,  y así se refuerza esa manera de afrontamiento, que aunque inicialmente evita su malestar, retroalimenta la dificultad, al percibir como peligroso todo aquéllo que está dejando de llevar a cabo.

SII1 El Síndrome del intestino irritable: una mirada psicológica

¿En qué consistiría el tratamiento?

El proceso psicológico a realizar contaría con diversas líneas de actuación, entre otras:

SII2 El Síndrome del intestino irritable: una mirada psicológica

- se revisará el esquema que tiene la persona sobre su problema, pues en muchas ocasiones sólo tienen en cuenta los síntomas físicos sin considerar los factores psicológicos y su situación psicosocial

- se Identificarán los rasgos de personalidad y los patrones de conducta

- se evaluará y atenderá a la forma de expresión de sus conflictos, así como los problemas psicopatológicos asociados (depresión, ansiedad etc).  

- modificar, si procedes, los estilos de vida, suponen un área importante área donde intervenir. Pues pueden estar llevándose a cabo hábitos que afecten negativamente al curso del síndrome, y se buscará la creación de nuevos hábitos de vida, una diera más adecuada por ejemplo

- se incorporarán técnicas de manejo del estrés, de relajación o solución de problemas, han demostrado ser útiiles en la tratamiento. La relajación reduce la activación del sistema nervioso simpático, lo que ayuda a disminuir los síntomas físicos del síndrome, y por tanto también los psicológicos

- en caso de existir un trauma en la base del trastorno, puede abordarse a través de EMDR, para reducir el impacto emocional negativo, así como las emociones asociadas a la enfermedad, para reprocesar la experiencia y poder continuar adelante, aliviando los síntomas del síndrome.

Si al leer este artículo te has sentido identificado/a y deseas ayuda profesional, si deseas sentirte bien contigo mismo/a y alcanzar tu bienestar emocional puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Fobia Social https://www.psicopartner.com/fobia-social/ https://www.psicopartner.com/fobia-social/#respond Thu, 27 Mar 2025 00:03:57 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=13795

¿Qué es la fobia social?

La interacción social es básica en los seres humanos y fundamental para la satisfacción de nuestras necesidades afectivas y emocionales. En cambio, existen ocasiones en que las personas experimentan esas interacciones de forma aversiva y generándoles un gran malestar, llegando a interferir significativamente en el funcionamiento de su vida diaria.

La fobia social es un miedo intenso y persistente, irracional y desproporcionado a situaciones de interacción social, fundamentado en el miedo que la persona tiene a ser observada y/o evaluada por los demás y anticipando consecuencias negativas. La persona está muy preocupada por la forma en que es percibida, experimentando niveles de ansiedad elevados. Suelen relacionarse con normalidad con las personas de confianza, no así con aquéllos con los que no tienen un vínculo estrecho.

Si tenemos en cuenta la cantidad y la variedad de las situaciones temidas, pueden distinguirse dos tipos:

  • fobia social específica: miedo a un tipo de situaciones en particular
  • fobia social generalizada: los síntomas de ansiedad aparecen por numerosas situaciones que suponen interactuar con personas no pertenecientes al círculo más próximo, lo que implica una importante afectación en la vida de la persona, aumentando el riesgo de depresión, de consumo de sustancias, de otros trastornos de ansiedad, de problemas económicos, laborales, etc.

Fobia social síntomas

A nivel fisiológico: sudoración, temblores, malestar estomacal, náuseas, diarrea, escalofríos, taquicardia, sensación de falta de aire, enrojecimiento facial
A nivel conductual: poco contacto visual, tono de voz sumamente bajo, tartamudeo, postura corporal rígida
A nivel cognitivo:

  • Los síntomas de la fobia social a nivel cognitivo sera: 
    • una excesiva atención a uno mismo, lo que supone una escasa implicación en la propia interacción, y una elevada observación y juicio de su propia actuación. Derivando en pensamientos de incompetencia, de ridículo, como por ejemplo “no tengo capacidad para relacionarme con gente nueva” o “voy a hacer el ridículo”
    • interpretaciones catastrofistas y de amenaza de las situaciones
    • pensamientos sobre el juicio que los demás harán de uno mismo: “les caeré mal”, “me verán como alguien raro”…
    • sobre la percepción que los demás tendrán de la persona: “se burlarán de mi…”, “van a pensar que soy tonto”…
    • sobre las propias manifestaciones de ansiedad: “me voy a poner colorado”, “van a notarse mis nervios”.

A nivel emocional: miedo al ridículo, miedo a la soledad, vergüenza, culpa

Situaciones que pueden desencadenar el malestar pueden ser el hablar en público, el relacionarse con personas desconocidas, acudir a una fiesta, realizar una entrevista de trabajo, el tener que responder a alguna pregunta en clase etc. incluso pueden aparecer dificultades en realizar conductas tales como beber y comer delante de otras personas.

Las personas con fobia social experimentan ansiedad no sólo en las situaciones temidas pudiendo llegar a crisis de ansiedad, sino también cuando piensan que tendrán que afrontarlas, experimentando una elevada ansiedad anticipatoria en los momentos previos.

La persona para reducir el malestar evita afrontar las situaciones, o las soporta con intensa angustia. Ese comportamiento de evitación cuyo objetivo es no sentir la ansiedad, si se mantiene a largo plazo genera una reducción muy significativa de las actividades cotidianas y afecta muy negativamente a la calidad de vida de la persona. Esa evitación también restringe relaciones y en definitiva la libertad, favorece el miedo, la vergüenza, la baja autoestima, y la soledad.

La fobia social, puede provenir de fallas en el aprendizaje de las habilidades sociales, a consecuencia de contar con modelos adultos de referencia con dificultades para desenvolverse a nivel social. Pueden verse déficits en iniciar y mantener conversaciones, en la expresión de opiniones, en la defensa de los propios intereses, en la realización y en el rechazo de peticiones etc.

También pueden proceder de situaciones traumáticas de haber experimentado un gran malestar en determinada situación social, y que queda marcada en la memoria.
Las creencias disfuncionales instaladas también tienen un gran peso en el mantenimiento de esta dificultad, por ejemplo, una excesiva perfección en la actuación, la obligatoriedad de ser aprobado por todo el mundo, creencias de peligro o amenaza de las interacciones etc.

¿Cuáles son las recomendaciones para superar la fobia social?

Para vencer la fobia social, el tratamiento psicoterapéutico se adecuará a la persona, a sus dificultades particulares, detectando las emociones, comportamientos y pensamientos que te impiden avanzar, y de forma gradual, ir logrando la normalización de la vida social. A través de la adquisición de confianza en uno/a mismo/a y de autoestima, acercarse al objetivo de superar la fobia social y con ello aumentar la calidad de vida.

Entre las metas del proceso estaría la disminución de las conductas de evitación y el afrontamiento de las situaciones temidas, la reducción de la ansiedad anticipatoria, y la mejora del funcionamiento social.

En terapia trabajaremos cómo se puede superar la fobia social mediante exposiciones en vivo o en imaginación de las situaciones temidas, el entrenamiento en habilidades sociales, la relajación y mindfulness, la detección y el cuestionamiento de las creencias irracionales y de los pensamientos automáticos.

Y por último, señalar unas recomendaciones de cómo vencer la fobia social:

 

  • La participación en actividades sociales: empezar por las sencillas y desde ahí ir escalando a las que generan una ansiedad mayor
  • El establecimiento de metas vinculadas con la sociabilidad, que te ayuden a aprender a desenvolverte socialmente
  • Identificación de los pensamientos negativos, detectar aquéllos que frenan y ponerlos a prueba
  • Práctica de mindfulness, que te facilita el estar con tu atención en el presente, y no en la anticipación de las situaciones ansiógenas
  • Tratar de conectar contigo mismo/a, con tus necesidades, deseos, valores y permítete ser tú mismo/a

Si te has visto identifcado/a con este artículo, tienes un gran malestar emocional y ves que no puedes manejar y controlar estas situaciones, ponte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al 669 489 678 y reserva una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

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La Personalidad Tipo A y los efectos en la salud cardiovascular https://www.psicopartner.com/la-personalidad-tipo-a-y-los-efectos-en-la-salud-cardiovascular/ https://www.psicopartner.com/la-personalidad-tipo-a-y-los-efectos-en-la-salud-cardiovascular/#respond Tue, 18 Feb 2025 09:32:38 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19382 En la década de los 50 del siglo pasado, Meyer Friedman y Ray Rosenman, dos cardiólogos estadounidenses, se propusieron estudiar la relación entre algunos rasgos de personalidad y el desarrollo de enfermedades cardíacas. Formularon, tras diversas investigaciones, la existencia de una maneraparticular de respuesta al estrés y con un  impacto significativo en la salud física y mental de las personas que la experimentaban. 

A esta categoría la denominaron patrón de conducta Tipo A o personalidad tipo A, y se caracteriza por predisponer a padecer enfermedades cardiovasculares. Los cardiólogos plantearon que este patrón de comportamiento constituía un factor de riesgo equivalente al consumo de tabaco o a tener un alto nivel de colesterol, en el  desarrollo de dificultades cardíacas.

Los estudios sobre las diferentes respuestas al estrés y su repercusión en la salud, dieron como resultado un total de cuatro categorías,  siendo la primera de ellas la ya comentada personalidad tipo A y las restantes, la personalidad tipo B, tipo C y tipo D.

En este artículo vamos a profundizar en el patrón de conducta tipo A, sobre la que los investigadores manifestaron: "una crónica, incesante lucha por acaparar más y más, en menos y menos tiempo, y si es necesario, enfrentándose activamente a otras personas o cosas"

Características del patrón de conducta tipo A

Las personas a las que identificaban con este patrón, se caracterizarían por: 

salud2 La Personalidad Tipo A y los efectos en la salud cardiovascular

- tener un exagerado sentido de urgencia y gran impaciencia, es una de sus características más destacadas del patrón de conducta tipo A. Son personas con dificultades a la hora de esperar algo y tienen un alto nivel de estrés cuando un proceso se demora más allá de sus planes. Siempre tienen la sensación de que el tiempo no es suficiente, y les genera mucha ansiedad y estrés, además de muy poca tolerancia a los retrasos, la lentitud o la ineficiencia.

- alto nivel de implicación en el trabajo y de exigencia, y una búsqueda constante de productividad lo que les dificulta tener actividades relajantes y de disfrute del tiempo libre en su vida diaria

- personas orientadas al liderazgo

- elevado grado de competitividad, ambición y una incesante búsqueda de logro  y de éxito, no sólo en su vida profesional sino también en el ámbito más personal. Buscan siempre ser los mejores en los que hacen. Suelen tender a  buscar sus metas y objetivos, sin disfrutar del proceso, y poniendo todo el foco en el resultado, pues es el éxito el que asocian con la autoestima

- viven bajo una presión constante por sus altos estándares de rendimiento generándoles un estrés crónico, viendo afectadas sus respuestas fisiológicas cardíacas

- a nivel social: las relaciones con los demás suelen ser tensas y difíciles,  marcadas habitualmente por una tendencia hacia la agresividad y la  hostilidad. Son personas en general fácilmente irritables, principalmente cuando el objetivo está en riesgo

Relación entre el patrón de conducta tipo A y las enfermedades cardiovasculares

Los estudios realizados han encontrado que las personas que desarrollan este tipo de personalidad tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas cardíacos en comparación con las personas que muestran un patrón de conducta relajado. 

Esta relación puede explicarse por la activación repetida del sistema nervioso simpático, que puede generar un aumento de la presión arterial y del cortisol, una hormona asociada con el estrés. La vinculación en el tiempo de estos factores puede terminar dañando los vasos sanguíneos y consecuentemente incrementando el riesgo de padecer enfermedades del corazón.

Adicionalmente, las investigaciones han mostrado que, a través de la agresividad y la hostilidad, ambas cualidades características del paatrón de conducta tipo A, son rasgos asociados a una mayor probabilidad de sufrir un infarto de miocardio y otro problemas cardíacos, pues alteran el funcionamiento normal del sistema cardiovascular. 

Estrategias impulsoras de salud

salud3 La Personalidad Tipo A y los efectos en la salud cardiovascular

Es importante, en primer lugar, el reconocimiento de las señales de estrés que van apareciendo y observar los efectos que generan, así como la revisión de las creencias asociadas a esa forma de funcionamiento. Pueden incorporarse además algunas estrategias, entre otras, para reducir el impacto que la personalidad tipo A tiene sobre la salud y reducir su impacto en el sistema cardiovascular:

- pueden tratar de establecerse metas más realistas y ajustadas a las opciones existentes, así como establecer un nivel de exigencia funcional, sin la sobrecarga de tareas e incorporando el fallo como una parte del proceso

- se haría necesario reevaluar la organización del tiempo, dejando espacio para actividades asociadas con el disfrute del tiempo libre, el descanso

- pueden incorporarse rutinas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, que reducen el estrés y promueven sensaciones de calma y bienestar

El patrón de conducta tipo A, tal y como hemos visto, puede tener un impacto grave en la salud cardiovascular, por ello, reconocer sus características, como la elevada competitividad, impaciencia y el estrés crónico, ayuda a prevenir las problemáticas consecuencias  en las que puede desembocar. Trabajar de manera activa en el manejo del estrés y de las emociones asociadas, ayuda a reducir los efectos negativos y son una inversión en salud.

Si tras leer el artículo te has sentido identificado y deseas ayuda profesional, si deseas realizar cambios en tu funcionamiento cotidiano para desarrollar afrontamientos saludables puedes ponerte en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Autocompasión | el arte de perdonarse a uno mismo https://www.psicopartner.com/autocompasion-el-arte-de-perdonarse-a-uno-mismo/ https://www.psicopartner.com/autocompasion-el-arte-de-perdonarse-a-uno-mismo/#respond Thu, 13 Feb 2025 08:29:44 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=14305

La inseguridad o la autocrítica destructiva son actitudes que generan un elevado malestar en quien los experimenta de una forma recurrente.

La psicóloga estadounidense Kristin Neff, referente en el campo de la autocompasión y su impacto en la salud, considera que tales actitudes perjudiciales se deben en gran parte a juicios globales negativos hacia uno mismo cuando se cometen errores o se atraviesan situaciones difíciles, lo que genera pensamientos del tipo “no soy como debería ser”: “nada lo hago bien”, “no soy lo bastante bueno”…

De esta forma, la reacción ante los fallos se experimenta de una manera muy intensa, las equivocaciones se hacen inadmisibles, y el haber fallado se convierte en algo terrible.

Tal y como afirma Neff: “No siempre podemos obtener lo que queremos. No siempre podemos ser la persona que queremos ser. Cuando negamos o resistimos esta realidad, el sufrimiento surge en forma de estrés, frustración y autocrítica”.

Podemos distinguir tres clases de compasión: la que dirigimos a los demás, la que recibimos de los demás y la que orientamos a nosotros mismos.

A este respecto es importante que reflexionemos sobre cómo nos comportamos cuando quien ha cometido el error es alguien cercano, un amigo por ejemplo. ¿Actuamos de la misma forma que cuando hemos sido nosotros los que hemos incurrido en el fallo? ¿Nos mostramos tan críticos y condenatorios?

Seguramente la respuesta sea negativa, y que nos mostremos comprensivos y ofrezcamos apoyo de manera espontánea cuando sea otro el implicado…Entonces, ¿a qué es debida esa diferencia? ¿por qué nos resulta tan difícil hacerlo con nosotros mismos?

La autocrítica en vez de ayudar a crecer incorpora más obstáculos al proceso. Para romper con este hábito podemos recurrir a poner en práctica la autocompasión “prestar atención a nuestro propio sufrimiento experimentando sentimientos de cariño, de bondad hacia nosotros mismos, aceptando sin crítica los fallos y las incompetencias propias, sin juzgarnos y reconociendo que nuestra experiencia es la experiencia de toda la humanidad”(K. Neff).

De esta forma, la autocompasión sería una herramienta que nos hacer ser más indulgentes y menos críticos con nosotros mismos y conseguir así una visión más realista de la situación.

Según Neff la autocompasión estaría conformada por tres elementos:

  • el ser amable, bondadoso y empático con uno mismo, mostrarnos cariño
  • el recordarnos que el dolor es una parte de la experiencia humana y que cada uno de nosotros formamos parte de la humanidad
  • el poner atención consciente a nuestros pensamientos y emociones, ejerciendo la conciencia plena de nuestras experiencias

La compasión no supone una actitud pasiva, sino que es un comportamiento consciente y voluntario, nos moviliza a producir bienestar y eliminar el sufrimiento en quien lo padece, ya sea en uno mismo o en otras personas.

Paul Gilbert, psicólogo clínico y psicoterapeuta, creador de la terapia centrada en la compasión, defiende que para tener compasión “hemos de entender al otro, sentir con él, sentir simpatía y tras ello actuar”.

Efectos psicológicos de la compasión

Las investigaciones realizadas en este campo han mostrado que el ejercicio de la autocompasión conlleva una serie de efectos a nivel psicológico. El colocarnos frente a nosotros de una forma compasiva:

  • activa nuestro sistema de bienestar: estados de placidez y de calma, de optimismo
  • menores niveles de ansiedad, depresión, estrés y vergüenza
  • aporta mayor satisfacción a corto y largo plazo al reducir tanto el nivel de crítica como su grado de intensidad
  • ayuda a aceptar los errores y a tener mayor capacidad de realizar autoevaluaciones más realistas
  • favorece el manejo de los conflictos y la construcción de relaciones más armoniosas, alejando el retraimiento social
  • genera una mayor autonomía

A nivel fisiológico pueden señalarse como efectos el incremento de la integración neural (motora, cognitiva y sensorial) y el fortalecimiento del sistema inmune (Emory y Davis 2009).

Proceso de la autocompasión

Para iniciar el proceso autocompasivo, al igual que ocurre en la compasión ejercida hacia los demás, el primer paso requerido es ser consciente del sufrimiento experimentado, reconocer que existe un dolor o un malestar al que atender.

Una vez identificado, tratarse bien, utilizando palabras calmadas, un tono de voz dulce, gestos tiernos…poner en práctica cualquier acto amable cuya intención es reconfortarse. Tratarse a uno mismo como se haría con alguien a quien se quiere

Para ello es necesario asumir que todos somos imperfectos, y que los estándares inflexibles y excesivamente altos, son fuente de un gran malestar. Observar el fallo y relativizarlo, ajustando su importancia.

Kristin Neff ha establecido una serie de frases de las que podemos hacer uso ante una situación difícil o dolorosa, en las que están incluidos los componentes de la autocompasión explicados anteriormente:

  • “Este es un momento de sufrimiento”
  • “El dolor forma parte de la vida”
  • “Pido ser amable conmigo mismo/a”
  • “Pido ofrecerme la compasión (o la amabilidad) que necesito”

O si prefieres, puedes crear tus propias frases, con tu propio estilo, siendo amable y comprensivo contigo mismo y especialmente ante tus fallos y errores.

Si tus emociones negativas son tan fuertes e intensas que no te permiten perdonarte a ti mismo/a, puedes pedir una cita con nuestro gabinete de psicólogos online para que te acompañemos en este proceso. Puedes ponerte en contacto en el teléfono +34 669 489 678 o bien en el email hola@psicopartner.com donde estaremos encantados de atenderte.

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Problemas para delegar: factores psicológicos https://www.psicopartner.com/problemas-para-delegar-factores-psicologicos/ https://www.psicopartner.com/problemas-para-delegar-factores-psicologicos/#respond Tue, 21 Jan 2025 09:37:25 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19246 Delegar funciones es una actividad habitual en el desempeño cotidiano. En el ámbito profesional, hay personas que experimentan grandes dificultades para ello, especialmente en posiciones de liderazgo. 

Los efectos de esta manera de proceder pueden manifestarse a nivel emocional y físico, como estrés y agotamiento, a nivel organizacional por una pérdida de eficacia o un ambiente laboral negativo. Vamos a atender lo que puede estar bajo esa dificultad de delegar y las formas de abordarlo.

Las causas psicológicas que influyen en problemas para delegar

No puede señalarse un sólo elemento sino una combinación de factores, ya sean experiencias anteriores, patrones de pensamiento y creencias subyacentes y maneras de afrontar las diferentes situaciones. Veamos las posibles causas: 

  1. Perfeccionismo

Uno de los principales motivos por los que aparecen problemas a la hora de delegar las tareas es el perfeccionismo. Unos altos niveles de perfeccionismo, que persiguen unos criterios estrictos en las tareas, asociado a pensamientos que nadie puede cumplir las expectativas:

“nadie puede hacer el trabajo como yo”

“las personas tienen estándares muy poco exigentes”

“no lo van a hacer bien por lo que es mejor que lo haga yo”

De esta forma se asume la responsabilidad de todo considerándose que el delegar es arriesgado pues implica la bajada de sus estándares, implicando agotamiento frecuente y falta de confianza en el equipo.

  1. Necesidad de control

El deseo de tener el control en todo el proceso es también una de las razones de la dificultad para delegar. El hecho de mantener el control puede derivar de la dificultad de confiar en los demás o porque se interpreta como una forma de perder poder o influencia.

Esa necesidad puede estar asociada a experiencias pasadas, aprendizajes tempranos que han desarrollado un estilo de afrontamiento desde un control rígido y poco adaptativo. El dominio del entorno se presenta así como la manera casi exclusiva de sentir seguridad y de la sensación de competencia por lo que se busca a toda costa esa forma de funcionamiento, limitando lo más posible la participación de otras personas en el proceso. 

delegar1 Problemas para delegar: factores psicológicos

El control, por tanto, se convierte así de un mecanismo de reducción de la incertidumbre y en consecuencia del malestar emocional asociado como la ansiedad o el estrés.

  1. Miedo al fracaso

El delegar tareas implica asumir que el control lo tendrían en ese asunto otras personas, y aceptar que otros por tanto podrían cometer errores. Puede existir de base un miedo fracaso, miedo al juicio o crítica de los demás ante resultados diferentes a lo que espera.

  1. Falta de confianza en los demás

Esa falta de confianza puede provenir de experiencias tempranas, cuando la seguridad y confianza es clave para aprender a desenvolverse en el mundo, y esa necesidad no ha sido satisfecha. Otras razones, pueden proceder de situaciones del pasado que no resultaron satisfactorias y que han quedado grabadas influyendo en el presente de la persona, o por la no percepción de la competencia y preparación suficiente de los compañeros, que dificulta la confianza para delegar de manera efectiva. 

Todas ellas implican la asunción de la persona de todas las responsabilidades

Consecuencias de no delegar

La falta de delegación no afecta solamente a quien trata de mantener el control sino que también impacta al bienestar emocional de las personas de alrededor, en el caso del ámbito laboral afectaría al equipo y consecuentemente al propio ambiente de trabajo. Algunas de los efectos de la persona con dificultad para delegar serían:

  • agotamiento físico y emocional,  burnout. El exceso de trabajo y un estrés mantenido puede general graves problemas en la salud física y mental
  • a nivel organizacional, se manifiesta una escasa valoración de los empleados y se les otorga menor autonomía,  lo que repercute negativamente en el clima laboral, en la pérdida de productividad, se limita así la proyección y el crecimiento

Cómo poder delegar

delegar2 Problemas para delegar: factores psicológicos

Aquí puedes encontrar algunos consejos que te pueden venir bien para poder delegar: 

  • Aprender a desarrollar confianza y colaboración, puesto que la confianza representa el factor clave para poder delegar. Se hará necesario un trabajo de reconocimiento de las capacidades y fortalezas individuales, y ofrecer el apoyo para brindar orientación si fuese necesario a la vez que se permite cierta autonomía
  • Expectativas claras y específicas: una de las principales razones, como hemos indicado anteriormente, por las que las personas temen delegar, es la incertidumbre, por ello, el establecimiento de metas claras ayuda a reducirla, así como el grado de autonomía que se tendrá en el proceso, los estándares de calidad esperados. 
  • Facilitar la comunicación para evitar malentendidos
  • Identificación de las creencias que sostienen la dificultad y retroalimentan el problema, como pueden ser las referentes al perfeccionismo o la necesidad rígida del control, la forma de entender  el error y las maneras de afrontarlo 
  • Incorporación de formas de fomento de la relajación que ayuden a manejar la incertidumbre, como puede ser la respiración abdominal, la conexión con actividades agradables etc.

Como vemos, aprender a delegar no solo es una habilidad de liderazgo sino una herramienta para el crecimiento personal, profesional y emocional. La dificultad para delegar es un desafío psicológico que puede tener efectos negativos en el bienestar personal, por ello desarrollar estrategias para fortalecer la confianza, la comunicación eficaz y la aceptación de los posibles errores ayuda a convertir la experiencia en enriquecedora.

Si este artículo ha descrito tu manera de sentirte y de estar en día a día, si  tu dificultad en confiar en los demás y delegar funciones te preocupes , te animamos a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicoparnter.com  y reserves una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Conflictos Familiares en Navidad: Qué hacer y cómo prevenirlos https://www.psicopartner.com/conflictos-familiares-en-navidad-que-hacer-y-como-prevenirlos/ https://www.psicopartner.com/conflictos-familiares-en-navidad-que-hacer-y-como-prevenirlos/#respond Thu, 19 Dec 2024 08:28:22 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=16425 Se acercan las fechas navideñas, como todos los años hay que decidir con quién y dónde se pasarán las diferentes celebraciones, la Nochebuena, la Navidad, el fin de año...comprar y preparar menús, adornar la casa, comprar regalos... para lo que es normal que haya diferentes puntos de vista, de preferencias y de criterios a la hora de elegir, haciendo necesaria la negociación en los diferentes temas para conseguir el consenso.

La Navidad, además de los asuntos referidos a la organización y planificación, en muchos casos, supone compromisos que son difíciles de declinar. Puede generar incomodidad y malestar el coincidir con personas con quien no se tiene una buena relación, lo cual puede afectar al estado anímico (estrés, irritabilidad, tristeza...)  y que sin un manejo adecuado acabe derivando en conflicto interpersonal. La convivencia, el mayor tiempo compartido, también es un factor a considerar, pues hace más fácil que aparezcan malentendidos o desencuentros, que impliquen conflictos entre los miembros de la familia.

Es importante tener en cuenta que no hay familias perfectas, por mucho que la imagen idílica navideña que se muestra en las películas o la publicidad sea la que se proyecte, los desacuerdos y los problemas son naturales y forman parte de la vida...y también, por qué no, en Navidad.

Navidad1 Conflictos Familiares en Navidad: Qué hacer y cómo prevenirlos

 Los conflictos más recurrentes tienen que ver con lo referido a la propia organización de las celebraciones, con tensiones existentes entre los miembros de la pareja o de la familia, que pudiendo venir de atrás en el tiempo, en estas fechas se amplifican. También pueden estar asociados con temas personales (la situación laboral o dificultades económicas por ejemplo) que tiene un efecto sobre el propio estado de ánimo y que facilita que acabe repercutiendo en las relaciones interpersonales.

Destacar que no todas las familias responden de igual manera ante situaciones más o menos conflictivas., pues ello dependerá de su capacidad de gestión emocional, de sus actitudes comunicativas, de su flexibilidad y adaptabilidad, de su sensibilidad…Cuando aparecen dinámicas relacionales menos funcionales, como podrían ser las luchas de poder entre los miembros, los conflictos, ya sean explícitos o silentes, pueden verse intensificados. Por tanto, en las fechas navideñas donde se sale de las rutinas y se incrementa el tiempo compartido se requerirá de un esfuerzo mayor para tener presente la inteligencia emocional personal y familiar.

¿Cómo afrontar estas fechas?

Se hace necesario tener presentes unas recomendaciones de cara a que en estas navidades se eviten situaciones que incrementen el malestar emocional, a saber:

  • Antes de la celebración conviene organizar las tareas, repartir las responsabilidades de cada persona, de forma que cada una sepa su función
  • Tener expectativas realistas respecto a las fiestas, no caer en la idealización, para no incurrir en frustraciones y desilusiones.
  • Atender a las propias necesidades, no todo tienen que ser compromisos, también se puede dedicar tiempo en Navidad a hacer aquello que apetece
Navidad3 Conflictos Familiares en Navidad: Qué hacer y cómo prevenirlos
  • Cuidar los pensamientos anticipatorios: en ocasiones ante eventos poco apetecibles los pensamientos tienden a ser pesimistas y catastrofistas, anticipando consecuencias que aún no han ocurrido, y que repercute en el estado anímico, dificultando aún más el afrontamiento de la situación.
  • Tener presente, como he comentado anteriormente, que ninguna familia es perfecta. Identificar los motivos de los roces y tener una buena comunicación familiar, puede ayudar a prevenirlos.

En las cenas y comidas, donde sabemos que hay temas calientes que generan tensión con alguno/a de los/as integrantes de la reunión, se trataría de buscar temas de conversación neutros que no arrastren a emociones desagradables y difíciles de gestionar. 

No es necesario resolver los problemas en ese momento, ya habrá circunstancias más favorables para tratarlos. Ahora bien, si ese asunto pendiente implica un obstáculo insalvable para tener una celebración sin conflicto quizás sería momento de afrontar esa conversación antes de juntarse.

Sería importante reflexionar, y hacer las cosas de forma diferente, si se sabe el resultado por lo ocurrido en situaciones anteriores y éste no fuese el deseado.

  • Poner en un lugar destacado tu empatía y ten presente tu inteligencia emocional. Salvaguardando que no todos los escenarios son permisibles, el ponerse en el lugar de los demás y respetar su forma de pensar, de sentir y de actuar, pues cada persona entiende la vida y la vive de manera propia.
  • Guardar distancia con familiares con las que los roces son habituales, si existe algún conflicto sin resolver o no hay afinidad
  • Moderar el consumo de alcohol pues favorece la desinhibición y la impulsividad a la hora de hablar y de actuar, limitando si no eliminando, la valoración de las consecuencias
  • Si el conflicto se ha desatado, lo primordial es mantener la calma, y no avivarlo más. Importante responder pausadamente y de manera asertiva, puede posponerse la conversación,  cambiarse de tema o iniciar alguna actividad para disminuir la tensión . Alejarse de la situación por unos minutos también podría ayudar a relajar el ambiente y reconducir la reunión.

Por tanto, importante tener presente con qué estado anímico se quieren pasar las celebraciones que están por venir y qué actitudes propias ayudarían a favorecerlo. 

En ocasiones el no saber manejar de forma adecuada estas situaciones difíciles pueden hacer que se genere el llamado “síndrome Grinch” que es una aversión y desagrado a todo lo que tiene que ver con las fiestas navideñas.

En Psicopartner tenemos un equipo de Psicolog@s Sanitari@s y terapeutas familiares que te pueden ayudar a gestionar estos conflictos y regular bien tus emociones en las fiestas familiares y con amigos.

Si te has visto identicada/o en este artículo y consideras que necesitas ayuda profesional, te animamos a que solicites una primera sesión llamándonos al +34 669 489 678 o enviandonos un email a hola@psicopartner.com

Puedes reservar una cita presencial en nuestros centros o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte.

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Duelo migratorio https://www.psicopartner.com/duelo-migratorio/ https://www.psicopartner.com/duelo-migratorio/#respond Tue, 03 Dec 2024 08:30:58 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19097 Son muchas las pérdidas a las que nos enfrentamos en la vida, por lo que frecuentemente debemos experimentar situaciones de duelo. Fallecimientos de seres queridos, rupturas y separaciones de parejas o de amistades, pérdidas del trabajo  o procesos migratorios son ejemplos de ello.

El duelo migratorio consiste en el proceso de asimilación de todas las pérdidas asociadas a la propia experiencia de migrar.

La decisión de dejar atrás el país de origen puede realizarse desde una motivación personal como forma de mejorar las condiciones económicas o la calidad de vida, pero en ocasiones esa decisión viene forzada desde el exterior, ya sea por conflictos bélicos, persecuciones políticas, catástrofes ambientales etc.

La migración se trata de un fenómeno complejo, en el que están presentes factores sociales, económicos, culturales y por supuesto, psicológicos.

Esta experiencia implica un intenso trabajo de procesamiento de numerosas pérdidas para poder alcanzar la adaptación deseada al nuevo país.

La característica principal del duelo migratorio es que implica diferentes ámbitos lo que lo convierte en un duelo múltiple, pues son multitud los cambios que la persona migrante debe afrontar: relaciones interpersonales (familiares, de amistad…), cultura y tradiciones, idioma, estatus social, grupos de pertenencia, paisajes, eventos a los que no podrá acudir...

Adicionalmente señalar que se trata también de un duelo parcial, lo que significa que lo que se deja atrás con la marcha, no desaparece, esa pérdida no es irreversible, pues la persona puede regresar y reencontrarse con todo aquello que ya no tiene en el país de destino en su día a día, y puede además seguir conectado de manera recurrente a través de cada llamada al país de origen o de las noticias que llegan de aquel lugar.

Etapas  del proceso

Las etapas de cualquier duelo suelen ser las siguientes: 

  • Aceptación de la pérdida.
  • Expresión de las emociones y del dolor que ha causado la pérdida
  • Adaptación a la nueva realidad 
  • Reconexión y continuación con la vida 

En el duelo migratorio  encontraríamos la manifestación de las siguientes etapas y emociones: 

- de negación : la persona actúa como si nada hubiese cambiado “a mí no me afectan los cambios”

- de toma de conciencia de la decisión tomada y las implicaciones de la misma, generando emociones de rabia. Es fácil conectar con esta fase cuando la migración se debe a motivos externos, o cuando las expectativas que le impulsaron a migrar no se han visto cumplidas

- la tristeza es la emoción más representativa en las personas que migran al conectar con todo aquello que se dejó atrás y que se acompaña en muchas ocasiones con una intensa sensación de desarraigo.

migracion1 Duelo migratorio

- también el miedo es normal que esté presente en todo el proceso de migración. Tanto antes de emprender el viaje como tras llegar al país de destino serán muchas las situaciones desconocidas a las que el migrante deberá enfrentarse. Dependiendo de las circunstancias se puede además generar una sensación de indefensión.

- finalmente,  si todo sigue el curso deseable, se podrá alcanzar la aceptación de la situación y de todas las implicaciones derivadas de la decisión, donde la persona conecta con las partes buenas y malas de la experiencia vivida, procesando todo ello y permitiendo  el logro de la adaptación al lugar de destino y a su nueva vida, sin que suponga la pérdida de sus orígenes.

En cambio, si la persona que migró está bloqueada en alguna de las etapas de ese duelo, tendrá dificultades para su regulación emocional, perjudicando la consecución de la adaptación.

Síntomas 

Los posibles síntomas a experimentar en este duelos serían:

- Ansiedad asociada al miedo por los posibles peligros, incertidumbres, situaciones desconocidas del país de destino

- Emociones: Tristeza como síntoma más frecuente, tiene que ver con lo dejado atrás, con la soledad y con la dificultad de conseguir el proyecto imaginado; irritabilidad  y frustración; sentimientos de culpa; inestabilidad emocional

- Fatiga, falta de fuerza para seguir adelante 

- Pérdida o aumento del apetito, a veces afectado también por los cambios alimenticios asociados a los problemas económicos

- Alteraciones frecuentes del sueño

- Excesivas y recurrente preocupaciones

- Somatizaciones

- Afectación de la propia identidad

- Ideas de muerte y suicidio, sin ser frecuentes, pueden ser en ocasiones pensamientos recurrentes

Elaboración del duelo

migracion2 e1733301036417 Duelo migratorio

Como ocurre con otro tipo de pérdidas, el proceso de elaboración del duelo es lento y evoluciona, como se ha indicado anteriormente, en una serie de etapas. En el proceso influyen  muchos factores, como las experiencias tempranas, la personalidad, el momento vital en el que ocurre, las redes de apoyo con las que cuenta, la causa de la migración o las condiciones externas.

Tras la elaboración, se produces un crecimiento y un desarrollo de la persona, construyendo una nueva identidad más compleja y rica integrando la nueva situación e incorporando las características del país de acogida, sintiéndose parte de éste, sin por ello olvidar el país de origen. 

En ocasiones se necesitará una ayuda a nivel psicológicapor las circunstancias que rodean al proceso del duelo migratorio y lo que haya implicado personalmente. SI es éste tu caso, puedes contactar con Psicopartner,  llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicoparnter.com y reserves una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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El sentimiento de inferioridad https://www.psicopartner.com/el-sentimiento-de-inferioridad/ https://www.psicopartner.com/el-sentimiento-de-inferioridad/#respond Tue, 26 Nov 2024 08:17:53 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19071 ¿Qué es el sentimiento de inferioridad?

El sentimiento de inferioridad implica una minusvaloración de las propias capacidades, supone enfrentarse con emociones, comportamientos y pensamientos muy limitantes que interfieren en el día a día de la persona, generando un alto nivel de sufrimiento y malestar. 

La consideración de carencia de valor es trasladada al exterior,  y se concluye que los demás también comparten la misma opinión; uno puede decirse “ no tengo ningún valor y los demás ven lo mismo que yo”, lo que amplifica la intensidad de las emociones desagradables .

Hay una distorsión en la percepción de uno mismo, una idea desproporcionada que es convertida en una realidad y que limita la evolución y el crecimiento personal, social o profesional

Ese sentimiento resulta persistente y abarca la totalidad o casi totalidad de los ámbitos vitales

Los síntomas 

A nivel de síntomas, caben señalarse:

- la falta de confianza en uno mismo y la baja autoestima

- emociones frecuentes de inseguridad, miedo al juicio que puedan hacer los demás , elevadas dosis de vergüenza, de angustia, de culpa o de rabia

- un alto grado de timidez e inhibición en entornos sociales, pudiendo alcanzar intensidades muy altas, que conlleven un aislamiento del entorno 

- pensamientos y creencias arraigadas de infravaloración de uno mismo, de inutilidad, de incapacidad, pensamientos del tipo “soy un fracaso”, “soy inútil” o “soy inferior”

- también aparece generalmente dificultad en la toma de decisiones, por lo que, como consecuencia, se espera que sean otros quienes  decidan por uno mismo, cediendo así, a los demás, la dirección de la propia vida

- además existe una búsqueda de reconocimiento y validación externa constantes para asegurarse de ir “por el buen camino”

- un escaso grado de autonomía, y dificultad de actuación según las propias normas y valores

- desprecio hacia los propios logros

- actitud repetida de búsqueda de complacer a todo el mundo, de esta forma se evita por ejemplo mostrar enfado, expresar las propias opiniones cuando son diferentes al resto o poner límites, en definitiva, se muestran serias dificultades en asertividad

Las causas del sentimiento de inferioridad

Sentimiento inferioridad2 El sentimiento de inferioridad

Las causas pueden ser variadas y complejas: 

-pueden tener un claro origen en experiencias infantiles. Cuando se ha crecido en entornos donde ha habido abuso físico o emocional, donde las figuras de apego han estado poco disponibles y/o donde la mirada recibida ha sido invalidante, donde no existe una aceptación incondicional, actitud ésta que caracteriza a los entornos seguros que favorecen el crecimiento de la autoconfianza y la propia valía 

Sentimiento inferioridad3 El sentimiento de inferioridad

-haber crecido ambientes de sobreprotección elevada que dificultan las experiencias de aprendizaje y por tanto donde la autonomía se ve sacrificada

- el ser objeto de críticas excesivas, los entornos muy exigentes donde el error no es permitido y la valoración de uno mismo está ligada a los resultados obtenidos 

- cuando se ha educado en la comparación con otros, ya puedes ser con hermanos, otros familiares, compañeros de colegio, amigos etc. Esa comparación continua genera tristeza, vergüenza, ansiedad y pensamientos como “no soy tan bueno, capaz o válido como los demás” que se instalan en la persona y acabará por ser ella misma quien adopte la comparación como forma de autovaloración

- el tener alguna característica física diferente de los demás que haya generado actitudes externas de burlas y desprecios

- un ambiente cultural y social que prima los valores de éxito o belleza constantes pueden amplificar un sentimiento de inferioridad existente

En la terapia 

En el proceso psicoterapeutico se profundizará en lo experimentado, se explorará el sentimiento de inferioridad de manera personalizada, se mirarán las experiencias vividas, los posibles traumas y su repercusión en el momento presente, para de esta forma poder intervenir y lograr la consecución del bienestar emocional. Se hará un importante trabajo de autoconocimiento que ayudará a descubrirse, comprenderse y enfrentare a las dificultades.

Se atenderán las creencias y los esquemas mentales, de uno mismo y del mundo y se valorará su adecuación, buscando evitar expectativas imposibles y tratando de llegar a formas de mirarse ajustadas a la realidad

Se trabajará a nivel emocional, la exploración, la identificación y la regulación de las emociones: tristeza, miedo, vergüenza, culpa...

Se podrán incorporar habilidades cuando así fuese necesario para lograr tener más recursos de afrontamiento a las situaciones que son vividas como amenazantes, por ejemplo habilidades sociales (iniciar una conversación, presentarse...), asertividad (establecimiento de límites y normas, expresión de opiniones, realizar peticiones, etc.).

Si este artículo ha descrito tu manera de sentirte y de estar en día a día, si tu sentimiento de inferioridad te domina y ya no sabes qué hacer para manejarte tu vida cómo te gustaría , te animamos a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicoparnter.com y reserves una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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El Síndrome del Opositor: cómo afrontarlo https://www.psicopartner.com/el-sindrome-del-opositor-como-afrontarlo/ https://www.psicopartner.com/el-sindrome-del-opositor-como-afrontarlo/#respond Tue, 15 Oct 2024 08:07:55 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=19002 ¿Qué es el síndrome del opositor?

Consiste en una serie de síntomas psicológicos que pueden experimentar las personas que están preparando un examen de oposición o aquéllos que implican una gran exigencia, que comportan largos períodos de preparación.

Son exámenes que se caracterizan además por ser competitivos, lo que suponen que sólo un pequeño grupo de los estudiantes pasarán con éxito la prueba y conseguirán el objetivo por el que llevan tanto tiempo preparándose.  

Estas circunstancias incorporan una presión y un estrés que desembocan en lo que se conoce como “síndrome del opositor”, caracterizado por síntomas de ansiedad, una elevada autoexigencia, pensamientos de inseguridad y de inferioridad sobre la capacidad de lograr el objetivo, sentimientos de soledad y de bajo rendimiento, frustración ante expectativas no cumplidas, agotamiento físico y mental derivado de los largos períodos de estudio, dejación de tareas de autocuidado y de las acciones que aportan bienestar emocional, pudiendo todo ello afectar a la autoestima del estudiante. Todo ello perjudica el rendimiento y la eficacia del estudio.

Síntomas físicos y cognitivos

  • Ansiedad: una oposición hace que te sientas sobrepasado y con la sensación de que no puedes llegar a todo lo que la oposición le demanda. preocupación constante, puesto que está en un estado de incertidumbre constante.
  • Autoexigencia 
  • Agotamiento y pérdida de motivación
  • Cambios en el estado de ánimo : diferente abanico emocional frustración, irritabilidad, aburrimiento, desilusión, culpa, desmotivación 
  • Desregulación del sueño: insomnio o problemas para dormir
  • Síntomas físicos: pueden aparecer dolores de cabeza, síntomas  gastrointestinales derivados del estrés y la ansiedad, tensión, dolor muscular
  • Pensamientos: Aparición de pensamientos negativos de diferentes tipos:
  • autocríticos, del tipo “no ser lo suficientemente capaces, buenos, listos…” que pueden obstaculizar el rendimiento y alejan la posibilidad de cumplir con las expectativas
  • de miedo al fracaso “lo peor que podría pasarme sería no sacar la plaza” pesimistas sobre el futuro, “no tengo  opciones en sacar la plaza“ “a pesar de todo el esfuerzo que estoy invirtiendo no será suficiente” así como dudas constantes sobre la decisión de prepararse la oposición. ¿seré valido/a para esto? ¿será una decisión acertada?
  • de  comparación con otros aspirantes “los demás van mucho más avanzados que yo” 

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sindromeopsositor2 El Síndrome del Opositor: cómo afrontarlo
  • Aislamiento del estudiante en su ámbito social es una aspecto muy importante a considerar. La dedicación es tan exigente que supone tener que renunciar a pasar tiempo con amigos y familiares, sacrificando eventos o actividades de ocio. Lo que va amplificando el sentimiento de soledad y de incomprensión
  • Buscar estrategias para el manejo del estrés para ayudar a los aspirantes a enfrentar el desafío de forma más saludable

Cómo afrontar el síndrome del opositor

Aquí te damos algunas pautas que te pueden servir para hacer frente al síndrome del opositor

  • Dedica un tiempo a identificar las causas que están conduciéndote a los síntomas descritos. Si es la presión interna que ejerces contigo mismo/a, y/o la presión y exigencia procedente del exterior o el hartazgo y el aburrimiento de realizar día tras día lo mismo
  • Establece metas realistas y alcanzables: evitar la sobrecarga y marcar unos objetivos que pueden lograrse
  • Planifica tu estudio, organiza tu tiempo creando un plan de estudio ajustado a las circunstancias sin olvidar incorporar en él cierto grado de flexibilidad para que incluya los posibles imprevistos que en un período de tiempo tan largo se espera que ocurran
  • Tener presente un equilibrio entre tiempo dedicado al estudio y al descanso, que tanto la salud como  el bienestar general sean considerados (una alimentación adecuada, horas de sueño suficientes, el mantenerse activo con ejercicio de manera regular, llevar a cabo actividades agradables...Que el autocuidado físico como emocional tenga un lugar primordial en las estrategias de afrontamiento
  • Espacio para la conexión social:  establecer contacto con amigos, familiares...poder compartir experiencias. No abandonar tu vida personal
  • Manejo de la ansiedad con técnicas de gestión del estrés (meditación, respiración profunda…).
sindromeopositor3 El Síndrome del Opositor: cómo afrontarlo

Identificación y aceptación de las emociones que irán apareciendo, el miedo, la tristeza, la frustración, la culpa...el período de estudio es largo y muy exigente, por lo que es normal pasar por diferentes estados emocionales, y es muy importante atenderlos para así poder cuidarlos. Lo contrario puede incorporar más obstáculos al proceso

  • Identificación de los pensamientos automáticos de cuestionamiento de la propia valía, pensamientos catastrofistas, poder así someterlos a cuestionamiento y no asumirlos directamente como ciertos e indudables
  • Autorrefuerzo de los logros alcanzados: reconócete lo que has hecho bien, celebra tus pequeños éxitos. El estudio requiere mucho tiempo y esfuerzo y los pequeños logros merecen ser atendidos pues incrementan la confianza y la motivación
  • No esperes a buscar apoyo profesional si ves que la situación te desborda y no puedes reconducirla, cuando más tiempo tardes en buscar ayuda será peor.

Estudiar una oposición es una decisión que implica un nivel alto de compromiso, de tesón, de responsabilidad e implica muchos sacrificios. Se tardan generalmente años es sacar con éxito la prueba y en muchas ocasiones con experiencias de “fracasos” añadidas, por ello el recordarse por qué se ha elegido ese camino, a pesar de los sinsabores, sirve como forma de automotivarse. 

Por otra parte también es importante atreverse a aceptar si la decisión de estudiar la oposición  no hubiese sido la acertada, pues esto permitiría rectificar y poder así reconducirse hacia otras opciones. Así como también saber cuándo decidir parar de intentarlo tras intentos infructuosos de lograr superar el examen.

Si tras leer el artículo te has sentido identificado/a y consideras que puedes necesitar ayuda profesional, puedes ponerte en contacto con nosotros llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Autoboicot https://www.psicopartner.com/autoboicot/ https://www.psicopartner.com/autoboicot/#respond Thu, 26 Sep 2024 00:01:31 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=16001

¿Qué es el autoboicot?

Entendemos por autoboicot o autosabotaje todas las acciones que se llevan a cabo y que lo que consiguen es obstaculizar que se alcance aquéllo que se desea, por tanto impiden a la persona avanzar hacia la dirección anhelada. Nos encontramos con referencias del tipo: “tengo la idea de hacer algo que sé que me iría muy bien, pero no sé por qué al final no lo hago, y me siento muy enfadado conmigo mismo/a y culpable”.

El autoboicot aparece de forma inconsciente, y generalmente en momentos que suponen un cambio importante o un alto grado de responsabilidad, por lo que para no afrontar esa angustia ante tal situación se acaban abandonando los objetivos.

Los ámbitos donde el autosabotaje adquiere protagonismo pueden ser variados, por ejemplo en el campo laboral o académico (no aplicar para un nuevo puesto de trabajo que interesa, no estudiar para un examen que es conveniente superar), en el autocuidado (en situaciones donde se desea bajar de peso o abandonar algún hábito perjudicial), en las relaciones de pareja… Señalar que una persona que se autosabotea a la hora de afrontar un determinado ámbito de su vida no tiene por qué hacerlo en otros.

Este proceso boicoteador desemboca en una serie de consecuencias como son la paralización de la posibilidad de mejora, la desconexión de la persona de sus propias metas, objetivos y valores, lo que compromete su satisfacción, su sentimiento de orgullo y felicidad. Si esto ocurre de manera reiterada repercutirá en su estado de ánimo, así como en su autoestima y por tanto la vida personal, familiar y/o profesional puede verse negativamente afectada.

Las causas del autoboicot

Las causas que están en el origen de esta forma de actuar pueden ser variadas:

  • Patrones aprendidos durante la infancia: por ejemplo, si el entorno de crianza ha sido excesivamente crítico o muy perfeccionista, si ha habido actitudes de desvalorización o minusvaloración de los logros, una alta exigencia y expectativas muy elevadas…Pueden haberse interiorizado tales actitudes obstaculizando la asunción de retos y compromisos de acción.
  • Miedo al cambio: las novedades implican malestar debido a anticipar la pérdida de seguridad al abandonar situaciones plenamente conocidas.
  • Miedo al fracaso: unas expectativas excesivamente altas
    Miedo a no cumplir las expectativas de otros y al juicio consiguiente que pudiesen realizar.
  • Creencias limitantes del tipo “ no me ha salido bien en otras ocasiones por lo que si lo intento nuevamente fracasaré”, “no merezco el éxito”.
  • Dificultad de gestión emocional: la incertidumbre o el miedo no son gestionados de manera adecuada, y ante la posibilidad de conectar con esas emociones se resuelve no intentándolo. Pensamientos como “lo voy a pasar mal si lo hago”
  • Inseguridad, baja autoestima y escasa confianza en uno/a mismo/a, así como elevados niveles de autocrítica: genera dudas sobre la propia capacidad y valía y la persona se dice así misma “no seré capaz de hacerlo”.
  • La indecisión, la dificultad para la toma de decisiones, puede ser otro de los factores que contribuye al autoboicot, de forma que si no hay compromiso con la acción, se evita el tener que elegir
  • La no conexión con la meta a desarrollar. Las metas y objetivos impuestos por terceros o no verdaderamente buscados pueden acompañarse de una importante falta de motivación
autoboicot

Estrategias de autoboicot

  • La procrastinación de las acciones a emprender, es decir, el posponer la acción de manera constante por lo que nunca llega a intentarse
  • El perfeccionismo: cuando se establecen unos criterios de autovaloración excesivamente altos, la persona evita la tarea y así no tiene que exponerse a la posibilidad de no llegar al estándar establecido, o en el caso de que la tarea haya sido iniciada puede abandonarse antes de finalizarse por no llegar al grado de perfección autoimpuesta
  • Actuar de forma evitativa hará que no puedan desarrollarse las habilidades necesarias para afrontar con mayores probabilidades de éxito las acciones que desearían afrontarse, pues la persona no se concede la oportunidad y así se refuerza la idea de incapacidad.

¿Cómo gestionar el autoboicot?

Lo primero para poder intervenir será tomar conciencia en los diferentes ámbitos de cuáles son los propios elementos saboteadores. Cómo hemos visto anteriormente puede tratarse de pensamientos, de emociones que resultan difíciles de manejar. Identificar esos pensamientos y emociones así como el motivo subyacente que los genera (por ejemplo el miedo al cambio, al fracaso, al rechazo, la gestión de la incertidumbre, inseguridad, falta de confianza, experiencias difíciles pasadas, etc.).

Una vez identificados se hará necesario trabajar con esos pensamientos y creencias de manera que se reconstruyan de forma adaptativa y funcional permitiendo dirigirse hacia los propios objetivos.
Igualmente se tendrán presentes las emociones asociadas, que requerirán de una gestión adecuada y adaptada a las circunstancias.

autoboicot

Asimismo será importante fortalecer la autoestima y la confianza en uno/a mismo/a, atendiendo al diálogo interno, desterrando los mensajes castigadores a favor de mensajes compasivos y motivadores. Esta nueva manera de tratarse ayudará a afrontar desafíos hasta el momento evitados.

Señalar que escucharse, atendiendo a los propios valores, ayudará a definir los objetivos, los cuales deberán establecerse de una manera realista y acometerse mediante una planificación ajustada a las circunstancias

Si te has visto identificad@ con el artículo y estás en ese proceso de autoboicot que te impide disfrutar te animamos a que te pongas en contacto con el equipo de PSICOPARTNER, llamándonos al +34 669 489 678 o bien utilizando nuestro servicio de psicólogos online, donde estaremos encantados de atenderte y ayudarte.

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Psicológos Madrid – Glosofobia https://www.psicopartner.com/glosofobia/ https://www.psicopartner.com/glosofobia/#respond Thu, 15 Aug 2024 00:00:15 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=15913

Glosofobia: miedo a hablar en público

La glosofobia es una fobia social específica, tal y como viene reflejada en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), se experimenta ante situaciones que implican hablar en público. El término glosofobia proviene de los términos “glossa” (lengua) y “fobos” (miedo).

Representa un miedo intenso, irracional, persistente a lo largo del tiempo y desproporcionado, que llega a ser muy incapacitante y que limita la vida de la persona, ya sea a nivel laboral, académico o personal.

Se diferencia de la fobia social generalizada, ya que en este caso la persona sufre intensos síntomas de ansiedad ante situaciones variadas de interacción social, en cambio en la glosofobia los síntomas se circunscriben a situaciones que implican hablar en público.

Habitualmente hablar ante una audiencia es una de las situaciones que provoca en las personas mayor incomodidad, presión y miedo, pero es cuando éste se transforma en un temor incontrolable y desmesurado, cuando hablaríamos de glosofobia.

Según mi experiencia en el tratamiento de este tipo de fobias podemos encontrar el origen de esta fobia principalmente en:

  • Experiencias traumáticas vividas en momentos en que se ha tenido que hablar delante de muchas personas u otras situaciones similares (por ejemplo haber experimentado rechazo o haber sido el centro de comentarios o burlas).
  • Creencias negativas sobre las propias capacidades, un excesivo grado de autoexigencia y miedo al juicio de los demás.
  • Factores de aprendizaje o también genéticos, que predisponen hacia la ansiedad y el estrés.

Identificar los factores que contribuyen en cada persona a ese miedo permitirá aportar las claves para desarrollar una intervención terapéutica con éxito. La individualización de la terapia es fundamental y constituye la piedra angular de los tratamientos que realizamos en Psicopartner.

glosofobia

Síntomas de la glosofobia:

Pueden establecerse varias categorías de síntomas que las personas con glosofobia experimentan ante el hecho de hablar en público: síntomas físicos, cognitivos y conductuales. Es necesario resaltar que de todos ellos, cada persona puede presentar diferentes síntomas y éstos con distinta intensidad.

Entre los síntomas físicos encontraríamos:

  • Aumento del ritmo cardíaco y respiratorio
  • Sensación de falta de aire o de asfixia
  • Mareos o vértigos
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Aumento de la sudoración.
  • Temblores
  • Tensión
  • Visión borrosa
  • Alteraciones gastrointestinales
  • Sensación de confusión y de irrealidad
  • Sensación de hormigueo o entumecimiento
  • Tartamudeo
  • Rubor
  • Boca seca
  • Altibajos emocionales

Respecto a los síntomas cognitivos, destacar:

  • Pensamientos e ideas sobre las propias capacidades. Diálogo interno negativo, con pensamientos de devaluación de los logros y una focalización en los fracasos
  • Pensamientos sobre las consecuencias anticipadas negativas por ser el centro de atención y sentirse evaluado por los demás: conexión con sensaciones de ridículo, de vergüenza
  • Fantasías sobre escenarios catastróficos que contribuyen a la ansiedad anticipatoria y que guiarán el comportamiento
    Sobreestimación de la probabilidad de ocurrencia de esos escenarios desagradables
  • Patrones de alta exigencia en la propia actuación y pensamientos rígidos sobre la conducta apropiada
    Hipervigilancia ante las actitudes de los demás y atención y conciencia excesiva hacia uno/a mismo/a
  • Preocupación excesiva por la crítica, miedo al juicio y al rechazo social. Por ejemplo por ser percibido como aburrido, por parecer tonto y no estar a la altura de las circunstancias, por hacer evidentes los síntomas de ansiedad que se experimentan (tensión, rubor…) etc.
  • Pensamientos o imágenes recurrentes de la pérdida de control de la situación

Síntomas Conductuales

El malestar que experimenta la persona ante las situaciones en las que tiene que hablar en público, conlleva una serie de actuaciones con el objetivo de evitar tales eventos o de escapar de ellos, y serán las que vayan guiando sus decisiones.

Tratamiento del miedo a hablar en público:

En un inicio deben identificarse los síntomas que se experimentan así como las situaciones en las que aparecen.

Será importante el trabajo enfocado a la adquisición de habilidades de gestión emocional, así las emociones que pudiesen aparecer en la situación aversiva serán permitidas.

Señalar que hablar en público, como muchas otras actividades de nuestro día a día, requieren de un aprendizaje, y las estrategias de evitación impiden que ese aprendizaje pueda llevarse a cabo. Se haría necesaria una aproximación progresiva a las situaciones que están impidiendo desarrollarse personal, académica o profesionalmente. Para ello, es adecuado en ocasiones un entrenamiento de la regulación emocional a través de técnicas de relajación y respiración.

En los casos en que existiese una origen traumático, asociado a alguna experiencia de muy alta intensidad, habrá que intervenir para su procesamiento emocional.

A nivel cognitivo, se interviene en el ajuste de las expectativas sobre la propia actuación, para que éstas sean ajustadas a las circunstancias, sean realistas y no excesivamente exigentes e imposibles de alcanzar.

También se trabaja con las creencias, los pensamientos negativos y las anticipaciones catastróficas, que se generan por el hecho de hablar en público. Se trata de detectar el discurso interno desmotivador y que éste cambie a un autodiálogo reforzante (“soy capaz”, “puedo hacerlo, conozco sobre lo que voy a hablar”, “no es necesario que sea perfecto”…) potenciando así la autoeficacia y permitiendo enfocarse en la propia tarea, lo que ayudará a dejar de lado la hipervigilancia a los detalles externos.

glosofobia

Si te has visto reflejada/o en este artículo y no sabes bien como comenzar a trabajar para perder ese miedo a hablar en público, llama al +34 669 489 678 y reserva una cita presencial con nuestro equipo de Psicolog@s Sanitarios. También puedes utilizar nuestro servicio de Psicólogos Online. Estaremos encantados de atenderte y ayudarte.

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Psicológos Madrid – Las Etiquetas: ¿me impulsan o me frenan? https://www.psicopartner.com/las-etiquetas-me-impulsan-o-me-frenan/ https://www.psicopartner.com/las-etiquetas-me-impulsan-o-me-frenan/#respond Thu, 25 Jul 2024 00:01:05 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=15024

El proceso de etiquetar forma parte de nuestro funcionamiento psíquico. A través de las etiquetas simplificamos la realidad, facilitando la tarea a nuestra mente en su constante influjo de estímulos. Mediante las etiquetas clasificamos la realidad y la dotamos de cierta organización, sin tener necesidad de realizar un pormenorizado análisis de cada evento, de cada persona o de cada objeto. Evidentemente este proceso cuenta con una ventaja clara, y es el ahorro cognitivo que supone, permitiendo así poder dedicar recursos mentales a tareas que quizás requieran de mayor esfuerzo.

Las etiquetas por tanto tienen un gran valor, pues aportan un procesamiento rápido y adaptativo para la toma de decisiones o la resolución de problemas en el día a día.

El problema viene cuando se utilizan de manera rígida y repetida para evaluar a las otras personas o a nosotros mismos. Los seres humanos somos demasiado complejos como para clasificarnos de una manera tan simple.

En hecho de etiquetar implica realizar una categorización de las personas, de forma simplificada y superficial, que no atiende a matices, perdiendo información y no reparando en los detalles. La repercusión directa, la forma en la que percibimos nuestro entorno y en cómo nos percibimos a nosotros mismos a partir de esas etiquetas resulta evidente.

A lo largo de la vida, desde la infancia, se pueden ir recibiendo etiquetas, como ejemplo, “eres un/a vago/a”, “eres un desastre”, “eres muy educado/a”, “eres inteligente”. Estas etiquetas pueden interiorizarse de tal modo que llega a volverse difícil escapar de ellas aunque se desee.

Cuando la etiqueta que escuchamos se hace repetida, afecta de manera importante en la formación de nuestra identidad. Termina por convertirse en un hecho, en una realidad y tiene relevante implicación en la imagen que tenemos de nosotros mismos, repercutiendo en nuestra autoestima.

Lo mencionado no solamente tiene que ver con aquéllas etiquetas que consideramos negativas (“eres tonto” o “eres torpe”), también las etiquetas que podríamos entender como positivas, por ejemplo, “qué inteligente eres”, “eres muy educado/a”, “qué fuerte eres, tú puedes con todo”, pueden tener un efecto perjudicial, pues pueden suponer expectativas demasiado altas sobre la persona, quien se siente obligada a tener que satisfacer.

Por tanto a través de las etiquetas se transmiten expectativas, y éstas pueden influir de una manera importante en la persona que las recibe.

En referencia a esas expectativas, señalar un experimento llevado a cabo por los psicólogos Lenore Jacobson y Robert Rosenthal a finales de los años 60 del siglo pasado. Ambos publicaron en 1968 “Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and pupils’ intellectual development” estudio que mostraba los resultados de una investigación realizada en el ámbito escolar. Pretendían comprobar si la expectativa de partida de los profesores sobre la capacidad intelectual de sus alumnos, tenía cierta influencia en el rendimiento que éstos desempeñaban durante el curso. Los resultados confirmaron efectivamente la hipótesis de la que partieron. Por tanto, el cómo las expectativas que otras personas manifiestan sobre nosotros, pueden afectar a nuestras creencias de capacidad y a nuestro comportamiento, haciendo que se terminen confirmando tales expectativas. Este mecanismo psicológico se conoce como “efecto pigmalión” en referencia al mito clásico griego.

Consecuencias de poner/ponernos etiquetas

  • Las etiquetas que nos aplicamos limitan nuestro aprendizaje y crecimiento, pues se aceptan como hechos ciertos y sin posibilidad de cambio
  • Establecen valoraciones inamovibles, que dañan la propia autoestima o la de los demás, bien se apliquen sobre uno mismo o se haga sobre otros
  • Pueden ser una fuente de frustración y de malestar
  • Resultan difíciles de eliminar, pues para ellos requieren ser cuestionadas. Si no, se corre el riesgo de arrastrarlas durante mucho tiempo dificultando la adaptación a las diferentes situaciones que pueden presentarse a lo largo de la vida

Cómo liberarse de las etiquetas

Para poder soltarlas, primero debemos reconocerlas, y para ello podemos ayudarnos con una serie de preguntas:

  • ¿Con qué etiquetas me identifico? ¿Qué adjetivos me definen?
  • ¿Desde cuándo van conmigo?
  • ¿Cuáles de ellas me han ayudado? ¿Cuáles me han perjudicado?

Cada uno de esos atributos con los que nos hemos ido identificando a lo largo de nuestra experiencia podemos ir desgranándolos, buscando ejemplos concretos que los confirmen, así como ejemplos que los contradigan. Son éstos últimos ejemplos, los que contravienen la etiqueta, los que en muchas ocasiones no se han tenido en consideración, y han hecho que se asuman sin ningún cuestionamiento, aceptándolas sin ninguna posibilidad de modificación y atándonos a ellas de manera permanente.

El objetivo es que podamos ir aproximándonos a una valoración de uno/a mismo/a en términos realistas, más objetivos, y consecuentemente más constructivos y sanos, flexibles y que permitan el crecimiento. El hecho de valorarnos con flexibilidad favorecerá la disminución de los niveles de estrés así como una mayor capacidad de ajuste a los cambios.

Si sientes que las etiquetas te están impidendo ser tu mismo/a te animo a que te pongas en contacto con el equipo de Psicopartner, escribiéndonos a hola@psicopartner.com o llamándonos al 91 466 98 62 o al móvil 669 489 678, donde estaremos encantados de valorar tu caso, atenderte y ayudarte.

Puedes solicitar una sesión presencial en nuestros centros de Madrid o bien utilizar nuestros servicios de Psicología Online.

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Síndrome del cuidador quemado https://www.psicopartner.com/sindrome-del-cuidador-quemado/ https://www.psicopartner.com/sindrome-del-cuidador-quemado/#respond Tue, 09 Jul 2024 08:27:49 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=18848 ¿En qué consiste?

El síndrome del cuidador quemado refiere a una serie de síntomas, que incluyen el ámbito físico, psicológico y/o de la salud en general, que pueden sufrir aquéllas personas que realizan un cuidado continuado de un enfermo crónico, dependiente,  con incapacidad de realizar actividades de la vida diaria por sí mismo.

Cuando hablamos de cuidador éste puede tratarse de un profesional (enfermeras, trabajadores sociales, terapeutas...), si bien, habitualmente, se trata de un familiar del enfermo. Este cuidador tiene que afrontar, de repente, una situación nueva para la que no tiene una formación específica, tampoco recibe remuneración económica por el trabajo que realiza ni tiene un horario establecido, dedicando una gran parte de su tiempo en atender a su familiar enfermo.

cuidador2 Síndrome del cuidador quemado

Socialmente, el incremento experimentado por la esperanza de vida en Europa y particularmente en España implica un envejecimiento de la población y por tanto, las situaciones de dependencia se hacen cada vez  más frecuentes, lo que ocasiona que el síndrome del cuidador quemado tenga una mayor incidencia.

Existe, entre otros factores,  una mayor probabilidad en su aparición:

  • a más edad de la persona a quien cuidar
  • a mayor número de patologías que sufra
  • cuando no existe colaboración por parte de otras personas en el cuidado del enfermo
  • cuando hay un mayor aislamiento social y no se participa de ninguna asociación o grupo de ayuda

El perfil del cuidador

Generalmente un perfil habitual del cuidador de un enfermo crónico, es una mujer, familiar del enfermo, normalmente su hija o su madre,  y con una dedicación a las tareas de cuidado de más de 40 horas semanales

Un caso prototípico podría ser el de María de 56 años, quien lleva varios años, haciéndose cargo del cuidado de su madre dependiente prácticamente en solitario. Manifiesta estar muy cansada y no tener tiempo para nada,  por lo que no atiende ni su descanso ni su alimentación, además sufre de episodios de ansiedad y angustia con pensamientos constantes sobre las tareas que tiene por hacer.

cuidador3 Síndrome del cuidador quemado

Características del síndrome

 Algunos síntomas que pueden ponernos en alerta serían:

  • Agotamiento físico y mental persistente
  • Problemas de sueño
  • Síntomas emocionales: ansiedad y estrés elevados, síntomas depresivos -tristeza, apatía, tensión, indefensión, culpa, desesperanza, sentimiento de soledad-, cambios de humor repentinos y frecuentes
  • Aislamiento social, desinterés y abandono de aficiones
  • Las alteraciones del apetito, del peso
  • Empeoramiento de salud: dolores musculares, trastornos gastrontestinales, cardiovasculares, inmunológicas...
  • Aumento del consumo de medicamentos (ansiolíticos, hipnóticos...)así como de sustancias como el alcohol o el tabaco
  • Dificultades de concentración y para tomar decisiones, fallos de memoria
  • Problemas laborales por ausencias reiteradas por complicaciones en la salud de la persona dependiente o por acudir a citas médicas

En definitiva, el cuidador abandona la atención a sus propias necesidades y presenta un menor número de conductas de cuidado de la propia salud. La intensidad del síndrome variará en función de una mayor o menor red de soporte familiar y social o según el grado de aislamiento en el que se encuentre.

Intervención

Es recomendable identificar lo antes posible las manifestaciones del síndrome para llevar a cabo actuaciones dirigidas a :

- recabar información sobre la enfermedad aportando estrategias de manejo de las situaciones, sobre los cuidados que requiere la persona a la que se va a cuidar. Es recomendable  planificar el futuro de la persona dependiente y el de la propia familia, atendiendo a los cambios que van a producirse para cada uno de los miembros de la familia., así como una adjudicación de las tareas y responsabilidades

- reconocimiento y expresión de los sentimientos. La aceptación, normalización y expresión emocional permite soltar tensión y ayuda a liberarse. 

- concederse permiso para pedir ayuda  y compartir la responsabilidad de los cuidados. Pedir ayuda cuanto antes y de forma clara y expresa

- tiempo de autocuidado: que el cuidador atienda a su descanso, a su alimentación, a sus propias necesidades médicas por ejemplo, practique ejercicio físico,, mantenga a su red social de apoyo. las actividades y aficiones que siempre le han gustado

- terapia psicológica individual cuando se precise, trabajando con la relajación para afrontar el estrés, los pensamientos y emociones que favorecen el síndrome del cuidador quemado, el establecimiento de límites, bien al enfermo o a otros familiares, una gestión eficiente del tiempo, la identificación y regulación de emociones como pueden ser la culpa o la rabia, el establecimiento de objetivos o el entrenamiento en solución de problemas, entre otros

- asistencia a grupos de apoyo

- mantener el contacto con las amistades y las aficiones, aleja el riesgo de sentimiento de soledad, tristeza, apatía

El cuidadosostenido en el tiempo somete al cuidador a un enorme desgaste y estrés, lo que favorece su propia enfermedad, y lo convierte en un enfermo “invisible”. Además de llevar la responsabilidad del cuidado del enfermo, tiene que cargar también con el sufrimiento que genera ver la evolución de su ser querido. 

Si al leer el artículo te has sentido identificado, si la situación de cuidado de tu familiar te está generando un malestar creciente que no sabes reconducir y tu estado emocional se encuentra  progresivamente más y más afectado, puedes ponerte en contacto con el equipo de Psicopartner,   llamándonos al +34 669 489 678 o enviándonos un email a hola@psicopartner.com y reservar una cita presencial o bien utilizando nuestro servicio de psicología online, donde estaremos encantados de analizar tu caso, atenderte y ayudarte. 

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Psicológos Madrid – La Inteligencia Emocional | una aliada en el día a día https://www.psicopartner.com/la-inteligencia-emocional-una-aliada-en-el-dia-a-dia/ https://www.psicopartner.com/la-inteligencia-emocional-una-aliada-en-el-dia-a-dia/#respond Thu, 20 Jun 2024 00:08:59 +0000 https://www.psicopartner.com/?p=14848

John Mayer y Peter Salovey, principales investigadores de la inteligencia emocional, publicaron en 1990 su artículo “Inteligencia emocional” donde definen el concepto como “un subconjunto de la inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones”.

En 2001 Mayer la describe como “la habilidad para reconocer el significado de las emociones y sus relaciones, y para razonar y resolver problemas en base a ello, incluyendo también las emociones para realizar actividades cognitivas”.

Este modelo de inteligencia emocional supone la interacción de dos operaciones mentales básicas, la emoción y el razonamiento, se entendería por tanto como un procesamiento de información emocional. Y como la utilización de las emociones en nuestro razonamiento facilitaría nuestra adaptación a un entorno en continuo cambio. Implica por tanto que la inclusión de las emociones favorece un razonamiento más efectivo al mismo tiempo que incorpora la habilidad para razonar sobre la propia vida emocional.

Para Mayer y Solovey la inteligencia emocional sería entendida como una habilidad que se aprende y que puede modificarse, formada por cuatro habilidades básicas:

La percepción y expresión emocional

Es la habilidad para identificar y reconocer emociones en nosotros mismos así como en aquéllos que nos rodean. Implica prestar atención y descodificar con precisión las señales emocionales de la expresión facial, movimientos corporales o tono de voz.

La facilitación o asimilación emocional

La emoción como facilitadora del pensamiento, capacidad para aprovechar la información emocional y dirigirla a mejorar nuestro razonamiento. Habilidad para tener en cuenta las emociones cuando razonamos o solucionamos problemas, ayudando a ajustar el pensamiento a los estados emocionales, aportando perspectiva, dirigiendo la atención a la información relevante, facilitando el juicio etc.

La comprensión emocional

La habilidad para comprender la información emocional. Desglosar el amplio y complejo repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer las categorías en que se agrupan . Implica conocer las causas generadoras del propio estado anímico y las consecuencias futuras.
Así como reconocer las transiciones de unos estados emocionales a otros y la aparición de sentimientos simultáneos y a la vez contradictorios.

La regulación emocional

Es la habilidad para dirigir y manejar las emociones y relaciones emocionales de una forma eficaz para el crecimiento personal e interpersonal.
Implicaría la capacidad para estar abierto a los estados emocionales tanto los agradables como los desagradables, así como la reflexión sobre los mismos para renunciar o aprovecharlos en función de su utilidad.

A pesar de la aparición con anterioridad de esta investigación, fue el psicólogo Daniel Goleman quien popularizó el término con la publicación de su libro “Inteligencia Emocional” en 1995 . El libro se convirtió en un fenómeno editorial con gran repercusión y éxito de ventas. D. Goleman definió la Inteligencia emocional como “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar las emociones en nosotros mismos y en nuestras relaciones”. Este autor entiende que estaría formado por 5 competencias principales:

  1. El autoconocimiento emocional o conciencia de uno mismo: es el conocimiento sobre las propias emociones y la valoración de cómo nos influyen. Supone el darnos cuenta de lo que sentimos y tener la capacidad de evaluarlo.
  2. El autocontrol o autorregulación emocional: se trata de la capacidad de manejar las emociones, adecuándolas al momento y a la situación. Implicaría dosis de flexibilidad y adaptación.
  3. La automotivación: supone la capacidad de motivarse a uno mismo, de dirigir las emociones hacia un objetivo deseado, pudiendo demorar las gratificaciones en favor de la consecución de la meta establecida.
  4. El reconocimiento de las emociones ajenas o empatía: saber interpretar las señales que los demás emiten, permitiendo entenderlos, y así dar la respuesta más adecuada a partir de la información percibida. Esta competencia es fundamental para la formación de vínculos más estables.
  5. Las habilidades sociales o relaciones interpersonales: es la habilidad para relacionarnos adecuadamente con los que nos rodean, de ser capaces de interactuar con nuestro entorno.

Desde la década de los 90 hasta la actualidad las investigaciones y modelos sobre la Inteligencia Emocional se han incrementado, impulsadas por el papel clave que tiene en nuestro bienestar emocional. Tal y como expone en su libro D. Goleman, “una de las principales contribuciones de la inteligencia emocional consiste en aprender a relacionarnos de manera más inteligente con nuestro lastre emocional”.

Durante este período, se han realizado numerosos estudios cuyos resultados han evidenciado que una mayor inteligencia emocional se asocia con: una mayor autoestima y un estado de ánimo positivo más alto, así como con menores índices de depresión y con una mayor satisfacción con la vida pues mejora la calidad de vida, enriquece la vida social y favorece la productividad, el aprendizaje y el éxito académico, entre otros aspectos.

Por tanto, el aprendizaje y el entrenamiento de las competencias en inteligencia emocional permiten que las personas puedan manejarse de una forma más saludable en los diversos ámbitos de su vida: a nivel intrapersonal, en su ambiente familiar, social, escolar o laboral.

Si quieres desarrollar las competencias de la inteligencia emocional y no sabes bien cómo hacerlo puedes pedir una cita presencial con nosotros llamando al +34 669 489 678 o envíanos un email a hola@psicopartner.com . También puedes solicitar una sesión por video llamada con nuestro equipo de Psicólogos Sanitarios Online. Estaremos encantados de atenderte.

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